¿Sabes lo que es amor? [U.S.A. × Tú]

Solos en Casa

- Se lo fácil que olvidas las cosas, tontito - reí por el apodo que le di

Se sonrojó un poco. Si no fuera por la parte blanca de su cara, no podría distinguir si esta sonrojado o no.

- Te ves tan tierno - me acerqué a acariciar su carita

- Recuerda con quién estas hablando, hermosa - dijo él, tomando la mano que lo acariciaba

- (El pervertido creador del porno) - me contesté - Con Canadá - le respondí a él

- Sí~ ¿y sábes lo que puede hacer Canadá? - se acercó a mí

- Bastantes cosas, supongo - hablé, siguiendo su jueguito

- ¿Supones? Puedo hacer que te pongas en cuatro y gimas solo para mí - se subió encima de mí

- Bueno, todavia no estoy en cuatro - le saqué la lengua con burla

Me ponía nerviosa con cada cosa que decía, pero me gustaba ese jueguito de hablarnos de esa forma.

- Claro que no - negó con la cabeza - yo sere él que te ponga en cuatro - me besó con fiereza

Le seguí el beso, claro, él tenía bastante experiencia en eso. Pero me puse a pensar, ¿qué soy de él?¿Una amiga, conocida, o solo una chica más con la que se besaba?. Aún así, no quería detenerme, se sentía tan cálido y tan dulce, que no podía parar.

- No sabes lo que te espera, bombón - advirtió quitándose la camisa y la camiseta al mismo tiempo

- ¿Enserio? Quiero saber que me espera entonces - mis dedos jugaban con su cabello

- Yo te advertí - sonrió satisfecho

Volvió a besarme, quitándome la sudadera al mismo tiempo. Yo desabrochaba sus jeans, sin siquiera separarnos. En poco tiempo, yo estaba en ropa interior, y él ya estaba completamente desnudo; podía sentir su miembro duro entre mis piernas.

- ¿Ya te mojaste, bombón? Ni siquiera te di la atención que necesitas ahí abajo - comenzó a bajar mis bragas

- Mmh... - en cuanto las bajó, su miembro chocó con mi entrepierna

- ¿Qué dijiste? No te escuché - se acercó a mi oído - Dilo más fuerte - suspiró

Mi cuerpo se estremeció, los pelos de mis brazos se erizaron. Pero él aún no entraba, solo jugaba conmigo, me decía todo tipo de cosas sexuales, me mordía y me acariciaba. Me provocaba más y más.

- Te veo impaciente, no me digas que esperas que te ponga en cuatro - habló con una voz ronca y atractiva a mi gusto

- Tanto lo presumias y no has hecho nada - volteé mi cabeza a un lado, fingiendo estar indignada

Me mordió en el cuello para luego entrar lentamente dentro de mí. No pude evitar soltar un gemido de dolor por eso. Se detuvo y giró mi cabeza para verlo a la cara.

- ¿Estás bien? - preguntó preocupado

- Es-estoy bien - suspiré lentamente, retomando aire