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Hawks

Bueno acompañe a ____ al centro comercial a comprar sus cosas, ya que era verdad que no tenía nada.

Yo solo le enseñaba cómo usar su quirk ya que en las mates y eso bueno... No era el mejor la verdad, nunca atendía en clase, me quedaba dormido siempre.

Sinceramente me parecía un coñazo tener que ir a comprar, yo solo quería llegar a casa y descansar un poco ya que hoy tuve que encargarme de 3 accidentes causado por villanos. Pero al fin y al cabo es mi hermana y creo que no tiene ni idea de lo que necesitara así que aquí estoy yo para darle los mejores consejos de su vida.

—¿Qué te parecen estas mochilas?—Le señale unas mochilas que habían por una estantería del fondo.

—¿Me estás tomando el pelo?—ay, ya se enojo.

—La verdad no sé qué malo le ves a estas preciosas mochilas—tome una de ellas y se la acerque a la cara.

—¡Son de unicornios, coches, dinosaurios y dibujos animados! Tengo 15 años, creo que ya soy mayor para llevar eso.

Se hace la dura.

En el fondo se las ganas que tiene de ir con eso por las calles y darle envidia a todos esos pobres niños. Sonreí inconscientemente al visualizar la escena y no pude evitar soltar una carcajada, que por cierto vino con golpe incluido.

—Eso te pasa por imbécil—se fue de esa sección algo enfadada.

La seguí hasta llegar a una sección con mochilas aburridas que solo tenían una palabra y que seguramente la mitad de la población tenía. No sé que malo  le ve a esas hermosas mochilas. Adolescentes supongo.

—¿Cual crees que me debería llevar?—me enseño sus opciones. 

Una era una mochila a cuadros, meh, la otra era una mochila negra con una palabra en el medio de la marca, la tercera era igual a la anterior pero era una marca distinta. ¿Es que no saben lo que es innovar un poco? la cuarta era una mochila naranja con toques de negro en la parte de atrás y en los bolsillos. Sí, esa era la más decente de todas.

—Esa esta chula—le señalé la cuarta mochila.

—Ya veo, pues entonces me quedo con está (Imaginen la mochila que quieran)—me enseño una mochila totalmente diferente ¿para qué preguntaba entonces?

Al final fuimos a la caja a pagar y no veas con la mochilita esa, 78,99€ como no tenga wifi, música o algo por el estilo les pongo reclamaciones.

Estuvimos como unas 3 horas dando vueltas por todas las tiendas a las que entraba mi hermana que iba con la mochila llena más dos bolsas.

Diosito dame paciencia.

Me iba a quedar pobre a este paso.

Al final yo llegue a comprarme una chaqueta estilo cortavientos que me llamo la atención, era negra y tenia una línea en diagonal de color rojo. 

____ quería un helado y yo como buen hermano que soy la consentí como siempre. Intentaba cumplirle todos sus caprichos y deseos ya que desde que nació no lo ha tenido fácil, y con esto de ocultar nuestra conexión menos todavía. 

Yo me pedí uno de limón y ella de _____. Nos sentamos en una de las mesas y nos pusimos a comer hasta que me llamaron de la agencia en la que trabajaba, era Endeavor, me dijo que había una emergencia y que necesitaban de mi ayuda ahí. Suspire cansado, no me apetecía nada ir pero trabajo es trabajo.

______

Después de que Keigo se fuera me levante para acompañarlo a la puerta cuando nos despedimos entre dentro otra vez y me puse a pasear para ver si hay algo más me llamaba la atención.

Empece a escuchar gritos que se iban intensificando y quejidos de la gente. Vi como se me acercaba un chico de pelo verde que al parecer estaba huyendo de ¿su amigo? este era rubio y tenía cara de estar muy enfadado.

—¡¡EHHH MI HELADO!!—malditos críos de mierda. Me tiraron el helado al suelo y se me ensuciaron las zapatillas.

—¡Te lo pagaré otro día!—grito el de pelo verde. 

Si claro, como si eso fuera verdad, la gente que dice eso tiende a desaparecer y nunca volverlos a ver. Me agache para limpiar al menos un poco mis zapatillas.

—¡Quítate de mi camino maldita extra!—el rubio pasó soltando chispas de sus manos por mi lado haciendo que pierda el equilibrio y terminara en el suelo. Bien ahora la enfadada era yo, dios mío ojalá no me toque gente así en mi clase.

—¡Maleducado!—le grité antes de que desapareciera entre el cúmulo de gente.

Fui al baño a arreglarme un poco y limpiar con un poco de agua mis zapatillas. Decidí regresar a mi casa ya que estaba anocheciendo. Al entrar Keigo seguía sin regresar, estará muy ocupado supongo. Lo primero que hice fue ducharme y luego ordenar mi mochila y poner a lavar la ropa que compre.

Al terminar me fui a jugar un rato en lo que esperaba a mi hermano. En media hora más o menos entró por la ventada con dos pizzas en las manos. No pude evitar voltear los ojos. 

—El día que entrés como las personas normales sera un milagro—hablé divertida.

—Es que como entré en ese ascensor enano se me estropearán estás hermosas alas.

—Venga ya Keigo vivimos en el edificio más lujosos de la ciudad, el ascensor es más grande que el baño, como se te van a estropear las alas—refunfuñe—no ves como a mí no se me estropean—señale las mías.

—Pero a ti no se te estropean porque al guardarlas tú, estas desaparecen completamente—se cruzó de brazos enfadado por tener yo esa ventaja.

Yo lo ignore, y me fui a la mesa a cenar en lo que Keigo se cambiaba y venía a cenar conmigo. Teníamos cosas pendientes de las que hablar. Como habrá sido él en su época. Buen estudiante no creo porque a la hora de preguntarle sobre matemáticas me decía que ya podía irme a jugar. 10 minutos después apareció ya vestido con su pijama y se sentó a cenar.

—Bueno hermanito cuéntame—mordí un trozo de pizza para luego dejarlo sobre la caja. Su respuesta fue mirarme y alzar una ceja mientras luchaba por meterse en la boca todo el queso fundido que no paraba de alargarse—¿Como fue tu época estudiantil? no sé, como fue tu primer día, que tal las clases, si tenías amigos...

—Pues no me acuerdo mucho—dijo secamente sin darme una respuesta buena. Pasaron varios minutos donde seguía comiendo feliz— Bueno me vas a contar o tengo que buscar vídeos en Youtube.

—Era un asco— puso cara de asco/aburrimiento al instaste mientras bufaba cansado—No era el mejor estudiante, me la pasaba durmiendo en las clases, tenía muchos amigos de echo creo era el popular de la escuela tenía a todas las chicas detrás de mí—egocéntrico, rodé los ojos— pero ninguna me llamaba la atención, mi primer día fue extraño—hizo una mueca— yo me senté en una esquina al final de la clase y a la hora del recreo todos se me acercaron a entablar una conversación, y al siguiente día en mi mesa habían ramos y chocolates. En conclusión todos me adoraban—sonrió orgulloso.

—La verdad que no me ayudas mucho diciendo esas cosas—estuvo un buen rato pensado y cuando se le iluminaba la cara negaba con la cabeza y se volvía pensativo otra vez. Que cosas habrá echo en la escuela.

—La verdad los profesores son peores que los villanos aunque al ir a la U.A. tendrás a los héroes como profesores así que no será tan malo supongo.

—¡Sii que emoción! —creo que se nota el sarcasmo ¿no?

—Solo te pido que no te metas en líos y hagas caso a los profesores, no me gustaría ir a la U.A. porque te llamaron la atención—solo lo dices porque te da pereza ir.

—Como si tú no lo hubieras echo—susurre en voz baja para que no me escuchara aunque creo que sí lo hizo.

Estuvimos un rato más hablando y resolviendo dudas que tenía y no me apetecía seguir los consejos de Google, a Keigo se le notaba cara de aburrido y cansado pero bueno que se aguante, fue por su recomendación la causa de la que vaya a entrar en la U.A.

Mañana iba a salir a tomar el aire y dar un paseo, tengo manía de querer pasear por las calles con la música a tope olvidando todos los problemas que me rodean.

¿Suerte o Desgracia? || 𝘽𝙖𝙠𝙪𝙜𝙤 || (RESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora