Libro 1 Capítulo 24

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Que chiste, se permitió pensar con poca gracia. Una Mikaelson muriendo por un mal dormir, a ser verdad estaba segura de que aquello recorrería Europa en cuestión de miserables segundos. Arruinaría su apellido, la reputación que su linaje arduamente había forzado a lo largo de los siglos. ¿Entonces era eso lo que ella tanto temía?¿Arruinar a su familia?

Mikaelson, patéticos y débiles. ¿Quién les iba a temer ahora una vez ella dejara al descubierto todas las heridas, todas las debilidades?

- Bien -Josie se decantó por decir una vez se dio cuenta que la única hija de Niklaus no iba a dar el brazo a torcer, lo que debió suponer desde un principio- En todo caso debemos reunirnos con mi madre en el gran salón, tengo que realizar una par de tareas -

- ¿De qué se trata? -Se atrevió a preguntar, apartando los ojos del radiante sol mientras caminaban para adentrarse en la gran corte.

Hasta entonces habían estado disfrutando de la brisa mientras caminaban a lo largo del canal que desembocaba en el lago al cual el castillo tenía vista; ese extravagante lago donde Hope había querido sumergir el cuerpo de un consejero hacía ya varias noches atrás.

- Hoy, como los primeros días de cada mes, es día de juicio. Las puertas del castillo están abiertas para recibir al pueblo así como mis oídos están listos para escuchar sus demandas, estoy a cargo de las sentencias -Le explicó con brevedad, sus manos golpeando entre sí con algo de brusquedad.

Se veía nerviosa, Hope debió hacerse la idea de que tal vez era la primera vez que Josette iba a lidiar con la situación por si sola. En realidad fue algo que no tardó en deducir, en ninguno de los tres meses que ya llevaba en Francia Josie había estado haciendo algo de esto en los primeros días de cada mes.

Por otro lado la menor de la casa Mikaleson había, desde muy joven, presenciado muchas de estas audiencias. Para sorpresa de todos no era su padre quien solía encabezarlas sino su madre, quien era dotada de una paciencia de la que Niklaus claramente carecía. En dichas instancias Hope se mantenía de pie junto al trono, escuchando como su progenitora solía resolver los problemas con una habilidad que esperaba haber heredado. Algún día, llegado el momento, era ella quien iba a tomar su lugar para ejercer exactamente las mismas tareas.

- Parece ser que será un largo día -Evidencio con cuidado, mirando a la joven de reojo.

- Tengo miedo de estropearlo -La Delfina no tardó en confesar, su labio inferior preso entre sus dientes.

La pelirroja sacudió la cabeza con el propósito de que aquello apartara la idea de que la joven se veía extremadamente encantadora cuando sus ojos se abrían de aquella forma que solo la verdadera preocupación lograba.

- No harás tal cosa -Aseguró con sus manos tras la espalda, subiendo los últimos escalones de la entrada.

Hope lo creía así como Josette creía que la pelirroja era una buena persona. Por unos segundos la heredera al trono inglés vivió en carne propia aquello que había visto arder en los orbes de la castaña cuando esta se lo confesó mientras desayunaban en la cama.

- Tu fe en mi resulta alentador -Sonrió mirando al frente, esperando que Hope no pudiera notar sus mejillas sonrojadas. Bueno, siempre podía darle culpa al rubor del maquillaje- Pero no es a ti a quien debo convencer, es a mi pueblo -Dudó con una mueca que no dejaba de resultar adorable, la palma de su mano deslizándose por el mármol de la baranda- Seré su reina algún día, espero que no solo por derecho divino sino porque ellos me quieran en el trono. Quiero que me escojan, para ello debo conseguir que crean en lo que significan para mí. No soy mi padre, es todo lo que quiero que vean -

Si solo fuera Hope -Hosie 1Where stories live. Discover now