La vida de Amelia Ricci da un giro inesperado cuando, debido a una serie de circunstancias que amenazan la estabilidad y el honor de su familia, se ve obligada a casarse con un influyente empresario cuya reputación es tan impecable como su fortuna.
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Los noticieros de chismes no dejan de hablar de mí y las revistas me tienen de portada junto con Leonel, después de revelar mi compromiso anoche se armó un alboroto.
Las llamadas de mi asistente fueron mi despertador y el que casi la despidiera. Me dormí con un intenso dolor de cabeza y amanecí peor.
Lo primero que hice fue hablar con mi padre respecto a esos italianos, al entrar a ese antro cruzó de todo en mi mente, pero nunca que ellos fueran los dueños de ese lugar.
Lo único que respondió mi padre al respecto fue «Reforzaré la seguridad». Él sabe que ellos son intocables y meternos con ellos... Es una sentencia de muerte.
Olvido esa situación tan desagradable y me concentro en otra peor. Mi madre organizó un "desayuno especial", invito desde Jullise hasta Leonel en un abrir y cerrar de ojos.
Jullie alimenta a su pequeño hijo y observo que Hope lo mira con adoración. Ella desde siempre amando a los niños.
— ¿Y Grecia? — cuestionó al no verla.
— Tenía prácticas temprano.
Las empleadas empiezan a servir el plato con frutas. Desayunar al aire libre no es muy de mi agrado sin embargo lo disfruto al ver a mi sobrino.
El clima hoy parece agradable, el sol está rico e ilumina todo el jardín. Nunca entendí por qué mi madre puso una gran mesa en el jardín, si nunca usamos el comedor menos esta.
— El próximo año entras al colegio ¿cierto Adriano? — El menor de tres años me mira sonriendo.
Adriano es una copia de ambos: cabello rojizo, ojos verdes y piel blanca. Los rasgos finos idénticos a mi hermano, lamentablemente para Jullie su hijo es una copia de mi hermano.
— ¿Has pensado en internados? — la pregunta de mi madre provoca que mi padre se atragante con el jugo de naranja.
— ¿Estás loca? Mi nieto no irá a ningún internado — dice con cierto enojo — Y es más, esa decisión es de la madre, a nosotros no nos incumbe.
Desde de anunciar mi compromiso, las cosas entre ellos dos, están fatal. Las peleas son más frecuentes y a pesar de que la mansión es gigantesca, los gritos se escuchan.
— He visto unos cuantos colegios aquí en roma — habla Jullise — No lo enviaré a ningún lado, quiero estar presente en todas sus etapas y que sepa que tiene una madre muy orgullosa de él.
Sonrió orgullosa de mi mejor amiga, a pesar de haber sido madre tan joven, es magnífica haciéndolo. Su prioridad siempre es Adriano y siempre está cuidándolo de todo el mal.
— Perdonen por hacer esta pregunta, pero... ¿Y el padre?
Me tenso al recordar que Leonel no sabe nada de mi hermano. Miro a mi familia; hope no dice nada y se pone a comer su fruta, papá toma jugo, mi madre solamente tiene una sonrisa y jullie tampoco dice nada.
