20 - En el comienzo de un sueño

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—¿Estás bien? —la voz de Igor pareció sonar muy fuerte.

Se limitó a asentir.

—No parece.

—Es difícil, ¿sabes? No esperaba verlo de nuevo.

Igor hizo una mueca.

—¿Quieres que siga atendiéndolo yo?

Oli lo dudó. Quizás era lo mejor. Pero no quería ser tan cobarde. Suponía que si estaba allí era por algo. Y ella no dejaría de hacer su trabajo por su presencia.

—No hace falta. Gracias igual.

Él le dedicó una pequeña sonrisa y le hizo señas hacia la mesa. Debía regresar para tomar el pedido.

Avanzó, esta vez con menos fuerza y bastante mas seria.

—Disculpas por lo de antes —le dijo cuando estaba cerca—. No tengo derecho a decir esas cosas.

—No te preocupes. ¿Qué pedirás?

Por alguna razón, no tenía ganas de seguir estirando la conversación.

—Un café y un waffle.

—Bien —anotó rápido y dio media vuelta.

—Oli, espera. Perdón por todo, en serio. Fui un idiota.

—No hace falta, Santi. En serio. Ya es pasado.

—No para mi.

El corazón de Oli dio un vuelco mientras ella se volvía a girar hacia él.

—¿Qué dices? Ha pasado mucho tiempo.

—Lo sé, pero nunca me perdoné la forma en la que terminó todo. La verdad es que me comporté como un idiota y no era justo para ti.

—Bueno, ambos fuimos un tanto irracionales —rio ella recordando esos momentos en los que creyó que el verano junto a él podía perdurar—. Pero para mí ha quedado en el pasado —le dijo con una sonrisa fingida. —Nada de que preocuparse —agregó queriendo dar por concluida la charla.

—Entonces... ¿Está todo en el pasado? —le preguntó como insinuando algo.

Olivia asintió rápido.

—Todo.

—Bien. Me alegra eso. Que estemos... Igual —sonrió—. Espero que podamos hablar un día de estos. A pesar de todo, tengo lindos recuerdos de ti.

—Seguro coincidiremos. El pueblo es chico.

Oli se alejó de la mesa para dejar el pedido en la barra.

Definitivamente, aquella mañana de trabajo empezaba a ser una de las más complicadas.

—¿Está revolviendo el pasado? —le preguntó Igor después de que tomara el pedido de otra mesa.

—Si. Algo así.

—No le des importancia. Salvo que quieras volver al pasado.

Olivia negó segura de ello. Si había algo que había entendido en ese momento, y quizás mucho antes, es que su historia estaba terminada. Tal vez en algún pasado habían coincidido de manera que parecía mágica, pero con el tiempo había entendido que gran parte de esa conexión nació del enamoramiento. Después de todo, aquella energía tenía el poder de distorsionar un poco la realidad.

Eran dos personas diferentes, con pocas cosas en común y muchos obstáculos en el camino. Su historia había estado destinada a lo efímero desde un primer momento. Y Olivia se alegraba de saber que había entendido aquello mucho tiempo atrás y con escasa carga emocional.

Una parada en Colonia BasiliaWhere stories live. Discover now