Capitulo 6

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Strange suspiró y se dejó caer sobre el sillón del complejo, sobándose la cabeza al escuchar el ruido que habitaba a su alrededor y que tanto le hacía desear desaparecer.

Aún estaba aturdido por todo la conversación que había tenido ayer con su amigo, como para ahora venir y soportar aquellas discusiones absurdas que ni siquiera le concernían a él. A decir verdad, aún le costaba creer que ni un maldito día pudiera pasar en paz. Realmente compadecía y admiraba a Tony y su gran paciencia. Él, con sólo una semana conviviendo con el resto de los vengadores, ya sentía que se estaba volviendo loco. Eran imposible de aguantar cuando todos gritaban a la vez y se echaban la culpa entre sí mismo, creando un ambiente tan hostil.

—¡Quieren callarse!—gritó Stephen ya hartó de escuchar como Wanda comenzaba a culpar a Tony de todo, olvidando por completo que ella había sido la responsable de todo esta situación—. Gritando y arracandose la cabeza no van a lograr nada—aseguró—. Por mi parte pueden hacer lo que quieran, no me importa. Pero, sin van a hacer un escándalo, háganlo en silencio, que los demás están buscando la forma de solucionar el problema en el que no estaríamos de no ser por ustedes.

—La culpa es de Tony—replicó Wanda lo que molesto a Stephen, sin embargo, prefirió no alterarse de más, ignorando el comentario, pero pronto las quejas de la chica se sumaron a las de varios integrantes del otro equipo, comenzando a perforar la cabeza del hechicero que nunca se había caracterizado por ser la persona más paciente.

—¿la culpa es de Tony?—preguntó con sarcasmo—. Y lo dice quién se metió a su taller, alteró la máquina que estaba en perfectas condiciones antes de hacer eso.

—Doctor, tranquilo—pidió Natasha mientras él hombre la miraba con desaprobación.

—¡Ya me tienes harta con ser el protector de un maldito asesino!—gritó exasperado la joven, comenzando a dejar salir aquella energía carmesí que se desprendía de sus manos y ojos—. ¡¿Seamos realistas a quién le importa que demonios le pasa a Tony?! ¡Es más! ¡¿A quién le importaría si Tony muriera?!

—¡A mí me importaría!—respondió Stephen sin dejarse intimidar—. Y más te vale comportarte mocosa, qué yo no soy uno de tus protectores para adorarte y justificarte todo. Yo soy el hechicero supremo y por el título que tengo. Así que si yo lo deseo, te puedo mandar a la dimensión oscura desde ya.

—¡No le hables así!—regaló Clint—. Además, ella no dijo nada de malo.
Es verdad que Tony es un hijo de puta que nos arruinó la vida.

—Él no les arruinó nada, ustedes tomaron su propia decisión—contraatacó con brutalidad—. Que ahora no la puedan aceptar no es culpa de él, sino suya. Lo que deja en claro su poca madurez para hacerse cargo de sus decisiones.

—Vaya doctor, si que parece un perro fiel siguiendo ciegamente a su mal dueño.

—Dijo lo mismo—declaró con seriedad y frialdad—. Saben... Aún no puedo creer que ustedes se hagan llamar los amigos de Anthony.
A ustedes ni siquiera les importa Tony, no les importa nada sobre él y sólo fingen ser sus amigos por la imagen que necesitan.

—Al menos concordamos en el hecho de que Tony no tiene amigos o al menos no de verdad, porque nadie podría soportar estar cerca de un tipo como él—declaró Wanda con crudeza.

—Habla por los tuyos, porque Tony me tiene a Peter y a mí; y a nosotros si nos importa lo que pasa con él.

Wanda miró de mala forma al doctor, mientras que éste le regresaba la mirada pero con más dureza y coraje. Ardiendo contras los fieros ojos de la mujer que parecían devorarlo vivo, a comparación del doctor que la miraba con la frialdad que ni el Polo Norte ha logrado tener.
Ambos se hubieran insultado y probablemente hubieran ido más allá de todos eso, de no haber  sido por el sonido estridente que llegó a sus oídos y que acaba de indicarles que algo acaba de romperse a unos cuantos metros de ellos.

¡¿Tres Tony?!Where stories live. Discover now