Libro 1 Capítulo 12

Start from the beginning
                                    

- ¡Es un tema más complicado de lo que tú o incluso yo podemos tratar! -Chilló dejándolo salir por primera vez, su garganta ardiendo al tiempo en el que sus ojos habían comenzado a escocer con una brusquedad peligrosa.

Fantástico, no terminaba de salir de un llanto para volver a sumergirse en otro.

Se sentía tan patética, tan frágil y desechable que parecía mentira; jamás se atrevería a decir que esta era la Delfina de Francia.

- ¿Es esto sobre padre obligándote a casar? -Elizabeth preguntó bordeando el escritorio que la castaña tenía en su habitación, la extravagante silla de la misma dándole la espalda a la estufa.

No, no lo era pero aquella pregunta volvió a traer a la castaña a la realidad de una forma sumamente agresiva pese a que Lizzie nunca lo habría querido así.

No solo había arruinado las cosas con Hope sino que por otro lado también tenía los asuntos de compromiso mordiéndole los talones, una soga prendida a su cuello.

¿Podía su vida apestar un poco más?¿Existía la posibilidad de que una persona pudiera ser tan desdichada?

- No, Elizabeth, no lo es -

El hecho de que utilizara su nombre completo, sin el cariñoso apodo con el que usualmente la trataba desde que eran niñas, hizo que la mencionada diera un paso atrás con su rostro contraído en un dolor disfrazado de disgusto.

- Mi compromiso con Sebastian también ha sido arreglado, ni siquiera sabía hablar cuando mi mano fue otorgada a alguien que no conocía en persona -La joven se rió de forma cínica, arrastrando sus orbes celestes por el cuerpo sentado de la Delfina de Francia.

Josette estaba siendo poco considerada, Elizabeth no comprendía lo que la tenía tan molesta pese a que la misma sabía que algún día esto llegaría a soplarle la oreja de forma escalofriante. Su hermana podría ser la dauphine de France, sí, pero tampoco estaba a salvo bajo aquel título; nunca lo estaría.

- Pero tú le amas, él te ama -La castaña reclamó como si con aquello se pudiera obviar que en un principio habían sido forzados a casarse lo quisieran o no.

Las manos de Josette se arrastraron por la madera áspera del escritorio, apartando así algunas cartas que había recibido por parte de sus amigos. La verdad es que tampoco tenía tiempo para leer estas, o por lo menos lo que no tenía eran las ganas.

- ¿No podrías llegar a amar a quien te otorguen como pretendiente? -

Elizabeth habría salvado a su hermana si hubiera podido, intercambiaría su lugar con la misma si simplemente fuera viable, pero le era imposible el poder obrar en contra de esto; no de su padre sino de su rey. No era una orden de su padre, era una orden del Rey de Francia; el mismo que había cerrado su compromiso con Sebastian de la casa Stark por el poder que este tenía en el norte del país.

- No, Elizabeth, no puedo ni tampoco quiero -La castaña murmuró cuando pasó sus manos por su rostro, frotándolas con pereza.

- ¿Qué pierdes con intentarlo? -Lizzie cuestionó en un tono suave, acompañando el de su hermana, antes de alcanzar un sitio a su lado para acariciarle el omoplato derecho con cariño.

Hope, Josette pensó. Perdería a Hope pese a que jamás la había tenido en primer lugar, pese a que hoy estaban más distantes que nunca.

- No puedo -La castaña meneó la cabeza, viendo la llama de la vela que calentaba la cera para sellar las cartas que de todas formas no se había resignado a escribir en respuesta.

Si solo fuera Hope -Hosie 1Where stories live. Discover now