Giant Baby 🍫 YugBam

🍫 "Papá" 🍫

YuGyeom se mantuvo un buen rato entre los brazos de BamBam luego de que éste lo llevara a casa. Claro que no era molestia para él ser abrazado por el mayor, pero le preocupaba el hecho de que BamBam no había dejado de llorar desde que se acurrucaron en su habitación como solían hacerlo.

  — BamBamie, tranquilo. Todo está bien. — murmuró YuGyeom frotando su rostro en el pecho del tailandés. — ¿Qué pasa? ¿Te duelen los golpes que te dio ese hyung? ¿O quizá te duele tu pancita? Dime algo...

BamBam se limitó a abrazar más fuerte a YuGyeom. Seguramente lucía patético llorando como un niño pequeño (aunque no estaba tan lejos de serlo), pero no podía detenerse, se sentía fatal desde lo ocurrido esa mañana con Mark.

Temía llegar a casa y que su madre le dedicara una mirada decepcionada cuando viera que su hijo, al cual educó con diligencia para que creciera con buenos valores, se había lanzado a los golpes con un estudiante al punto de ser expulsado temporalmente.

¿Era ese el ejemplo que quería darle a su pequeño Gyeom? Por supuesto que no, y justo eso lo hacía sentir todavía peor.

  — Perdona, Gyeomie. La verdad es que no soy tan genial como piensas.

YuGyeom no entendía del todo las palabras de BamBam, más bien no entendía el porqué de ellas. Se sentó en la cama para poder ver el rostro del mayor, su corazón se estrujó al verle los ojos hinchados y rojizos por tantas lágrimas derramadas.

  — No digas eso, BamBamie. — dijo YuGyeom pasando un pañuelo por las mejillas húmedas del mayor. — Yo quiero ser como tú, quiero ser igual de fuerte para ser capaz de proteger a mi mamá como lo haces tú... o por lo menos tener el valor de intentarlo. — el pequeño bajó la cabeza al sentir sus lágrimas venir, no quería llorar cuando se suponía estaba consolando a BamBam. — Para mí eres el chico más genial del mundo, BamBamie.

BamBam sollozó por última vez, sumamente conmovido por las dulces palabras de YuGyeom, y se sentó también en la cama. Tomó al menor de las mejillas para besarle repetidamente la frente.

  — Gracias, YuGyeom. Me has hecho sentir mucho mejor. — respondió BamBam con su frente recargada en la del menor. 

  — ¿En serio? — preguntó contento, tomando de las manos a su novio.

  — En serio. — confirmó BamBam. — Pero un besito me haría sentir todavía mejor.

YuGyeom sonrió tímido, pero no dudó mucho antes de darle un pico en los labios a BamBam. Éste también sonrió ante el tierno gesto.

  — Eres tan lindo, Gyeomie.

BamBam se acercó de nuevo al menor con intenciones de repetir el contacto, pero el sonido de la puerta principal cerrándose los sobresaltó a ambos.

  — Debe ser alguno de tus padres. — dijo BamBam poniéndose los zapatos. — Ya es hora de que me vaya.

  — Pero aún es temprano, BamBamie. Quédate un rato más. — pidió el pequeño sujetándolo de la muñeca.

  — No le avisé a mi madre que vendría así que debo estar en casa antes de que llegue o se preocupará.

YuGyeom puchereó mientras veía a BamBam tomar sus cosas.

  — ¿Y si le mandas un mensaje?

  — Me quedé sin batería. — el tailandés le mostró su teléfono apagado. — Perdona, Gyeomie. Te veré en otra ocasión ¿de acuerdo?

  — Bueno...

BamBam lo tomó de la barbilla y besó cortamente su adorable puchero, el cual fue sustituido por una sonrisa.