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Începe de la început
                                    

Se trataba de una situación particular, considerando la personalidad enérgica del guerrero, cualquiera de sus acompañantes hubiera esperado que hiciera algún comentario poco ortodoxo, refiriéndose al increíble anhelo que esperaba tener en su retorno de pasar todo un día en compañía de las féminas más hermosas de Konoha.

Los pasos fuertes resonaban en la nieve, las ramas de los árboles crujían ante el viento helado. Transcurrían las primeras horas de la mañana, pero parecía que Amaterasu Okami* estaba indispuesta a dar su brillo solar a los mortales. Un conjunto de nubes grises se alzaba en el cielo, impidiendo la luminosidad de los rayos solares sobre el bosque nevado.

Jiraiya llevaba su mirada dirigida a la espesura de los árboles cubiertos de copos de nieve, era increíble como un paisaje tan hermoso podía llegar a ocultar terribles acontecimientos del pasado, en ese mismo sitio hace algún tiempo se había librado una emboscada, ahora los cadáveres reposaban en la tierra, cubiertos de maleza, descompuestos, con el fino velo blanco de una supuesta hermosura que encubre actos tétricos.

Debía estar alerta, nunca se sabía cuándo se podría ser el blanco de un ataque enemigo.

Parecía que la línea de sus pensamientos eran guiados por las fuerzas del mismo destino, el Samurái se percató de los movimientos de una figura que parecía ser humana en los árboles ubicados a la derecha del improvisado sendero que seguían.

No sé podría tratar ni más ni menos que de una emboscada, eso era muy probable, la guerra se había terminado, los pactos de paz entre clanes habían sido sellados, pero eso no garantizaba que la información hubiera llegado a manos de todas las tropas militares de la región.

Detuvo el trote de su caballo apretando las riendas, esa mínima acción fue suficiente para que todos sus soldados entraran en un completo estado de alerta y vigilancia.

El samurái desmontó su corcel, ordenó a sus hombres  mantenerse preparados con sus armas en mano, mientras que el se internaba a investigar en los matorrales dónde creyó ver la figura humana escabulléndose, el sonido de su voz o cualquier grito de su parte sería una clara señal de ataque.

La vida de verdadero guerrero era así, siempre alerta. El aroma de la sangre impregnado siempre, sus fosas nasales, la imagen de cuerpos mutilados, el honor siendo la cúspide de la pirámide de su misma existencia.

Con sus conocimientos magistrales del arte del iaidō* desenvainó su espada velozmente y puso todos sus sentidos en alerta.

Camino sigilosamente entre los arbustos, el sonido de cada paso amortiguado por la nieve.

Su mirada percibió el claro movimiento de la nieve, casi imperceptible, como si una serpiente se arrastrará, una clara señal de un enemigo que deseaba pasar inadvertido.

Eso era todo. Los arbustos que impedían su campo de visión eran mínimos. Estaba listo para arremeter y matar si era necesario.

El momento preciso que iba a atacar, fue detenido por la imagen de la afilada hoja de una naginata* que estaba reposando en su cuello, sin penetrar su piel, el metal frío de esa poderosa arma se convirtió de súbito en uno de los peores temores del guerrero Samurái, caer en manos de un enemigo.

Guiado por una extraña voluntad, giró en dirección a su adversario. ¿Quizás para morir con honor sin ser humillado?, ¿Demostrar que no tenía miedo?. Él ni siquiera lo sabía. Su propia mente autorizó a su cuerpo observar a ese enemigo, y lo que sus ojos encontraron lo llenaron de un profundo alivio y sorpresa. 

—¿Tsunade? —preguntó atónito el Samurái. Sin dar del todo crédito a los que sus ojos veían. 

La mirada embravecida de la mujer se suavizó de forma instantánea cuando reconocía, a través del casco de su enemigo, que no permitía la visita de su rostro, una voz que conocía a la perfección.

La Onna- bugeisha dejó de apuntar el filo de su arma al cuello del hombre y retiró de naginata de forma inmediata.

—¿Jiraiya?.

La voz de Tsunade se oía ligeramente rota, de todas las personas sobre la faz de la tierra no esperaba reencontrarse nuevamente con él, la imagen de su pasado en forma de un hombre que hace largo tiempo se había transformado en su amigo.


ɢʟօֆǟʀɨօ:

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ɢʟօֆǟʀɨօ:

Iaidō: es un arte marcial japonés relacionado con el desenvainado y el envainado de espadas.

Naginata: Es un arma de pértiga y una de varias variedades de hojas japonesas de fabricación tradicional.

Amaterasu Okami: Es la diosa del sol en la mitología japonesa.

❦𝗥𝗲𝗴𝗿𝗲𝘀𝗼 𝗮 𝗰𝗮𝘀𝗮 ➻【Tsunade y Jiraiya】Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum