Capítulo seis.

Mulai dari awal
                                    

Ver a Thomas sonreír era una versión totalmente contradictoria a la que ya tenía. Tal vez no odiaba tanto la vida como parecía.

En ese momento mi nariz comenzó a picar hasta soltar un estornudo.

-Wall- su rostro cambió por completo y rodó los ojos.

-Nolan- imité su gesto.

Le entregué la taza a Laura y acomodé un cabello rebelde que se escapaba sobre mi cara.

-Que tengas un buen día, linda- me regaló una sonrisa mientras mostraba una hilera de dientes perfectos.

-No deberías estar por la vida deseando los buenos días a quién se te pase por el frente- le devolví la sonrisa, esta vez de forma amarga.

Con pasos lentos pero firmes caminé hacia la puerta, no pasaron dos segundos cuando sentí que una mano firme se encontraba alrededor de mi brazo.

-Vuelves a hablarle así y aprenderás lo que es vivir en un centro de rehabilitación- los ojos de Thomas parecían estar por salirse de órbita.

-Primero, no vuelvas a tocarme más en tu miserable vida- quité su mano de donde se encontraba -Segundo, ¿tú me puedes odiar a mí y yo no puedo odiar a una simple cajera?-

-Primero- me remedó -tú eres una niña mimada que sólo trata de llamar la atención y ella es una mujer que trabaja horas tras horas para llevar un plato de comida a su hogar. Y segundo- metió sus manos en los bolsillos -Yo puedo odiar a quien se me plazca-

-No te tengo miedo- me reí de él a pesar de los veinte centímetros que nos diferenciaban junto a los aproximadamente quince kilos que me llevaba de más.

-Créeme Wall, yo tampoco te tengo miedo-

Y poco a poco desapareció por el pasillo.

Revisé la hora y me dirigí a una vieja habitación que utilizaban como centro para las sesiones. Al entrar me encontré a un aproximado de nueve personas sentadas en una especie de círculo, me apoyé de la pared hasta que David se fijó en mí y golpeó un espacio vacío a su lado para que me sentara. Al sentarme el grupo ya estaba completo.

-Buenos días, queridos adictos- trató de bromear David -Quiero darles la bienvenida a su primera sesión y para eso tendrán que contestar unas preguntas-

Caminó hasta la pizarra, justo donde escribió:

1. ¿Qué pasaría si su adicción dejara de existir?

2. ¿Qué es una adicción?

Después de leer aquellas preguntas toda la habitación quedó en silencio.

-Cath, ¿por qué no comienzas?-

Resoplé y me acomodé antes de contestar.

-Una adicción nunca dejará de existir si ya cuenta con adictos a sus pies-

-Bien- David abrió los ojos levantando las cejas -Para ti, ¿qué es una adicción?-

-Una forma de escapar de la realidad-

Mis ojos viajaron a mi alrededor para conseguirme con jóvenes asintiendo como si entendieran completamente lo que estaba diciendo, hasta que posé mi mirada en Thomas, quien estaba resoplando.

-Thomas, ¿algo que refutar?- David sonrió satisfecho.

-Una adicción no es una forma de escapar de la realidad; es la forma en que se transforma tu realidad- ahora fue él el que se encogió de hombros.

-Boberías. ¿Quién transformaría su realidad en una en la que saben que se hacen daño?- pregunté con ironía.

-Boberías hablas tú, mientras piensas que las escaparían a una fantasía para hacer cosas que las lastimen- acomodó su cabello en señal de irritación.

-Chicos...- trató de calmarnos David.

-Deja de creer que lo sabes todo- pronuncié más alto de lo que esperaba.

-Tú deja de creer que el mundo gira en torno a ti- levantó la voz de igual manera.

-¡Eres tan irritante!- estallé.

-Por lo menos no soy una niña malcriada que no sabe de lo que habla-

-¡Paren de una buena vez!- gritó David a punto de colapsar.

-Pararé cuando aprenda que el mundo gira sobre su propio eje- continuó Thomas.

-Y yo pararé cuando él tenga algo inteligente que decir-

-Lo dice la señorita fantasía- soltó una risa irónica.

-¡Salgan los dos!- sentenció David -¡Y regresen cuando puedan estar juntos en una habitación!-

Me levanté hecha furia sintiendo los pasos de Thomas detrás de mí.

-El mundo no gira en torno a ti- repitió mientras cerraba la puerta.

-Tampoco en torno a ti- contesté mientras golpeaba su pecho.

Su rostro cambió por completo y quedó en silencio.

-Responde- me reí -¿O lastimé tu pequeño ego, querido?-

Sólo se giró y desapareció.

Adicción || EDITANDOTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang