41. Bailar en la luna

429 50 13
                                    

Ashley

Flashback: 23 de Marzo

A las 00:00 mi móvil comienza a vibrar una vez tras otra.

Sonrio leyendo los mensajes de mis amigas y amigos por encima, y a mi habitación vienen mis padres y hermanos a felicitarme entre abrazos.

- La pequeña de la familia con 18, no me lo puedo creer - Dice mi madre con lágrimas en los ojos.

- Para mí siempre tendrá once - Habla Luke con una media sonrisa burlona, por la cual me cruzo de brazos y frunzo el ceño.

- Todavía tiene los ojos más grandes que su cara y te echa sus miradas asesinas - Rie Marcus junto a mis padres que están abrazados, mirándome sin dejar de sonreír.

Si para mí llegar a los dieciocho había pasado volado, en un abrir y cerrar de ojos...

¿Cómo se les habría pasado a mis padres y hermanos?

Quiénes recuerdan cada momento de mi vida, los que han estado desde mi primer día.

Tenía curiosidad por la sensación, y sabía que solo la podría descubrir del todo teniendo un hijo o hija.

Pensando en ello, a mi mente venía un Axel algo más alto y con los rasgos más perfilados, junto a un pequeño o pequeña pelinegro.

Intentaríamos que fuese con un skate en mano, pero también podía ser una pelota de Volleyball de su tía Michelle o una de baloncesto de su tía Marta.

Interrumpiendo el momento familiar suena el timbre.

Todos me miran y yo aparto la mirada con una sonrisa traviesa.

- Puede que se me olvidara deciros que ahora Axel me venía a recoger...

- ¡Ashley! - Exclama mi madre con los ojos muy abiertos.

Cojo la mochila negra que utilizaba para meter todo lo que tenía que transportar y me la cuelgo a un hombro.

Dándole dos besos a ella y a mi padre, mis hermanos ríen negando con la cabeza y cada uno se despide de mí yéndose a su habitación.

- Solo porque es tu cumpleaños, súper Ash, espera, ¿aún puedo llamarte así? - Pregunta mi padre con un brillo triste en los ojos.

- Claro que sí, papá - Digo sonriente devolviéndole su expresión bromista al rostro.

Salgo por la puerta donde está mi chico esperándome con una de sus sudaderas y la capucha puesta.

Está mirando el móvil y cuando levanta la mirada y me ve, sus ojos grises muestran esa chispa de la que todos hablan cuando conversan de nuestra relación...

Pone sus manos en mi cintura atrayendome a él y me da un beso apasionado.

- Felicidades, mi ghostgirl - Dice con su voz grave y muestra esa media sonrisa que derrite mi corazón.

Le cojo de la nuca y le acerco para repetir el anterior beso.

- ¿Dónde quieres ir? - Me pregunta mirándome, subiéndose en su moto.

- Huyamos, hagamos amigos con la luna - Respondo sonriente con una frase de una canción de Lil Peep.

Él me devuelve la sonrisa y mira hacia delante, yo me cojo fuertemente a su cintura.

Sentir la brisa del viento, ver las estrellas en la noche y estar abrazada a Axel era mi tranquilidad, mi momento de paz completa.

Mi verdadero lugar no era la azotea, era él.

La historia que nunca quisimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora