Mi adorable lector - [Larry]

Capítulo veintinueve.

Louis al día siguiente de su llamada con Harry se encontraba de un increíble humor, hasta que su familia le cortó la emoción. Estaría de nuevo con Harry, sí, pero su madre no lo aceptaría, seguiría negándose a darle una explicación de su relación con Tom y seguiría dejando que éste lo maltratase como quisiera. Pero se mantenía positivo, porque su novio llegaría en cualquier momento para abrazarlo y decirle que todo estaría bien, y solo en eso quería centrarse ahora.

Últimamente había evitado salir de casa. Pero este día en particular estaba de su lado y pensó por qué no salir con sus amigos, según Lottie era un lindo día y despejarse de todo lo malo en esas cuatro paredes le serviría mucho.
Fue a tomar un helado con Sidney y pasearon por las calles durante un largo rato, hablando de la vida o idioteces, intentando evitar a toda costa los problemas y cosas tristes que sucedían a su alrededor.

Salir con ella era divertido. Más que nada porque estaba locamente obsesionada con criticar a personas random, siempre sacándole una carcajada a Louis.

E incluso a pesar de lo que estaba pasando, debía admitirlo, era más feliz de lo que nunca había sido.

Era extraño decirlo, pero realmente se sentía así. Tenía a los mejores amigos, al chico más perfecto a su lado y una hermana que lo defiende de absolutamente todo. Y no se trata de si son pocas personas a su lado o no, porque con ellos cuatro ya se siente suficientemente querido.

Una sonrisa involuntariamente se instaló en su rostro y de repente se encontraba abrazando a Sidney, lo más fuerte que podía sin lastimarla (aunque ella tenía más fuerza y podría lastimarlo a él). Sidney no lo comprendió del todo, pero correspondió cariñosamente. Sabía que Louis estaba mal, quizá solo necesitaba un simple abrazo.

—¿Estás bien? —preguntó, acariciando su espalda.

—Sí, más que bien —respondió Louis—. ¿Te has enterado? Quizá en unos días venga Harry.

—¿En serio? ¡Niall no me dijo nada! —exclamó.

—Y eso que es el más chismoso.

—Está en guerra con Harry, siendo sincera. ¡Son tan chismosos que parecen viejas de cincuenta años, como mi tía!

Louis no le recordaría que los cuatro eran exactamente iguales en ese punto, así que solo se limitó a asentir.
Caminaron con los brazos entrelazados mientras hablaban y se quejaban, a modo de broma, de sus novios.
Sidney contaba sobre cuánto le costaba expresarse, porque demostrar sentimientos nunca fue algo común en su entorno. Y Louis se sintió totalmente identificado.

Cuándo ella terminó de hablar, él le contó sobre lo que Harry le había dicho y lo confundido que lo tenía. Que no sabía como actuar ante eso y que no tenía idea de lo que le diría en cuanto Harry volviera a Doncaster.

—¡No puedo creer que dijo eso! —exclamó, sorprendida y emocionada—. ¡Por Dios, dijo que te ama!

—No ayudas.

—Oh, lo siento, lo siento —dijo.

—Descuida.

—¿Sabes? Cuando Niall me lo dijo a mí, yo no podía decírselo porque... porque aún no lo sentía, si te soy sincera. Y yo... aún recuerdo sus palabras, él me dijo "Entiendo si no puedes, no quieres y no es el momento adecuado para que tú lo digas, pero quería que lo supieras" y cuándo yo le dije lo mal que me sentía respecto a eso, simplemente dijo "No tienes por qué, amor. Sé que, al menos, me quieres. Supongo que me quieres, y mientras me quieras al menos un poco, es suficiente para mí, linda" —suspiró, mirando el suelo, con una leve sonrisa—. Harry te ama y es el chico más comprensivo del mundo. Si le explicas esto que sientes, estoy segura de que te entenderá.