˚ ִֶָ 🗝️ ♡︎ ₊ el rosa es para chicas

OO7

Los encuentros ya no tan casuales empezaron a surgir entre ellos una y otra vez. Aunque ninguno lo dijera, ya era rutinario que park pasara "casualmente" después de que jungwon terminara su turno y que ambos hicieran algo juntos.

Ya habían pasado 3 meses de encuentros casuales, dónde cada uno descubre más del otro y jungwon estaba más que seguro que ya no era simple atracción, y jay sabía que se estaba enamorando de aquel chico que odiaba tanto el rosa pero que en realidad era precioso vistiendo de aquel color.

- Por favor...- pidió, observando al menor enfundado en una de sus sudaderas de gatitos. Estaban en la habitación del mayor, y de la nada jungwon se encontraba con una de esas horribles remeras que él mismo le vendía a la gente puesta. jay le había convencido de probarla para ver cómo se verían ambos con ropa de pareja, o bueno, ropa a juego como ellos la llamaban. yang había aceptado pensando que sólo era un capricho de su amigo, no para que éste empezara a saltar por la habitación queriendo salir juntos así.

Ni muerto saldría con eso.

Pero como siempre que estaba con el mayor, su oposición se fue y acabó aceptando, encontrándose ahora caminando por las calles tomados de la mano.

Sí, tomados de la mano como "amigos".

- wonie, te ves adorable.- le dijo el mayor, balanceando sus manos una vez llegaron al parque. El menor estaba sonrojado, y no sabía si era por llevar esa ropa o por el comentario del mayor.

Le dió un golpe en el hombro, tirándose al suelo para descansar de haber estado caminando tanto rato.

- Estoy cansado...- dijo, cerrando los ojos y apoyando su cabeza en el hombro de park, que se había sentado a su lado.

- Lástima... tenía que hablar contigo sobre algo.- dijo jay, removiendose en su sitio incómodo.

jungwon elevó la mirada, mirando al mayor con la cabeza aún apoyada en su hombro. Normalmente jay cuando quería decir algo se lo decía y ya, ¿por qué tanto nerviosismo? Desde que habían salido de casa del castaño lo había notado algo ausente, pero no quería tomarle importancia.

Porque no quería ilusionarse, otra vez.

Sí, porque eso ya había pasado otra vez. jungwon pensó que jay se le declarará anteriormente, pero nada de eso pasó. Sólo era el mayor y sus preocupaciones de si comprarle o no a Doongi un nuevo conjunto, porque siempre los rompía. Aquel día jungwon se fue, dejando al mayor sólo, para derrumbarse en su casa. Era idiota por no decirle sobre su enamoramiento por él, pero tenía miedo de estropear las cosas y por eso esperaba que el mayor fuera el primero en decírselo, a pesar de que cada día perdía las esperanzas y se rompía algo dentro de él.

Miró atento al mayor, esperando que continuara hablando.

- jay, si quieres comprarle un conjunto nuevo a...

- Me gustas.- confesó, quitándose un gran peso de los hombros. Llevaba un tiempo queriendo decírselo, pero cada vez que lo intentaba se ponía algo (muy) nervioso y terminaba soltándole la primera estupidez que se le venía a la mente, como aquella sobre Doongi.

El rostro de jungwon era un poema. Lo miraba con los ojos muy abiertos y se había separado de él, con la boca entreabierta, lo que jay interpretó como rechazo en vez de sorpresa.

- Sé que no sientes lo mismo y...- empezó a decir, pero calló al ver las lágrimas bajar por las mejillas del más pequeño. ¿Había hecho algo mal?- wonie... No llores.- pidió, agarrando su rostro entre sus manos.- No pasa nada, estoy bien con que seamos amigos y...

- Cállate, idiota.- dijo, entre sollozos.- Eres tonto, park, muy tonto. Hasta que por fin me lo dices, estúpido.- no sabía qué hacer más que insultarle, mientras se aferraba a su horrorosa sudadera.- Odio que hayas tardado tanto, odio que seas un lento para entender lo que siento, odio tu maldita sonrisa ahora mismo y odio que te me hayas declarado con esto puesto. Te odio.

- Yo también te quiero, wonie.

Se abrazaron y al final de la tarde terminaron siendo pareja, como tanto habían querido por mucho tiempo.

Definitivamente había sido un buen día.