4. ¡Lo Besé! ✓

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Bajé las escaleras y mi amiga se encontraba sentada reposando sus brazos en la isla de la cocina mientras Larry estaba cocinando panqueques.

no me sorprende, Larry ama cocinar y Leila es una floja para hacerlo.

Lo que me sorprendió fue ver a Larry sin camisa, solo con un pantalón de algodón que dejaba a la vista la goma de su boxer, llevaba el cabello desordenado y aún así se veía muy sexy. Nuca lo había visto sin camisa, lo digo yo que pasó la mayor parte del tiempo metida en la casa de mi mejor amiga.

Ajá eso fue sorprendente para mí pero lo que en realidad me impacto fue lo músculos que se veía, sabía que entrenaba con el equipo de fútbol, lo que no sabía era lo bueno que estaba. 

Sacudí la cabeza despejando todo  pensamiento perverso.

— huele delicioso. — dije llegando a ellos.

— y saben delicioso. — dijo Larry colocando otro panqueque a la pila.

— no es para que te infles . — dije en broma y levanté una de mis cejas.

— párese que alguien quiere quedar sin comer. — habló Leila.

— Larry no puede ser tan cruel.

— ¿aún no me conoces, Maddi? — sonrío con malicia.

— te conozco muy bien como para saber que si eres capas. — le di una amplia sonrisa y me acerque a la pila de panqueques. — puedo tomar unos. — le dije como si fuera una niña convenciendo a su papá.

— pues... — dijo pensativo.

No espere a que respondiera y tome toda la pila de panqueques y me senté al lado de Leila.

— oye, no es justo. — dijo mi amiga molesta. — yo estoy esperando primero que ella. — se voltea hacia mí molesta.—  ¡Dame!

— no.

— si no me das te los voy a lanzar toditos al suelo. — amenazó.

— no te voy a dar.

Leila me miró desafiante con el ceño fruncido, yo hice lo mismo, sostenía el plato con ambas manos para mantener los panqueques seguros.

— chicas. no es necesario que peleen, se que cocino delicioso pero estoy haci...

Larry no termino la frase porque Leila se aproximó hacia mis panqueques, no se de donde salieron mis reflejos pero lo importante es logré esquivar su ataque.

— ok, si matarse es lo que  quieren.— oí decir a Larry.

— ¡dame! — volvió a decir Leila como advertencia.

— no.

Se abalanzó sobre mi muy rápido y está ves no logré esquivarla, ví como caían mis panqueques lentamente hasta aterrizar en el suelo.

—¡noooooooo! — Dije mientras los veía caer.

La cara de Leila era una de Victoria por haber logrado su objetivo.

tirar mis panqueques al suelo.

Mi amiga no aguantó la risa y una carcajada salió de su boca llenando la habitación, estaba molesta porque tendría que esperar más tiempo para poder comer y además recoger el desastre de mis deliciosos panqueques del suelo. ¿Ya les dije que la risa de mi amiga puede ser muy contagiosa? Si, es muy contagiosa y es difícil estar enojada con ella, así que ahora me encuentro riendo y Larry también se unió a nosotras. Fue tanta la risa que termine tirada en el suelo y a Larry se le quemó un panqueque, ya ni recordaba por qué reíamos y eso causaba mucha más risa.

Producto de mi ImaginaciónWhere stories live. Discover now