Capitulo 3

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Leila:


Solo faltaban dos horas para que vaya al colegio, y no había dormido ni media hora. Di tantas vueltas sobre la cama que caí al suelo, enredada en las sabanas.

- Perfecto- Me dije a mi misma, acomodando mi pijama para volverme a acostar.

Mis ojos ardían, necesitaba de unas buenas horas de sueño. Pero no podía. No dejaba de pensar lo que había pasado hace unas horas. Que, con solo enojarme, me transformaba en una psicópata. Y que esa persona, no era yo. En esos momentos donde no soy consciente de lo que sucede, es como si estuviera en un sueño o, mejor dicho, una pesadilla de la cual no podía escapar.

Pero, no me podía limpiar las manos diciendo que era solo un problema mental. Ya estaba manchada de sangre, de gente que no merecía morir.

El conocer un poco más a Alexis y que me detuviera de asesinarlo, había cambiado las cosas. Realmente me sentía tan angustiada en ese momento, que intente ahogarme en la bañera, a ver si moría de una vez. Era la única forma de acabar con todo el sufrimiento de los demás y especialmente, el mio.

Pensé que Alexis también quería que muriera, por matar su mejor amigo. El fue el chico que me vio después del homicidio, lo pude reconocer al ver sus ojos de cerca. Pero, por algún motivo, él me salvó. Incluso no me entregó a la policía, como iba a hacer en un principio, y me dejó volver a mi casa. Hasta me reclamó que si algo me ofendía, que lo escupiera en vez de guardarlo. No conocía la naturaleza de sus acciones ¿Yo le preocupaba o solo le preocupaba que lo dejara vivir?

De todas formas, gracias a él, me volvió un poco de esperanza. Así que no era nadie para criticar sus motivos.

Ya estaba claro que no podría dormirme, así que fui a llenar la bañera para relajar la tensión del cuerpo.

No era tan malo vivir de esta forma. A pesar de estar con lo justo, vivía sin restricciones. Mi abuela era muy buena conmigo, ya que decía que ella no era nadie para limitarme en lo que haga a esta edad, que confiaba en mi juicio. No me iba a reclamar nada por haberme ido en el medio de la noche, tampoco si me tomaba una ducha a esta hora, o si quería quedarme usando el celular. Aunque bueno, yo hacía cualquier cosa mientras no afectara mi desempeño escolar ni a mi abuela.

Llené la bañera hasta la mitad y, apenas termine de desnudarme, me tiré dentro. Suspire por la hermoso placer que me daba el agua caliente. Muchas veces me levantaba a estas horas para darme un baño caliente, principalmente cuando estaba cansada o triste.

Por momentos, era como vivir sola. A veces, me asustaba por algún ruido extraño o la fuerte brisa del viento que corría por las pequeñas aberturas que hay entre la pared y la ventana, haciendo un sonido similar a un silbido. Era temerle a cosas insignificantes, pero tenía que ver con traumas que venían de la muerte de mis padres. Que horrible recordar eso. Nunca sería capaz de contárselo a alguien más.

Salí de la ducha ¿Ahora cómo iban a seguir las cosas? ¿Le miraría la cara a Alexis como si nada hubiera pasado?

Seguí mi rutina diaria. Debido a que ya era la misma hora que me despertaba siempre, me preparaba para ir al colegio. Mirándome en el espejo, note que tenia todo el cabello despeinado, como siempre. En mi rostro, se apreciaban unas ojeras gigantes, notables por mi piel blanca que parecía que nunca tocó el sol. Intente sonreir, pero no, no concordaba conmigo. Me coloque el uniforme y ya estaba preparando el desayuno para llevárselo a mi abuela.

- Nieta - Exclamó, como queriendo preguntar algo. Apenas había tocado su café con leche y se la notaba curiosa.

- ¿Que sucede, abuela?-.

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⏰ Last updated: May 08, 2020 ⏰

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Mi Otro Yo (2020)Where stories live. Discover now