Cap. 9.

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Abrieron una puerta, entrando a lo que parece ser una tienda de ropa, decidieron quedarse a descansar allí.

Esa noche se asomaron por el agujero del techo para ver el homenaje de los tributos, solo hay uno, el chico del Distrito 2 Olly, no se habían juntado mucho con él porque siempre estaba detrás de su compañera de Distrito, una chica mayor, de los profesionales.

Quedan doce.

A la mañana siguiente (o lo que creen que es la mañana) se preparan para seguir, Six lleva en su mochila los termos y la crema curativa, que resultó ser de esas cremas avanzadas del capitolio, sus heridas abiertas están totalmente sanadas y la más grave que fue la de su cabeza, ahora solo es una pequeña cicatriz.

Pasan un pequeño obstáculo hasta llegar a una ventilación. Al salir hay una ventana con luz, pasando la ventana ambos saben dónde están, un hospital, los objetos médicos y camas se los dicen.

Hay una puerta frente a ellos, esta atorada, ponen todo su peso para abrirla, al hacerlo Mono cae, es un vacío inmenso, Six logra atraparlo a tiempo, puede sentir su ritmo cardiaco acelerar y sus manos sudar, solo se tranquiliza cuando logra jalar a Mono con ella.

Ambos respiran con dificultad, y no porque eso hubiese requerido mucho esfuerzo físico, sino que se sintieron aterrados.

Six aprieta el hombro de Mono, está aquí, lo atrapo, lo salvo.

El chico aprieta su mano contra su hombro, se levanta la bolsa de papel mostrándole a Six una pequeña sonrisa nerviosa.

- ¿Crees que haya otra manera de pasar? – pregunta Six quitando su mano.

No está bien que se preocupe tanto por él, no debe ser así.

-No lo sé, podemos intentar abrir otra puerta, con más cuidado esa vez.

Mono vuelve a ponerse bien su bolsa.

Intentan abrir otra puerta esta vez empujando un carrito medico en caso de que allá un vacío.

Entonces lo sienten... el piso se mueve. Detienen lo que están haciendo y corren a la ventana por donde entraron.

Six sale por la ventana y ve como los edificios más altos se mueven ligeramente, puede sentir el suelo temblar, se siente mareada.

Escucha algo crujir ¡Es el suelo! Se quiebra, dirige su mirada hacia la ventana donde Mono está parado en la orilla, va correr hacia él para jalarlo, pero Mono extiende una mano.

- ¡Quédate allí!

Es el mismo tono de voz que uso la vez que Amatista le lanzo el hacha, se queda quieta.

El suelo empieza a fracturarse, a romper. Pedazos de concreto se separan y caen, Six se agacha contra la pared de un edificio cubriéndose la cabeza, los edificios se están desmoronando.

Solo se levanta cuando el temblor paro, e incluso así puede escuchar edificios agrietarse "¿Eso fue un terremoto!" se preguntó, en la escuela les enseñaron sobre ello, pero nunca había visto o sentido uno.

Escucha dos cañones a la distancia.

"¡No, no, no, no!" Piensa desesperada.

- ¡Mono! ¡Mono! - grita exasperada, se sorprende de lo roto que suenan sus gritos, siente un nudo en la garganta y gritar hace que ese nudo le duela. - ¡MONO!

Grita a todo pulmón. Empieza a toser, el polvo aún no se ha asentado y le ha entrado en la garganta.

- ¡Six! ¡Hey! ¡Six! ¡Oi!

Escucha del otro lado de los cúmulos de polvo; el alivio la llena, empieza a caminar hacia la voz.

- ¡Six no te muevas!

Se detiene, el polvo ha empezado a desaparecer, ahora puede verlo. La grieta del terremoto ha creado un acantilado, del otro lado puede ver a Mono parado en las escleras del hospital.

- ¿Estas bien! – grita el chico preocupado.

Se quedo en el borde de la ventana porque en la escuela de su Distrito le dijeron que buscara un marco solido en caso de un terremoto, la ventana le pareció lo suficientemente segura, pero Six había salido del edificio, quiso gritarle que se detuviera, pero la conmoción no dejo que su voz se escuchara, al menos ella había volteado o habría caminado hacia él, y hacia la grieta del suelo que se había hecho cada vez más grande.

El espacio entre ambos es demasiado grande como para que puedan saltar, incluso si el otro estuviese allí para recibirlo con la mano.

- ¡Si! - grita la chica de regreso.

¿Ahora que hacían?

Mono vio hacia los extremos la grieta, es muy larga, puede ver varios edificios que se separaron, pero esta la posibilidad de que la grieta termine en algún punto o sea más estrecha en algún lugar para lograr cruzarla. Y aun así...

Miro a la chica que considera su amiga, las posibilidades son pocas, pero puede intentar algo.

- ¡Six! ¡Creo que deberías irte al centro de la ciudad!

Ella lo miro como si fuese un loco.

- ¡No te voy a dejar ahora idiota! ¡Eres mi maldito perro! ¿Lo olvidas!

Mono se siente feliz, a pesar de las palabrotas.

- ¡El centro de la ciudad debe ser donde esta esa torre! – apunta hacia la izquierda, del lado donde esta Six, hacia arriba.

Six se voltea, claro... esa torre gigante... que por supuesto que había visto antes.

- ¡Ve hacia allá! ¡Buscare la forma de llegar!

Ambos se ven a la distancia, Mono se quita su bolsa de papel.

A pesar de la distancia puede ver sus ojos suplicantes, una maldita cara de perrito lastimado.

- ¡Por favor Six! ¡Prometo encontrarte!

Ella pone sus manos sobre su cara y da un grito frustrado, esto es tan jodidamente dramático. Apuesta a que los televidentes del Capitolio deben estar disfrutando esto.

- ¡Mas te vale! ¡Porque te dije que si volvías a hacer eso te daría una patada en las bolas!

Mono le sonríe.

- ¡Te prometo que llegare! – él camina por las escaleras, pegado a la pared hasta llegar a la ventana del hospital. Mueve la mano despidiéndose, una vez dentro, se pone un sombrero amarillo que había encontrado en el bosque, le recuerda a Six.

La chica mira latorre que se alza en la ciudad. Bueno, debe moverse. 

The Game of the Nightmares (Little Nightmares)Where stories live. Discover now