Flores de Sangre [Kimetsu no yaiba × Tu]

Capitulo 32- Por favor

La pelimorada estaba en negación total, mientras el pelinegro corría y saltaba con todas sus fuerzas, iría más rápido si Shinobu no estuviera perdida en su mundo, pero no podía dejarla, ella era sumamente necesaria, si la pelirroja realmente había sido herida hasta un punto grave que atentará contra su vida de esa forma nadie más que la pelimorada podría salvarla.

En cuanto llegaron a la sede, el pelinegro se dio cuenta como el rubio llegaba corriendo con toda su fuerza de igual forma cargando con la pelirroja en sus brazos envuelta con la capa del pilar, sin embargo se quedó helado sin creer lo que sus ojos veía.

Él había luchado contra ella... y su katana se rompió con solo impactar contra su piel, pero la pelirroja con la que el rubio cargaba estaba llena de heridas y la sangre había pintado por completo la capa del pilar de fuego.

La cantidad de heridas era... inhumana, pero... que esas heridas estuvieran en el cuerpo más fuerte que jamás había visto... lo aterraba, la pelimorada regresó de su shock al ver la sangre de la pelirroja, por lo que con fuerza se zafó del agarre del pelimorado y cayendo contra el suelo de golpe rodando para pararse y correr hacia la pelirroja.

Shinobu- ¡¡¡________!!!- Aterrada lanzó su espada y su haori que solo le estorbarían para sin piedad arrancarla de los brazos del rubio, corriendo con ella en brazos hacia su finca donde Aoi abrió la puerta, mostrando al gorrión de la pelirroja alterado por volar sobrepasando sus límites.

Aoi- ¡¡TENGO TODO LISTO!!- Gritó hacia la pelimorada que entró corriendo con toda su fuerza derrapando en el suelo de su finca y al chocar contra su pared salir disparada con fuerza hacia el cuarto donde solía realizar operaciones graves con la pelirroja en brazos ignorando los gritos de todo el que la viera pasar por su lado.

Los demás pilares habían escuchado como el cuervo de Rengoku les avisaba a todos sobre la situación, por lo que dejando todo de lado corrieron de inmediato, pero al llegar todo eran un caos, lateralmente la pelimorada los había alejado a todos y salido corriendo.

[POV SHINOBU]

Imposible... esto debe ser mentira... ella no puede... no puede morir... no... ella no... toda la sangre.... todas las heridas... la poca respiración... su cuerpo de baja temperatura... sus ojos cerrados... no... no.. NO NO NO NO NO NO, ¡¡¡NO!!! ¡¡¡ELLA NO!!!

Shinobu- ¡¡¡TODOS FUERA DE MI CAMINO!!! ¡¡LARGO!!!- Grité hacia todo que estuviera frente a mi y que no podía distinguir por mi vista borrosa, mientras sentía la sangre resbalar por mi cuerpo, provocando que mis ojos comenzarán a nublarse con mayor fuerza haciendo más borrosa mi vista debido a las lagrimas involuntarias que amenazaban con salir de mis ojos.

Entré de golpe a la habitación principal para dejarla en la cama y arrancarle la capa de Rengoku en busca de ver cuanto daño tenía en su cuerpo, pero al verlo no pude evitar llorar, nunca había visto a nadie tan herido en mi vida y que fuera _______ solo me provocaba más llanto.

Shinobu- ¡¡¡AOI TRAEME TODAS LAS MALDITAS GLICINAS QUE ENCUENTRES!!! ¡¡SEDANTES, GAZAS, BISTURÍ, AGUA Y SUERO!! ¡¡DE INMEDIATO!!- Grité llorando mientras limpiaba mis lagrimas jalando con fuerza su ropa y rompiendo la poca que seguía intacta.

Pero con cada pedazo de tela que iba quitando las heridas comenzaban a verse mejor, eran largas y profundas, la sangre no dejaba de salir, y su pulso cada vez era más débil, podía ver moretones en la parte superior de su abdomen indicando que sus costillas se habían roto.

Shinobu- ¡¡¡MALDITA SEA AOI NO TENGO TIEMPO PARA ESPERARTE NO ME IMPORTA SI ALGUIEN TE AYUDA NECESITO TODO EN ESTE INSTANTE!!!- Grité furiosa limpiando más mis lagrimas, no puedo ver bien, debo controlarme, solo empeoraré todo.