CAPÍTULO 7

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Pongo mi cabeza en orden después de estar pensando y analizando. Estoy empezando a ver cosas donde no las hay, pero bueno, ya saben que usualmente las mujeres lo pensamos todo… absolutamente todo, así que mejor le pongo un “stop” a la maquinita que tengo en mi cabeza y decido seguir disfrutando de este día.

Llegamos a un muelle que contiene carteles de tela con la frase “Vedettes de París” donde observo un grupo de turistas esperando en fila. Nos detenemos con ellos y abrazo la cintura de Elliot, provocando que él también lo haga.

Se acerca y me da un beso en la cabeza, exactamente sobre mi boina de lana y mi cabeza comienza a trabajar de nuevo.

“¿Dónde están las vedettes?”

–Ya las vas a conocer– dice de repente Elliot.

–¿Ah?

–Las vedettes, ya las vas a conocer. Hasta aquí escucho la pregunta que tienes en mente.

“¡Ja! Si supieras todo lo que pasa por mi mente te sorprenderías.” Sonrío por mi pensamiento, cuando en eso escucho el sonido fuerte de una bocina.

Me separo un poco de sus brazos y veo que un hermoso barco se acerca al muelle.

–Te presento a las Vedettes de París– dice Elliot en mi oído.

Me quedo impresionada al ver como el barco se acerca lleno de turistas y parejas abrazadas que vuelven de dar un paseo por el Sena.

Hacemos fila para podernos subir a la barcaza de dos niveles y comienza el recorrido.

Un elegante capitán va al frente conduciendo la máquina, y rodeados de una clásica y hermosa música francesa subimos por las escaleras para sentarnos en los cómodos asientos que han sido ocupados por las personas que estaban esperando junto a nosotros.

El barco comienza su recorrido y me dejo llevar por este inesperado paseo sobre las aguas que nos rodean.

Esta es una nueva perspectiva de París.

Sorprendida observo los monumentos y las construcciones mientras que una voz femenina comienza a sonar, explicándonos lo lugares por los que vamos pasando. Esta primero suena en francés y luego es traducida tanto en inglés como en español, haciendo que pueda comprender con mayor facilidad la explicación.

Pasamos al lado de la Torre Eiffel y la estructura se mira intimidante desde esta perspectiva y conforme continúa la navegación, nos encontramos con algunos lugares como la Academia Francesa, el puente Alejandro Primero, el hospital Militar, el museo del ejército y por la cúpula de una iglesia donde se encuentra la tumba de Napoleón tercero.

Durante todo el recorrido, Elliot me lleva abrazada dejando que la ciudad continúe mostrándose ante mi de una forma diferente y romántica.

Las fotografías no pueden faltar en ningún momento, y por momentos me alejo de todo para besarlo. Su compañía me hace sentir llena, tranquila, cómoda. A su lado me siento feliz y con la libertad de ser yo misma.

Cuando regresamos después de aproximadamente 45 minutos, le pido que  nos tomemos una fotografía de recuerdo en el muelle y luego continuamos caminando a pasos lentos.

–¿Y te gustaron las vedettes?

–Han sido las vedettes más hermosas que he visto en mi vida– respondo  con plena seguridad y sonriendo.

–¿Te las imaginabas así?

–Para nada, de hecho, no creí que fueran tan románticas.

Se ríe ante mi comentario y lo acompaño ante el gesto.

Je T'Aime, ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora