Libro 1 Capítulo 14

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El hombre lo tomó, alisándolo.

- Mandaré a alguien en la mañana -Le dio un pequeño asentimiento, incitándola a que bebiera de su té a causa del inesperado frío que atacaba Francia aquella noche.

- No -Negó al tiempo en el que meneaba su cabeza, señalando el papel con su dedo índice. Que fuera tan seria algunas veces terminaba por asustar, y no sabía decir si eso era algo bueno o malo- No permitiré errores, deberá entregarla personalmente -Advirtió con su rostro neutro.

- Si, Alteza -Sonaba poco convencido, como si no creyera que aquello fuera una buena idea pero aun así sin tener el coraje de decírselo.

Hope bebió de su taza, su lengua degustando lo que el hombre había hecho para ella. Sabía a casa, a ese lugar donde aún la esperaban.

- Mi vida depende de ello en este momento -Le dijo en un tono más suave, solo para después volver a la seriedad que la caracterizaba- Me encargaré de cortar su cabeza si dicha carta no termina en manos de mi padre, ¿entendió? -

Debería detener eso de amenazar a todo mundo, especialmente cuando algunas personas no presentaban peligro para la misma; no realmente.

El hombre respiró pesadamente, asintiendo. Amaba lo suficiente su cabeza, haría lo que la joven le dijera.

Luego de la placentera taza de té, y tras un breve agradecimiento que resultó algo incómodo para ambos, Hope desapareció así como el humo entre las tinieblas de aquella tétrica noche; su lejana presencia haciéndose notar gracias a los resoplidos de Perseo quien se quejaba de estar a estas horas vagando por las estrechas calles del pueblo próximo a la corte.

El regreso a su habitación fue tranquilo, enseguida logró conciliar sueño una vez su cabeza tocó la almohada. Se había sacado un enorme peso de arriba y gracias a ello, por primera vez en extenuantes días, había logrado dormir cual ángel.

Josette a la mañana siguiente había sido sorprendida por su padre, quien insistió en que esta luciera extremadamente presentable para reunirse con el mismo en el gran salón antes del desayuno.

Dos guardias, casi media hora después de las ocho, vinieron para personalmente escoltarla hasta donde el rey se encontraba; ella se desanimó un poco al no observar a la pelirroja entre estos dos.

¿Dónde estaba Hope aquella mañana?¿Se había dormido?

El salón estaba vacío si no contaba a su padre, los dos guardias que la habían escoltado y aquel viejo consejero que bien había convertido su vida en una pesadilla varios días atrás cuando gracias a este su padre había decidido que debían arreglar un matrimonio para la princesa.

- Buenos días, padre -Su tono no era alegre, no después de todo lo que había pasado en el despacho del mismo.

La relación entre ambos, pese a que nunca había sido fantástica, estaba tensa y aquello se podía palpar en el aire. Estaban viviendo los últimos días del mes de Marzo y la última conversación real y cálida que habían tenido había sido a principios de Enero si es que la memoria de la Delfina no fallaba.

- Josette, que bueno que has llegado -La miró de arriba a abajo, chequeando si la misma había hecho caso a su pedido- Luces bien esta mañana -

¿Bien? Dios, este hombre sí que ganaba el premio al padre del año.

- ¿A qué se debe mi presencia en el lugar? Temo que no tengo mucho tiempo esta mañana, tengo un par de clases poco después del desayuno -Le recordó pese a que sabía que al hombre no le importaba

Si solo fuera Hope -Hosie 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora