Capítulo 5: Sin arrepentimientos

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Estoy caminando directo al pecado y no tengo intención de detenerme.

Me deja afuera un segundo mientras él ingresa, lo veo inspeccionar con la mirada en el interior y yo miro detrás de mí buscando testigos. No hay nadie mirando.

Dominic vuelve por mí y me ingresa al baño, veo a un hombre en los urinarios. Me gustaría que me ponga incómoda pero estoy más excitada que eso ahora.

Dominic abre la última puerta de un cubículo y lo miramos. Está limpio. Entramos ambos antes de que el hombre deje de hacer sus necesidades. Quedamos frente a frente, mirándonos fijamente mientras oímos el sonido del frigo y el agua corriendo en las manos del hombre.

No hacemos nada hasta que se oye la puerta cerrarse.

En un abrir y cerrar de ojos nuestros pechos se chocan por habernos movido a la vez. Nuestros labios se unen con desesperación. Mis manos recorren su pecho hasta detenerse en su nuca para mantenerlo cerca de mi. Sus manos viajan por mi cintura, apretándome con sus dedos causandome jadeos y no de dolor.

Nuestras bocas se mueven al compás, nuestras lenguas se mezclan reconociéndose. Después de cinco años volvemos a besarnos. Y esta vez hay algo nuevo. Un piercing en la lengua que me hace volar la imaginación. Me separo para mirarlo a los ojos.

— Tienes un piercing — digo lo obvio.

— ¿No te gusta?

Me río, tenemos la respiración a mil.

— Me encanta — vuelvo a besarlo dejándome saborear el metal en mi boca. Simplemente, delicioso — ¿Te muestro algo?

Asiente y se apoya en la pared del cubículo, noto su erección que aprieta su pantalón, pero no digo nada. En cambio, tomo mi labio y lo bajo mostrando el interior donde tengo un tatuaje.

"Bite me" dice la tinta en mi piel.

Libero mi labio y veo el brillo de deseo en los ojos de Dominic. Me toma de la cintura y me pega a él otra vez haciéndome sentir su erección en mi estómago. Su mano toma mi nuca y haciendo caso a mi tatuaje, sus dientes atrapan mi labio inferior tirando de él ligeramente. Nadie sabe que tengo ese tatuaje, ni siquiera Erick, él no me besa tan fuerte y demandante.

Me lame los labios y se apodera de mi boca otra vez. Sus manos aprietan mi culo y me sube haciéndome enredar las piernas en su cintura. Mi falda se enrolla y él la sigue subiendo hasta mi cintura. Sus manos acariciaban cada centímetro de mi culo, mi espalda se pegaba al otro lado del cubículo y mis manos se meten por debajo de su camisa manoseando sus duros abdominales.

Siento que me quedo sin aire y me separo. Comienza a besar mi cuello y me muerdo el labio para no gemir, sus dedos se pasean por mi sexo por encima de mi tanga. Ya estoy que chorreo de la humedad que me provoca este ser. Hace mucho que no estaba así de excitada, Erick no logra hacerme sentir ni la mitad de lo que estoy sintiendo ahora.

Bajo mis manos de su abdomen a su pantalón y lo desabrocho. No pienso en nada ni nadie. Mi demonio sexual me domina. Dominic me ayuda a bajarlo un poco liberando a su bestia.

—¿Lista, nena?— me pregunta masajeando mi clítoris por encima de la tela.

Hago un sonido de afirmación y rompe mis bragas. Mete su mano en su bolsillo y abre un preservativo, lo desliza por su miembro y arroja el envoltorio al cesto. La punta roza mi sexo y lo siento más grande de lo que recuerdo. Me sostengo de sus hombros y él dirige su miembro a mi entrada, pero se detiene, roza nuestros sexos provocándome.

—No quiero arrepentimientos — me dice —, lo que pasa, pasa.

—Sin arrepentimientos — repito.

INSUPERABLES [•1]Where stories live. Discover now