~Capítulo 51~

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-Claro que quieres estar conmigo, me amas tanto como yo a ti...- se puso de pie- Pero como siempre tu estúpido orgullo no te deja escucharme- aumentó el tono de su voz y sumado a mi sensibilidad en estos momentos, mis ojos en automático comenzaron a cristalizarse y a derramar lágrimas en gran cantidad. Subí mis pies al sillón para así poner mis brazos sobre mis rodillas y ocultar mi rostro empapado.

Estaba de acuerdo en que estaba siendo muy dura en la forma de tratar a Hipo, pero que otra reacción esperaba que tuviera si él me había destruido. Así que no tenía el mínimo derecho de gritarme.

-Ast, perdóname no quería gritarte...- acarició mi cabello- Pero es que no tienes una idea de lo que siento- levanté mi mirada y la fijé en sus ojos-...te necesito.

-¿No tengo una idea de lo que sientes?- dije irónica- El sujeto del cual me enamoré, por el cual tantas veces di mi brazo a torcer por no perderlo, por el que me tragué mi "estúpido" orgullo cientos de veces, al cuál me le entregué por completo, física y mentalmente...¡Ese sujeto!, estaba en mi casa con su ex novia y se volvió un mar de nervios cuando le pregunté qué, qué era lo que sucedía y jamás me dio una respuesta coherente- lo miraba duramente.

-¡Claro que lo hice!-dijo con desesperación- ¿No te llegó tan siquiera UNO de los MILES de mensajes?- sacó su celular de su bolsillo derecho- ¿No te llegaban las miles de llamadas?- eso era algo que no podía negar, las llamadas por parte de Hipo al igual que los mensajes nunca habían parado de llegar a mi celular. Esa fue la razón por la que los últimos tres días no lo saqué para nada del cajón de la mesa de noche.- Ah, pero lo olvidaba...aquí solo importa lo que sientes ¡tú!- dijo irónico señalándome con su dedo índice, yo lo miraba tratando de controlar mi enojo, ya no tenía lágrimas de tristeza, ni dolor, se habían convertido en lágrimas de coraje mezclado con rabia. ¡Habíamos cambiado de roles de un momento a otro! Ahora yo era "la mala de la historia". Se dio la media vuelta, pasó sus manos por su cabello y lo escuché maldecir en susurro, nada claro excepto el -¡Mierd*!- que agregó al final. Yo seguía mirándolo incrédula por la forma en la que me había hablado. Volvió a girar hacia mi y me miró con arrepentimiento- Tienes que entenderme...-me dijo tratando de tomar mi mano, pero rápidamente la quité.

-No te atrevas a tocarme- le dije firme y salí del auto- Quiero que me lleves a mi, a mi estúpido orgullo y a mi egocentrismo por mi auto- limpié con coraje mis lágrimas- Y discúlpame por hacerte perder el tiempo, nunca creí ser tan PÉSIMA persona- comencé a caminar hacia la heladería sin importar lo hinchado y rojo de mis ojos. Al menos dejaríamos de discutir.

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Narra Hipo.

Nuestros caracteres eran tan parecidos, por más que trataba de mantener la calma ¡no lo lograba! Sólo terminaba empeorando aún más la situación. En menos de tres minutos le había gritado que era una orgullosa y egocéntrica. Cuando era más que obvio que no era así. Ella había dado mucho de si por nuestra relación. Si discutíamos tuviera yo o no la razón ella estaba ahí  tratando de evitar discusiones.

Lo había arruinado. Había tirado a la basura la mejor relación que hasta ahora había tenido. Que a pesar de que la manteníamos en secreto, era increíble.

-No te atrevas a tocarme-su dura voz apuñaló mi pecho- Quiero que me lleves a mi, a mi estúpido orgullo y a mi egocentrismo por mi auto- eliminó las lágrimas de su rostro, inútilmente ya que estas en segundos eran reemplazadas por otras nuevas, me dolía tanto verla llorar y sufrir por mi culpa.

-Y discúlpame por hacerte perder el tiempo, nunca creí ser tan PÉSIMA persona- enfatizó la penúltima palabra. Nada había sido una pérdida de tiempo. Desde que nos conocimos fueron los mejores momentos de mi vida y era simplemente estúpido pensar que era una pésima persona, siendo que es perfecta. Caminé detrás de ella sin emitir un solo sonido más que el de mis pasos. No tenía palabras, había actuado como un imbécil.

Ella se sentó en la mesa donde estaban Jazzy y Ana. Yo me dirigí a la caja a pagar lo que habían ordenado, fui a la mesa- Listo- les avisé y se pusieron de pie.

-Gracias Hipo- dijo sonriente Ana

-No es nada, linda-le contesté, era imposible no sonreír. Era tan parecida a su hermana.

Salimos y subimos al auto, Ast y yo íbamos en un silencio sepulcral al contrario de la parte trasera del auto. Llegamos a la casa de Ast, haríamos lo que había dicho. Dejar a Ana, luego a Jaz y después la llevaría por su auto. Aunque ya no tenía sentido, había arruinado mi plan.

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Narra Astrid

Llegamos a casa, bajé del auto para acompañar a Ana a la puerta y así regresar al coche para ir por el mío.

-¿Ast?- preguntó Ana mientras caminábamos hacia la entrada de la casa.

-¿Si, qué pasa?

-¿Estás molesta con Hipo?-las llaves cayeron de mis manos al escuchar a mi hermana de sólo seis años preguntarme eso.

-No- mentí tratando de hablar lo más creíble posible.

-Que bueno...-dijo sonriente-Él me cae muy bien.

-Sólo lo dices porque te compró un helado-le dije riendo.

-También es divertido- rio junto conmigo-Me gusta que sea tu novio...-mi cuerpo se paralizó, tenía que decírselo, más no era el momento aún.

-Él no es mi novio, Ana- reí nerviosamente- Bueno avísale a mami que llegaste, yo iré por el auto, no tardo ¿okay?- le dije y ella asintió con la cabeza.

Regresé al auto con Hipo y volvió a ponerlo en marcha hasta llegar a su casa donde bajó a Jaz. Finalmente nos dirigíamos hacia el parque. Se estacionó detrás de mi auto. Tomé la manija para bajarme, pero esta no abría. Nuevamente seguro para niños. Volteé a verlo para que bajara a abrirme o tan siquiera que bajara el vidrio.

-Me vas a escuchar- dijo seriamente con ambas manos sobre el volante mirando hacia el frente.

El Niñero [Hiccstrid]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora