Capitulo 3

760 109 28
                                    

Stephen suspiró fastidiado, removiéndose entre sus sábanas al pensar en todo lo que había pasado el día de ayer.

En sólo unas horas le pasó de todo.

Él hombre al que amaba viajo al pasado creyendo que viajaba al multiverso conoció a sus versiones minis que prácticamente, que pasaron por completo de él; se enfrentó al equipo y se metió en problemas con ellos.

¡Vaya que Strange realmente aprovechaba el tiempo!

 
De eso no había duda, incluso Wong se había burlado de tal hecho, preguntándole dónde había quedado es hombre de corazón gélido y de mente fría y calculadora que había conocido hace algunos años. Declarando que se había vuelto un blando, sentimentalista e impulsivo, a lo cuál Vicent  quiso e intentó replicar, pero se abstuvo de hacerlo al no contar con muchos argumentos en su defensa.

Hoy debía regresar al campo de batalla, debía saber cómo continuaban las cosas en el complejo, aunque a decir verdad, tendría que hacerlo muy a su pesar y sólo guiado por un único y fiel motivo, recuperar a Tony.

—Ya deja de perder el tiempo—gruñó Wong desde la puerta al verlo acostado en vez de estarse preparando para marcharse—. Ponte de pie, cámbiate y lárgate a ver que le sucede a tu amorcito.

—Ya deja eso—reprochó él hechicero saliendo de la cama con pesar.

—¿Dejar qué?—cuestionó—. Yo no soy él que está perdiendo el tiempo pensando en tonterías porque parece un niño pequeño que no quiere regresar a la escuela después de una primera mala experiencia en ella.

Stephen suspiró y caminó hasta la otra esquina de su cuarto, ignorando a su amigo.

—Si te importa Tony y realmente lo quieres, debes de ir—declaró él asiático—. No debes apartarte ahora que él más necesita de tu ayuda, tú debes estar ahí para él, aunque sus "amiguitos" te miren con mala cara.

—Ya lo sé—bramo exasperado—. Lo sé, pero odio verles la cara a los idiotas. No quiero verlos o al menos no hoy, pero de igual forma iré a ver que a sucedido.

—Suerte con tu minis genios—alentó Wong antes de irse de nuevo dejando al hechicero cambiarse para que pudiese partir al complejo.

Después de arreglarse, desayunar, llamar a su capa y ser molestado por Wong, Strange abrió un portal y llegó al complejo, escuchando de inmediato como un ruido agudo de estampaba contra sus oídos, provocando que un tanto aturdido caminara con dirección a la sala, dónde encontró al pequeño Anthony tirado en el suelo, gritando con todas sus fuerzas mientras estaba cruzado de brazos.

—¿Alguien quiere callarlo?—pidió él joven magnate mirando al niño con horror—. Por favor alguien, pónganle cinta aislante en la boca y metanlo a un armario para que se callé.

—¡Quiero una hamburguesa de queso! —exigió el infante—. ¡Y a alguien que juege conmigo!

—Tony, por quinta vez, yo juego contigo—declaró Steve.

—No, tú no—negó enojado—. Quiero que alguien más juegue conmigo, tú eres muy aburrido.

—Al fin concordamos en algo—murmuró la voz del doctor para si mismo.

—Pero yo soy el capitán américa.

—Aún así eres aburrido—replicó sacándole una risotada a su versión más grande.

—A veces me quiero dar un patada por lo fastidioso que soy, pero... Hoy, hoy me amo nmás que ayer—exclamó con buen humor.

—¡Quiero una hamburguesa con queso!

¡¿Tres Tony?!Where stories live. Discover now