22. Girasoles e invitaciones

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—Sólo un poco de agua después de haber plantado las semillas —vuelve a repetir abriendo los ojos y posando su mirada en mi.

—Sólo un poco de agua —murmuro casi inaudible para que se me pegue el dato y no olvidarlo, sí, tengo mala memoria.

Ruby se acerca a mi y arranca de mis manos el paquete de semillas de girasol que tenía. —Tranquila Claire, yo superviso.

—¿Más o menos cuántas semillas hay que sembrar? —Julia interviene con una buena pregunta.

—Todas las posible. Ava, en unos meses todo ese frente debe estar plagado de girasoles, si veo que no es así ya sabré que lo que hicieron fue un churro —nos avisa claramente mamá señalando a cada una de nosotras—. El día que todos los vecinos del edificio nos reunimos quedamos nosotros encargados de esta tarea —dice y nos da la espalda y desaparece subiendo las escaleras.

Tras la retirada de mamá, Julia habla mientras toma en sus manos la pequeña pala que nos dio mamá. —¿Creen que sea muy difícil?

—Será pan comido —respondo cogiendo la regadera llena de agua y comenzando a caminar.

—Habló la que no quería ni levantarse por esto. —Le sigue Ruby apresurando el paso para abrir la puesta principal y esperar que salgamos.

Media hora más tarde...

Dios santo, me confié y llegué a pensar que sembrar unas simples semillas no era para tanto, y bueno no lo es pero la cosa cambia cuando son muchas. Siento que he hecho ejercicio para un mes, el dolor que tengo en mis piernas es inmenso, ya no siento la planta de los pies. Nos distribuimos cada una tarea para cada cual, Julia caña un poco con la pala, Ruby echa las semillas y yo pues riego un poco.

—Platiquemos un poco, hoy me siento sedienta de chisme. —Ruby habla entusiasmadamente mientras lanza una semilla de girasol en el hueco que acaba de abrir Julia.

—¿Qué? —Me encojo de hombros ante su mirada y echo el agua correspondiente.

Señala el edificio del lado. —¿Ahí vive Edwin?

Asiento lentamente con la cabeza sin levantar mi vista del suelo.

—¿No has hablado más nunca con él? —Julia interviene y después abre otro hueco en la tierra.

—Se cruza en mi camino muchas veces, intercambiamos casi siempre las mismas palabras. —Mi tono de voz es neutro, no muestro ninguna emoción en él.

—Apuesto a que ha pasado algo relevante pero gracias a tu memoria no nos has contado. —Ruby se cruza de brazos.

—Pues sí —sonrío en modo de disculpa—. Es tan raro —un suspiro inconsciente se escapa entre mis labios—. Si sucede algo fuera de lo común que no sean sus declaraciones constantes de odio prometo contarles.

—¿Te odia? —pregunta Ruby extrañada.

—Así de extrañada como tú lo estás lo estoy yo. —Me encojo de hombros.

—¿Ese suspiro que acabas de tener a que se debe? —Julia abre otro hueco en la tierra.

—¿Eh? –levanto la vista sin saber de que habla.

—Hace un momento acabas de suspirar como alguien que está enamorado. –Ruby canturrea.

—No empiecen a hablar boberías. —Ruedo los ojos ante sus palabras.

—¿A caso estás nerviosa? —Julia insiste en el tema.

—Julia, tú no eres así, es ella —señalo a Ruby acusatoriamente—, la que siempre me ataca a preguntas sin sentido para mi. Te estás contagiando.

Siente Conmigo [BORRADOR]✔©Where stories live. Discover now