UNA SOLA VOZ

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Cuando el camión se detuvo, las puertas volvieron a abrirse y uno a uno nos obligaron a bajar, a aventones y patadas dadas con brutalidad a mis hermanos varones, quienes cayeron de cara al piso mientras los guardias soltaban risotadas llenas de diversión, y, a nosotras, las mujeres, nos examinaban con morbosidad haciendo que nos acercáramos unas a otras para cuidar nuestra integridad.

Debido a que había sido la primera en ser llevada al camión, la última en salir de éste fue Leslie, quien lo hizo siendo maltratada por el mismo joven pelinegro de antes que la presionó para avanzar hacia nuestra fila, en donde por azares del destino, yo había quedado en el último puesto, por lo que sentí claramente cómo ella se acercaba a mí y más que eso, se pegaba demasiado con desespero, mientras sollozaba y se quejaba al ser presionada y seguramente toqueteada morbosamente por el mismo tipo de antes.

Fue en ese momento en que, por el comportamiento de Leslie, enlacé las ideas y entendí que el tipo que estaba detrás suyo debía ser uno de los que habían abusado de ella y, por consiguiente, el rubio también, pues ella había dicho que ambos eran hermanos y siempre estaban juntos, así que, realmente temí por lo que pudiéramos estar por vivir como producto de ese secuestro.

Caminando, uno detrás del otro, entramos a lo que parecía ser el recibidor de una casa y justo en ese momento, la sangre se me heló y los ojos se salieron de mis orbitas de la misma forma en que debió de pasarle a todos mis hermanos, a mis padres y a la misma Leslie, puesto que la escena que se presentó frente a nosotros, francamente me desarmó.

Liam estaba allí, hincado frente al jefe de aquella banda a la que mi hermano pertenecía, llorando desconsolado y siendo golpeado por éste con una macana de metal, su cuerpo se retorcía recibiendo cada uno de los golpes que el tipo aquel le daba sin clemencia.

- ¡Déjalos ir y te daré el dispositivo! - rogó elevando la mirada para mirarnos.

- Dame el dispositivo y los dejare ir - fue la respuesta del tipo aquel que solamente se reía disfrutando de tener el poder.

- Yo... yo... ¡No lo tengo conmigo! ¡Lo escondí! ¡IRÉ POR ÉL! ¡IRÉ POR ÉL Y TE LO TRAERÉ! - exclamó Liam exasperado.

-Ya nos estamos entendiendo. -

Afirmó el jefe de Liam, asintiendo y haciendo señas a sus primos para que nos sacaran a todos de allí, exceptuando a Leslie, a quien vi que el mismo jefe se acercó y abrazó restregándose sobre ella, que llorando se trataba de alejar poniendo sus manos atadas sobre el pecho de éste para separarse, que sin importarle lo que ella le pedía y los gritos iracundos de Liam para que la soltara se quedó abrazándola hasta que quiso.

Fui obligada a salir después de ver aquella última escena, así que, durante los siguientes minutos, vi cómo mi familia caminaba hasta el patio de la casa y sin detenernos, llegamos hasta lo que parecía ser un sótano o un cuarto subterráneo con puertas de metal reforzado.

Una vez allí, con mis padres por delante, cada uno de mis hermanos y, finalmente yo, entramos al agujero, en donde nos quedamos a oscuras cuando la puerta se cerró de golpe. Llorando, mis padres nos preguntaron si nos encontrábamos bien y aunque todos asentimos y les aseguramos que así era para que no se preocuparan, la verdad era que ninguno estábamos realmente bien porque no teníamos ni idea de lo que pasaba.

-Todo va a estar bien. - era la voz de mi madre la que resonaba en el lugar, tratando de calmar a Ada y al resto de mis hermanos o al menos para darnos algo de confianza pese a no saber con certeza si en realidad todo estaría bien o no.

Estando allí, a oscuras, rodeada por los miembros de mi familia y ajena a lo que estaba sucediendo con Leslie y con Liam, nuevamente recordé el día en que rescaté a Leslie del maltrato de Zelo y la llevé a casa para que se encontrara con mi hermano y, sin poder evitarlo me llené de rabia y coraje, pensando en lo estúpida que había sido al pensar en que podríamos ayudarla a salir de aquella relación tóxica sin tener consecuencias.

Escuchando los sollozos de mis hermanos y mis padres, lloré destrozada, pensando en que esa podría ser la última vez que estaríamos juntos y les rogué por su perdón, porque creía que era mi culpa.

- De verdad lo siento, yo no... no... sabía que esto pasaría por ayudar a Leslie...sólo quería...

-Jamás te arrepientas de hacer el bien. - fue la respuesta de mi madre ante mis súplicas, la que llegó como el consuelo que no sabía que necesitaba con tanta urgencia.

Asentí con la cabeza, aunque sabía que ella no me veía y limpié mis lágrimas como pude escuchando cómo mis padres comenzaban a recitar en voz alta una oración y todos mis hermanos los secundaban, unidos en una sola voz.

~O~

Nota de la autora:

Se me eriza la piel de sólo imaginar la escena de la familia recitando la oración en que suplican y ruegan por un milagro cuando todo parece perdido.

Sin saber si serán capaces de salir vivos de aquel secuestro y teniendo en mente que allá afuera está Liam luchando su propia batalla, la familia sufre al darse cuenta del sufrimiento y el dolor por los que el menor de los hijos varones ha tenido que pasar...

Aunque ya sabemos qué fue lo que sucedió después, aun así... duele imaginar que una familia entera, cuyos padres son almas puras y bondadosas, que el único mal que hicieron fue permitir que Liam se metiera en las pandillas, misma en que todos los hijos en realidad son buenos y no son capaces de desear el mal o al menos no de manera intencional, puedan sufrir de esa cruel manera...

Una vez más, gracias por darle la oportunidad, no olvides votar y comentar, bueno, bueno... ya no te molesto más... ¡Gracias por leer!

POR ELLAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant