"Consuelo"

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Las pesadillas son cosas que todos tienen en algún momento de sus vidas, remordimientos o recuerdos desagradables que te atormentan por mucho tiempo, y son difíciles de liberarse, pero como dicen, el tiempo todo lo cura.

En su mente todos esos recuerdos retorcidos se veían al rojo vivo en sus sueños, reviviéndolos una y otra vez atormentándolo, sentía como si le golpearan el estomago una y otra vez, no, era peor como si le reventaran las costillas o su pecho explotara y sus ojos ardían como si fueran fuego, dolor era lo única que sentía su cuerpo, dolor, dolor, dolor del cual no podía huir ni esconderse, solo recibirlo, solo podía resistir, era lo único que hacía.

El pelinegro se revolvía entre sueños, como si intentara escapar de sus propios recuerdos, respiraba de forma más rápida, intentando encontrar una posición decente para dormir o al menos para que esas imágenes se desvanecieran de su cabeza. Cuando Santiago abrió los ojos, casi se sintió aliviado. No era sorprendente, el alivio era un sentimiento bastante común por lo que entendía, miro por la ventana, ni siquiera el sol había salido. Sintió un pequeño bulto a lado suyo, Valentina dormida abrazada de su espalda acurrucada. La aprecio por unos segundos quitando varios mechones de su cara. Y se recostó otra vez, atrayéndola hacia el poniendo el rostro de la castaña en su pecho, abrazándola un poco más fuerte.

Le tranquilizaba tenerla de un modo u otro tenerla a su lado, era como si verla lo devolvía a la "realidad". Cerro los ojos con fuerza, no era la mejor forma de dormir, pero estaba ya desesperándose. Estas últimas semanas había tenido pesadillas continuas de tanto su faceta como ladrón hace ya varios años y los recuerdos cuando ocurrió todo el incidente con el Charro hace unos meses.

Poco después de todo eso, todos esos recuerdos lo habían atormentado, reprimirlos tanto tiempo había hecho que aumentaran las pesadillas.

Frunció el ceño.

"Pensé que ya se habían detenido de una buena vez" ...—Dijo en voz baja, para no despertar a Vale. Los ojos le ardían por el cansancio y tenía unas ligeras ojeras. No tan pronunciadas como las de su amigo Leo. Pero igual se notaba el cansancio en sus ojos.

—Tengo que madrugar mañana, y no puedo ni pegar el ojo—Termino quejándose, frustrado no quería hablar mucho o moverse, no quería despertar a su novia que se veía muy tierna durmiendo.

Cerro un poco los ojos mientras contaba ovejas o cualquier cosa para caer dormido, iba más o menos bien hasta sintió las manos de la menor apretar su camisa en su espalda. Sentía como doblaba más las piernas entre sueños, respiraba más fuerte. El entiendo un poco la situación y acaricio su cabello esponjoso que le gustaba tanto, plantando un suave beso en su cabeza. Cerro los ojos y enterró su cara en su cabeza sintiendo su cabello en el rostro.

—Perdón Vale, creo que ya te pegué mis miedos —La miro con tristeza y con suma ternura a la vez.

-Eres tan cálida y blandita-Poco a poco sintió sus parpados pesados nuevamente, aunque algo hacía que el sueño no lo dominara. Tal vez su personalidad fuerte o simplemente quería ver a Valentina dormir un poco más.

Nuevamente sintió el cuerpo de su novia moverse mucho más que antes, él se quedó quieto en la misma posición con sus ojos ya cerrados. Solo unos segundos después sintió una mano acariciando su mejilla suavemente.

El dio una pequeña sonrisa cansada aun con los ojos cerrados, disfrutando el contacto. Valentina al ver la sonrisa del musico aparto rápidamente la mano, temerosa de haberlo despertado.

—¿Santiago? —Oyo decirle en un susurro, como si temiera que el abriera los ojos. Ella creyendo que el pelinegro aún seguía dormido, continúo acariciando su mejilla ahora solo con el pulgar. Se sorbio la nariz como si hubiera estado llorando. Se acerco lentamente a él, Santiago sentía su respiración cerca de su rostro, tensando su expresión. Intentado no sonrojarse.

Sus labios se juntaron en un pequeño beso, la castaña se alejó de él, apartando su mano también de su mejilla. Al sentir como ella se apartaba de él, no lo pensó dos veces y tomo su nuca atrayéndola y volviendo a besar sus labios, pasando sus manos a sus mejillas.

Abrió los ojos viendo por fin el rostro de su pareja, su corazón se oprimió de dolor al verla. Sus ojos hinchados rojos y lágrimas secas en su cara, y sus mejillas estaban rojas.

—Estabas llorando ¿Verdad?

Ella solo bajo la mirada evitando sus ojos negros, no esperaba que notara eso, sintió un nudo en la garganta y tallo sus ojos. Finalmente asintió.

—Solo fue un mal sueño...solo duérmete—Se mordió el labio con nerviosismo, Santiago ni tuvo que preguntarle para saber la razón.

Pesadillas al igual que él, desde que se conocieron él se dio cuenta del aprecio que ella tenía hacia su padre, era su única familia, perdió a su madre muy chica y ahora él era toda la familia que le quedaba y perderlo a él también le había causado una herida profunda, y esos sueños solo demostraban que esa herida tardaría en cicatrizar.

Removió su cabello juguetonamente para intentar aligerar el ambiente e intentar tranquilizarla, oculto su rostro nuevamente en su pecho, acompañado de un pequeño quejido.

—¿Por no dormir se te está saliendo lo gruñona? —sonrió aun con cansancio, metiendo sus dedos entre sus mechones castaños.

—Estoy así porque tu eres el que no te duermes—Intento sonar enojada, pero una risilla salió de sus labios gracias a que los dedos del musico jugaban con sus mechones rebeldes, sintió un cosquilleo en la espalda, intento disimular su risa mordiendo más su labio, pero le era imposible y solo hunde mas su rostro en el pecho del musico.

—Eres muy mala ocultando tus emociones.

—Eso es gracias a ti, siempre haces que me sienta de esta manera.

—Bueno supongo que eso es un "si" ¿o me equivoco señorita? —Su tono burlón salió, Vale dio un golpe suave en su brazo como respuesta.

—Tarado.

—No lo negasteee—Levanto una ceja, canturreando lo ultimo a modo de broma.

—¡Solo duérmete de una vez!—Dijo la minera por fin, alzando los brazos librándose del agarre de gato, cruzando los brazos frunciendo el ceño.

El chico levanto las dos manos, como si se estuviera rindiendo. Ella no quitaba su expresión de enojo.

—Lo que tu digas, mama—Abrazo la almohada y cerro los ojos con fuerza sin quitar su sonrisa.

La minera puso los ojos en blanco, inflando sus cachetes, cualquiera pensaría que le gritaría o que le daría un coscorrón. Per en vez de eso lo abrazo atrayéndolo a ella, el chico se sorprendió ante esto ocultando su rostro en su hombro, sus orejas se pusieron rojísimas, miro a todos lados un poco avergonzado, normalmente era el que la abrazaba cuando dormían juntos rara vez ella lo abrazaba así, e siempre se ponía mas rojo que nunca cuando lo hacía, supongo que el no era el único que podía hacer que el otro se sonrojara así.

Relajo su expresión al sentir como ella acariciaba su cabello, de una forma pausada y lenta, como con temor o pena. Pero el de igual manera disfrutaba de esos momentos.

El rodeo a ella con sus brazos y oculto su rostro en su hombro, sintiendo la calidez que invadía su pecho, era más cálido y suave que las mantas donde dormía sentían una tranquilidad y una paz que lo hacían cerrar los ojos lentamente. Sintiendo consuelo en sus brazos.

Creo que las pesadillas se irán por esta noche para ambos.

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*Se corta la garganta*

*Revive por obra y magia de hades*

Gracias, apa

Bueno gente  se que hice una pinche publicacion diciendo o lo subo o me corto la garganta y lo hice pero igual me atrace mucho ¡ Para este punto acabemos hasta el año que viene!

Bueno si llegaste hasta aqui gracias por leer que tengas un buen dia, porfavor vota y comenta si te gusto!!!

One-Shots//// Santivale (EDITANDO)Where stories live. Discover now