Capítulo 4: Rivalidad
Estaban Mercurita y Poly disfrutando del fin de semana en la plaza de la ciudad de Keilan.
-Cómo se nota que es domingo, Poly. Está lleno de gente.
-Sí, pero vienen a comprar cosas usadas. Está prohibido vender otra tipo de mercancía, a menos que tengan una licencia especial.
En ese momento, pasó un elegante carruaje. Dos jinetes abrían el camino, lanzando gritos.
-¡Echaos a un lado! ¡Nuestro amado duque de Balán, tiene que pasar! ¡Todos a un lado!
Las dos hadas obedecieron a regañadientes. Mercurita hizo la intención de protestar, pero Poly, que había adivinado sus propósitos, tiró de su brazo.
-¿Es que querías meterte en problemas?
-Lo lamento. No soporto a gente así.
Poly miró, comprensivamente, a su amiga.
-Pues si yo te contara....lástima que esté prohibido hablar de los orígenes de cada uno en la escuela de hadas.
-Cómo se nota que solo llevas un par de semanas. Esa norma todo el mundo se la salta a la torera. Si no quieres contarme más de lo que sé, lo comprenderé.
-Es probable que tengas razón, pero necesito tiempo. Gracias por entender mi actitud.
Al abrirse la puerta del carruaje, vieron salir a cuatro personas. Parecían tener intención de entrar a comprar en una panadería. Una de ellas resultó conocida a las haditas.
-¡Es "Senya" la delegada de nuestra clase! ¿Te acuerdas de ella, Poly?
-¡Ah, si! Solo llevo tres semanas en la escuela, pero sí, la recuerdo. Va vestida de particular.
Al ver a las hadas, un hombre de aspecto elegante, llamó la atención de Senya.
-¡Mira! Esas son hadas de tu escuela. Llevan el mismo uniforme que vistes tú, cuando vas a clase. Te están saludando.
Pero Senya se metió dentro de la estancia, sin volver la cara.
El hombre llamó a las haditas.
-Venid, chicas.
Ellas se presentaron, agachando la cabeza como cortesía.
El hombre dijo llamarse "Tiron Payko" era el duque de Balán.
-Así que vosotras estáis en la misma clase que mi sobrina. Bien. Siempre es bueno saberlo. Entrad, os invito a tomar algo ¿Qué tal un vaso de leche y unos dulces?
Las dos hadas agradecieron encantadas la invitación. Senya parecía hallarse incómoda con la presencia de sus compañeras.
Tiron no parecía mala persona, a pesar de la mala impresión que se llevaron al ver a los jinetes pidiendo paso. El hombre miró pensativo a Mercurita.
-Tu nombre me suena, no sé de qué.
-En el colegio tiene fama de traviesa. Dijo Poly en tono de humor.
Esa observación, hizo sonreír al duque.
-¿Quién sabe? A lo mejor, es por eso ¿Y tú, Poly, dices que sabes adivinar el futuro? ¿Cuál es el mío? Dijo el hombre, estirando su mano.
-Lo siento mucho, duque. La quiromancia no es mi fuerte. El futuro me lo dicen de vez en cuando unas voces en los momentos más inoportunos. Cuando crezca y tenga más experiencia, tal vez pueda hacerlo.
Mercurita sujetó la mano del duque, y dijo:
-¡Yo, sí lo sé, Poly! ¡A ver....a ver!
Durante un rato se puso a observar, mientras con la mano libre cogía un vaso de leche. A continuación, dijo en tono cordial:
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El hada Mercurita
FantasyHistoria creada para que conozcáis a mi personaje de ficciíon, el hada "Mercurita".