Capitulo 8

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Los últimos días en Londres se me estaban haciendo algo eternos, un poco aburridos y hasta diría tristes también

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Los últimos días en Londres se me estaban haciendo algo eternos, un poco aburridos y hasta diría tristes también. Tal vez era porque ya tenia la mitad de las cosas empacadas para cuando viniera el camión de mudanza o también porque sabia que ya no volvería a esta casa.

Luego de haber terminado los  trámites de la visa de trabajo, me tomé el tiempo de relajarme un poco y disfrutar unos últimos instantes de lo que ya no seria mi barrio.
Tomé asiento en el murito de cemento de la entrada y observé todo en aquella cuadra de casas casi iguales mientras bebía té de mi vaso térmico.

Con una tierna sonrisa, seguí con mi mirada a uno de mis vecinos, el Señor Thompson, que salía de su casa con su nieta Emily. Ambos iban caminando despacio por la vereda de enfrente, ya que él usaba bastón, y al verme me saludaron efusivamente con la mano.

—¡Buen viaje a California!—exclamó Emily con una sonrisa.

—Envíale mis saludos a la pequeña Lizzie—dijo el Señor Thompson—. Cuídense mucho

—Muchas gracias—respondí con una tierna sonrisa—. Ustedes también cuídense mucho

Ambos me arrojaron un beso desde enfrente y siguieron su camino hacia la esquina, dejándome con un sabor amargo en la boca.
Aunque dijera que ya no tenia nada que me retuviera en Londres, la verdad es que una parte de mi extrañaría salir todas las mañanas a trabajar y ver a aquellas familias que conozco desde que tengo memoria.

Mientras apoyo mi espalda contra la pequeña columna del murito y estiro mis piernas sobre este, noto a una persona que se acerca caminando por la vereda de mi casa.

—¿Chris?—digo algo sorprendida por verlo ahí—¿sucedió algo con Lizzie?—suelto casi como un reflejo, haciéndolo reír.

—No, para nada—respondió con tranquilidad—. Esta bien, se quedó con Lena mientras yo venia aquí

—¿Y qué haces aquí?—pregunté ya mas tranquila mientras volvía a sentarme en el murito, ya que del susto de verlo ahí me había bajado.

—Lizzie estaba preocupada por ti y decidí venir a ayudarte para que se quedara tranquila—explicó al meter las manos en los bolsillos de su abrigo.

—Lo siento, no tenias que molestarte. Lizzie se preocupa demasiado—suspiré al imaginar todo lo que le habrá dicho a su padre para este viniera hasta aquí.

—Eres su mamá, yo también haría lo mismo por la mía—admitió con sinceridad, haciéndome sonreír.

—Gracias, en serio

—No hay de que—sonrió, sentándose a mi lado y observando el barrio—. Me gusta aquí, es bastante tranquilo

—Lo fue hasta que Lizzie fue parte del lugar—comenté entre risas, recordando el barullo que solía hacer con los niños del barrio y que así se ganó a todos allí por ser todo un personaje.

"I'm do it for her" - Chris EvansOù les histoires vivent. Découvrez maintenant