Capítulo veinticinco.

Start from the beginning
                                    

-¿Cómo están tus hermanos?- pregunté sin ganas de dejar nuestra conversación.

-De maravilla- su sonrisa era superficial, de las que se ven sólo en películas.

Lo noté algo nervioso cuando sus dedos comenzaron a jugar con la estantería.

-¿Pasa algo?- sonreí con ternura.

¿Sonriendo con ternura? ¿Qué me ha estado pasando estos últimos días?

-Cath, Thomas vino esta mañana- trató de seguir antes de ser cortado.

-No me interesa lo que diga o deje de decir Thomas. Así que, por favor, no sigas con el tema-

-Hay cosas que hay que ver por tener ojos y hay cosas que debes sentir por tener corazón. No puedes sólo estar ahí parada esperando a olvidarlo. No decidimos cuándo llega el amor a nuestras vidas- estaba serio.

-No te quiero escuchar-

Tenía un nudo en la garganta.

-Claro que quieres escucharme, por algo no te has marchado-

John ha llegado a conocerme en tan poco tiempo que solía asustarme.

-Me dijo que no quería lastimarme porque sabe que te molestarías con él, por eso llegó a hablar. Ese chico te ama, ¿Sabes? está completamente loco por ti. Y los hombres sabemos cuándo otro hombre está loco por alguien- no se podían encontrar expresiones en su rostro.

-Exactamente, está loco- llevé mis manos a mi cabello.

-No es fácil para mí decirte eso-

-Entonces no lo digas- rodé los ojos.

-No es un secreto que me gustas. Pero cuando las personas comenzamos a amar sólo queremos lo mejor para la otra persona- posó una mano sobre la mía.

-Te hubieras ahorrado mucho si sólo me decías que te gustaba-

-¿Crees que no sé cómo lo miras?- su risa era muy melódica.

-Pero me gustas tú- me mentí más a mí que a él.

Sus ojos mostraron emoción por un momento, pero de inmediato se tranquilizó.

-Quieres a esa necesidad de sentirte amada. No me quieres a mí-

-¡Ya te dije que te quiero a ti!- le grité -Y te espero a la hora acordada en la recepción-

Salí de la cafetería un poco más atascada a como había entrado. ¿Por qué los humanos poseemos esa necesidad de sentir? No entiendo la razón de volvernos locos. Porque enamorarnos es caer en la locura diariamente.

Cinco toques seguidos fueron suficientes para que Ethan me abriera la puerta.

-Cath- estaba algo sorprendido.

-¿Dónde está Thomas?-

-Está adentro, pero...-

-Déjame pasar- se escuchaban risas al fondo.

-No creo que sea...-

-¡Qué me dejes pasar Ethan!- lo empujé levemente.

Él se retiró con cierto pesar y no sé si fue mi imaginación o simplemente las emociones del momento las que me hicieron escuchar un "lo siento" salir de su boca.

Thomas estaba acostado boca abajo sobre su cama mientras Megan se encontraba encima de él repartiendo suaves besos por su rostro. Me sentí destruida, cada pieza de mí se fue desarmando con los besos de ella.

-¿Cómo puedes sólo entrometerte en mi vida y seguir con la tuya repartiendo mentiras?- traté de gritar, pero no encontraba mi voz.

Cuando estás enamorada, esa persona llega a convertirse en tu todo. Es el dueño de tus pensamientos, de tus sueños, hasta de tu voz. Y cuando esa persona te destroza por completo es muy difícil encontrar todas tus partes dentro de él.

Adicción || EDITANDOWhere stories live. Discover now