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He pasado media vida buscando mi otra mitad, para pasar la otra media intentándola olvidar.
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Abrió los ojos sintiéndose perezoso y cansado a pesar de haber pasado las últimas horas durmiendo, se acurruco un poco más en el sofá y destapó su rostro poco a poco con los músculos de los brazos adoloridos. Un dolor suave se hizo presente en su nuca cuando acomodo mejor la cabeza sobre el cojín y suspiro aún adormilado.

No tenía sentido volver a intentar dormir cuando seguramente aun no era lo suficientemente tarde como para meterse a la cama. Observo fijamente el televisor con ojos cansados, tenía mucho tiempo que no se sentaba a ver algún programa de televisión basura antes de irse a la cama. Fue un error pensarlo durante más de dos minutos, pues llegó a la conclusión de que sería mejor seguir acurrucado refugiándose del clima frio.

Se sintió más relajado entre las mantas suaves y cambio la posición, estiro las piernas y se colocó sobre la espalda enfocando el techo en su campo de visión, recordó haberse quedado dormido con su oso favorito de peluche y sonrió cuando volteo para encontrarlo en el piso sobre la alfombra. Siempre había querido descubrir cómo es que siempre terminaban tan separados cuando se aferraba tanto a él e sus horas de siesta.

La necesidad de dormir volvió nuevamente a él en forma de cabeceos y parpados ligeramente cerrados, comenzó a ver recuerdos bonitos detrás de sus ojos y estuvo a punto de dejarse llevar cuando la puerta principal se abrió repentinamente rompiendo por completo su burbuja de ensoñación.

Soltó un quejido suave de esos que todos le decían sonaban tiernos en lugar de molestos y se giró en dirección a la televisión nuevamente solo para hacerse bolita y cubrirse de nuevo.

Después de algunos segundos se dio cuenta de lo que acababa de pasar y abrió los ojos con exageración volviendo a su estado de vigilia, alguien acababa de entrar en su departamento y a juzgar por el horario solo podía tratarse de una persona... Harry.

Eso lo tomó por sorpresa, esa debería ser la primera vez que se ven desde que el alfa se fue a la oficina el lunes en la mañana y la semana ya estaba por terminar, decidió que quizás podrían hablar un poco ya que parecía una eternidad desde que no lo había visto.

Se enderezo y pasó una de las mantas por su espalda hasta cubrir su cabeza y su cuerpo por completo, lo único visible eran sus ojos.

Todos sus amigos le decían que para ser un adulto algunas veces parecía ser un niño de cinco años, el omega no se quejaba de ningún comentario ya que tenían razón.

Escuchó algunos sonidos fuertes en la habitación principal, en aquella en la que no había dormido desde hace casi tres semanas, aparte de esa habitación el departamento solo contaba con otra y habían decidido que sería el estudio artístico de Louis, por lo que no estaba completamente adaptada para vivir ahí, pero tenía un sofá- cama que había sido su mejor compañero durante esas tres semanas.

¿Lo peor de todo? Harry no se había dado cuenta de su ausencia en la habitación.

Escucho un gruñido de frustración demasiado conocido y sonrió inconscientemente ante la imagen mental de Harry buscando algo desesperadamente sin saber que lo tiene enfrente. Espero un rato más concentrándose en el dolor muscular y de cabeza por las quimioterapias hasta que Harry apareció.

Llevaba la vestimenta habitual en un día de trabajo, un traje negro con una camisa blanca perfectamente lisa y una corbata de un gris no tan claro, pero tampoco completamente obscuro, llevaba el cabello recogido en un moño perfectamente peinado con algunos rizos saliendo de su lugar y solamente lo observo de reojo antes de entrar a la cocina.

The end of the story ||  L.STempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang