꧁Capítulo 21.

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↣↣↣   ѕωєєт ρѕуɕнσ αηցєℓ   ↢↢↢

[ ༞༞༞ ]

Acomodé mi broche dorado que me había dado mi padre por mi cumpleaños en mi media coleta.

En medio tenía una piedra azul, que según mi padre, le recordaban a mis ojos. De un azul oscuro tan profundo como el mar, misterioso y lleno de secretos.

Me puse mis zapatillas, también nuevas, y por último pinté mis labios de un rojo cereza. Derek debía estar por llegar, y ansiaba por que la fiesta comenzará.

Mis padres, como siempre, querían un gran festejo, con muchas personas para presumir que su única hija había cumplido 18 años, pero a mi nunca me gustaron las fiestas, al menos no las de ellos. Solo venía gente aburrida, que hacía cosas aburridas y hablaban de cosas aburridas. Así que, no sé como, pero logré convencer a mis padres de solo hacer una pequeña cena nosotros tres y mi nuevo novio Derek.

La verdad no lo conocía mucho. Por lo que me habían contado unas niñas en la escuela es que había dejado los estudios hace mucho, vivía en las calles y de vez en cuando iba por mi escuela a vender droga y alcohol. Ahí fue donde lo conocí.

Era muy fácil de manipular, con un poco de dinero o sexo era suficiente para que hiciera lo que quisieras.

Pero para él, el sexo conmigo fue más que eso. Y me sorprendió que nunca me hubiera pedido dinero o incluso robado, que era lo que uno esperaría sobre personas como él. Creo que realmente le gustaba, y no iba a desaprovechar eso.

Por supuesto, la primera vez que se lo presenté a mis padres como mi novio, lo desaprobaron, pero ya estaban acostumbrados a que hiciera eso: salir con un chico o chica que no fuera de su aprobación solo para hacerlos enfadar y después de un rato los votaba por aburrimiento.

Pero esta vez sería diferente.

Había planeado esta noche por mucho tiempo y nada podía salir mal.

El timbre sonó y bajé las escaleras apresuradamente. Escuché a mi madre gritarme que no corriera pero la ignoré.

Llegué hasta la puerta y la abrí.

Derek llevaba puesto un traje desgastado con la corbata mal puesta y un ramo de flores ya un poco marchitadas. Algo que me gustaba de él era que a pesar de no tener nada, siempre se esforzaba por darme lo más que pudiera. Según él, las chicas como yo, lindas y con dinero, merecíamos hasta el más brillante diamante y que el algún día lo conseguiría para mi. Aunque la única forma en que él podría conseguir algo de valor sería robándolo.

Se que no lo decía con mala intención, pero a veces sus prejuicios eran molestos.

Niña rica, con padres ricos. Seguramente vive una fantasía. Pero donde hay dinero siempre falta amor. Y mi familia no era la excepción.

—Hola —lo saludé con una gran sonrisa.

—Te traje esto —dijo extendiéndome el ramo de flores—. Se que no son muy lindas pero fue lo que pude conseguir —continuó apenado.

—Oh no te preocupes. Son hermosas —mentí aún con una sonrisa en mi rostro.

Tomé las rosas y caminamos hasta el salón principal.

Habían tres sillones que rodeaban una pequeña mesa de madera con un jarrón vacío en el centro. Mis padres esperaban sentados en uno de los sillones murmurando cosas que no alcanzaba a escuchar hasta que nos vieron entrando al salón.

𝕾𝖜𝖊𝖊𝖙 𝕻𝖘𝖞𝖈𝖍𝖔 𝕬𝖓𝖌𝖊𝖑 || ᴊᴇʀᴏᴍᴇ ʏ ᴊᴇʀᴇᴍɪᴀʜ ᴠᴀʟᴇsᴋᴀ || #1 Where stories live. Discover now