꧁Capítulo 15.

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↣↣↣   ѕωєєт ρѕуɕнσ αηցєℓ   ↢↢↢

[ ༞༞༞ ]

Dalia terminó de poner la mesa y dejó la comida recién hecha sobre esta. Se despidió de nosotros con una amable sonrisa y se fue.

Dalia me caía bien, a veces me compraba dulces o galletas y me las daba a escondidas de mamá, quien no dejaba que hubiera nada de azúcar en la casa.

La mayoría de los trabajadores de la casa casi nunca estaban, por lo que no era nada cercana a ellos. El jardinero solo venía una vez cada dos semanas, Joaquín, el que hace el que hacer en la casa venía dos veces por semana y solo en las mañanas cuando estoy en la escuela, no teníamos chofer y mi padre había comprado un sistema de seguridad muy caro por lo que no necesitábamos guardias o alguien que vigilara la mansión.

Mis padres eran muy reservados con su privacidad y no se sentían seguros con personas desconocidas vagando por nuestra casa, por eso no teníamos mucha servidumbre.

Habían contratado a Dalia hace un mes aproximadamente, solo venía en los horarios de la comida para servirnos y luego se iba. Hasta ahora es con la única que hablo, es buena persona. Es la única que no me mira raro o que dice comentarios hipócritas acerca de mi.

—¿Cómo te fue hoy en la escuela? —preguntó mi padre.

Abrí la boca para hablar pero recordé que todavía no me pasaba la comida y la cerré con rapidez.

Volteé a mirar a mi madre preparándome para sus comentarios pero tenía la mirada perdida en su puré de papa en el que clavaba su tenedor repetidas veces.

Recordé todas la veces que me regañó por jugar con mi comida e irónicamente ahora ella lo estaba haciendo.

—Mejor que ayer supongo —contesté mirando a mi plato. Mi madre también decía que mirar los platos de los demás era descortés y no quise tentar mi suerte, tal vez hoy no estaba tan enojada—. Todavía me estoy adaptando a la nueva escuela.

—Veras que lo harás —respondió mi padre en un intento de tono amable.

Mi madre balbuceó algo inentendible arrastrando las palabras.

—¿Dijiste algo? —preguntó mi padre y no fue hasta que mi madre alzó la vista que vi sus ojos rojos y su aliento a alcohol llegó a mis fosas nasales.

Por eso estaba tan callada.

—Que si no fuera porque di a luz a un engendro no estaríamos pasando por esto —dijo mi madre a lo alto mirándome con desprecio, a lo que yo solo bajé la mirada—. ¿Sabes lo que mis amigas dicen ahora de mi? ¿Sabes la vergüenza que me haces sentir frente a ellas? —gritó escupiendo cada palabra con odio.

—Si realmente fueran tus amigas no estarían hablando mal de ti, yo no tengo la culpa de que sean unas hipócritas —levanté la voz enfrentando su mirada.

Me arrepentí de haberlo hecho cuando sentí un golpe en seco en mi mejilla.

—¡No vuelvas a hablarme así que soy tu madre! —gritó apuntándome con el tenedor en su mano.

—Helena cálmate, estás asustándola —trató vagamente mi padre de calmarla.

—¡Debería de estarlo! Si no fuera por nosotros su vida se hubiera arruinado —exclamó llena de furia.

𝕾𝖜𝖊𝖊𝖙 𝕻𝖘𝖞𝖈𝖍𝖔 𝕬𝖓𝖌𝖊𝖑 || ᴊᴇʀᴏᴍᴇ ʏ ᴊᴇʀᴇᴍɪᴀʜ ᴠᴀʟᴇsᴋᴀ || #1 Where stories live. Discover now