Eran al rededor de la veinte horas, como según recuerdo del primer día, todos iban a comer. El comedor, ese maldito comedor. Aunque quisiera evitar el lugar, Felix tenía hambre. Nos dirigimos a una mesa solitaria en una de las esquinas del lugar, al parecer la fila para la comida era más larga de lo que creí.

Felix nos posicionó en los asientos, él estaba a punto de pararse, pero lo detuve antes de que pudiese ir por la comida de ambos. Agarré sus hombros sin decir nada haciendo que se sentara. Su mirada mostraba confusión, de hecho, yo también lo estaría. Yo me levanté como pude haciendo que el también se parara al mismo tiempo por temor a que me cayera.

-Estaré bien-

Dije tratando de sonreír para recibir una pequeña risa por parte del menor mientras sacaba más lágrimas. Sabía que el no estaba de acuerdo conque yo fuera. Nuevamente, lo tome de los hombros indicándole que se sentara. Inicié a caminar, era más difícil de lo que creía, pero no iba a dejar que Felix fuera por la comida, era lo último que podía hacer.

Lo vi de reojo, estaba reposando sus brazos en la mesa mientras que posicionaba su cabeza entre ellos. Estaba llorando, de eso estaba seguro. El escondía sus lágrimas en ese cálido embrace creado por sus brazos. Desvíe la mirada una vez más, odiaba verlo así, pero no podía hacer nada al respecto.

-Entonces Lee sobrevivió-

Uhh

-Song-

Antes de que me diera cuenta, fui empujado al suelo llamando la atención de todos en la fila. Este era el acto más cobarde que había presenciado en toda mi vida. Traté de levantarme, pero solo recibí un crujido proveniente de mi mano. Mierda. Su rosto tenía una sonrisa maliciosa que cualquier persona reiría por lo estúpido que se veía.

-Es un poco... cobarde el lastimar a alguien que no está en capacidad de pelear- Dije mientras que trataba de levantarme una vez más tratando de ignorar el dolor en mi mano.

-¡Cállate!-

Dijo el hombre antes de patear directamente con su pierna derecha el rostro que tanto duré en cuidar todos esos años de peleas. No podía mentir, dolía, más que todas las ráfagas de golpes que solía recibir del Canguro Negro de la escuela. Esto era otro nivel a mi parecer, o quizás solo era por la condición en la que me encontraba. Lo odiaba.

Esta vez, los gritos de emoción de una pelea no se podían escuchar, en cambio, un silencio profundo invadió el lugar mientras que el pateaba mis costillas. Todos miraban la escena con asombro pero a la vez seriedad, sabían que no era correcto meterse con alguien que apenas podía caminar.

Ahg

Duele.

Sus patadas eran continuas y se dirigían a los lugares frágiles del cuerpo, y yo, como único método de defensa, traté de cubrir mi cabeza con mis brazos mientras que pegaba mis rodillas a mi pecho como escudo. En estos momentos es cuando quisiera tener mis manos funcionando.

AAAAHHHHHH!-

AAAAHHHGG!-

UUUHHHGG-

-¡Aaahhhgg!-

No sé cuánto duró, no se cuánta sangre derrame ni cuántos golpes me había dado hasta que tuve la oportunidad de golpear uno de sus puntos ciegos con mi malherido pie izquierdo. Me sorprendía la facilidad con la que se podía noquear un hombre "fuerte". El sarcasmo no puede faltar en la frase.

-Imbécil- Susurré con odio tratando de contener mis ganas de patearlo.

Estaba más que claro que no iba a golpear a alguien que estaba inconsciente. Eso iba principalmente en contra de mis principios aunque parezca que no los tengo. Una vez más, me levanté para caer otra vez en mis rodillas, el dolor no cesaba y esa sensación de entumecimiento no parecía poder dejar mi cuerpo pronto. Uhhh. Odio esto más de lo que odio a Chris.

Why?  [Lee Know skz]Where stories live. Discover now