⊰⊹ฺ ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ 15 ⊰⊹ฺ

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A pesar de la emoción que eso produjo en Namjoon, y que en lo más profundo de su corazón le gustaría decir que sí; no podía dejar todo en la tierra.

—– Y–yo —– dijo temblando —– Seokjin… la verdad —– no pudo emitir palabra, en cambio desvió su mirada y apretó sus manos entre sí.

Seokjin sabía que no podía hacerlo, no dejaría atrás todo. Su familia, sus amigos, su trabajo, su vida aquí, pero, no se iba a ir de allí sin haberle preguntado  a pesar de saber que su respuesta sería un no.

—– Está bien —– le sonrió, alentándolo —– Entiendo.

—– Seokjin.

—– De verdad, Namjoon —– asintió —– Perdón por haberlo preguntado. Te debes sentir presionado, perdóname. No es correcto de mi parte proponer eso —– La pesadez en el alma de Namjoon no podía quitarse. Se sentía herido y apostaba que Seokjin se sentía igual.

—– ¿Entiendes? ¿De verdad lo haces? —– el pelinegro le sostuvo la mirada antes de asentir.

Con una pequeña sonrisa tomó la mano derecha del menor y la acarició, cerró sus ojos y colocó su otra mano encima.

Namjoon observó cómo de las manos del mayor salió un brillo acompañado de una luz cegadora, con tonos pasteles como la aurora, el calor invadió su mano y recorrió cada parte de él dejándolo sorprendido y embelesado con tal belleza. Su mano quedó suspendida en una pequeña galaxia que se formó a su alrededor, las manos de Seokjin ahora sostenían la suya mientras pequeñas esferas blancas danzaban a su alrededor.

Esa pequeña aura desapareció lentamente y dejó ver el precioso anillo en su dedo anular, delgado de oro con una luna resplandeciente en el centro brillante.

El vuelco en su corazón casi mareó su ser, sus ojos se cristalizaron en un instante, miró a Seokjin buscando alguna explicación que confirmara o aclarara el anillo.

—– No me olvides nunca, Namjoon —– susurró con voz entrecortada, conteniendo las lágrimas que querían invadir sus ojos; era el mayor de ambos, tenía años viviendo, debía ser un ejemplo.

Al caño todo” Namjoon acortó la distancia, se aferró a los hombros del mayor y juntó sus labios con los de él.

Un hormigueo recorrió todo el cuerpo de Seokjin, no había besado desde hacía años y cuando lo hizo fue un “saludo” con una de las princesas del Oriente de la Tormenta.

Solo fue un contacto, que se extendió más de lo previsto.

Seokjin sostuvo entre sus manos el rostro de Namjoon, profundizando más el beso.

No sabían qué hacer hasta que se separaron y se miraron a los ojos.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Namjoon

—– Será muy difícil olvidarte, Príncipe Seokjin.

Esta vez la iniciativa fue del pelinegro en acercar nuevamente sus labios y hacer lo mismo que el menor hizo con él.

Intentando así expresarle a través de sus labios todo lo que sentía en ese momento.

El cantar dulce y sutil de los pájaros se acoplaba perfectamente con la imagen de ambos sonriéndose y abrazándose, como si fuera lo más preciado del mundo.

Sin decir nada, Seokjin sacó sus pies del agua y le tendió la mano a Namjoon. Era hora de irse pero, no diría algo como un adiós, no quería dejar unas palabras como si nunca se fueran a ver.

No.

Él volvería costase lo que costase.

En sus manos apareció el envase de ese shampoo que Hoseok le había entregado.

—– Esto es tuyo —– se lo entregó.

—– ¡Oh, mi shampoo de cayena! —– Lo tomó y revisó sin poder creerlo —– ¿Cómo llegó a ti?

—– Hoseok me lo entregó. Él sabía que saldrías —– se encogió de hombros —– No sé cómo, pero agradezco mucho que supiera eso —– Le sonrió —– Por fin te encontré —– Y de nuevo esas palabras que desestabilizaban el sistema de Namjoon.

—– Gracias —– susurró y le sonrió.

—– Volveré —– el menor asintió ante esas palabras.

—– Te esperaré, Seokjin.

El pelinegro tocó su pecho sintiendo el collar que su madre le colocó antes de salir.

Sonrió ante el recuerdo y se quitó uno, lo observó en sus manos y luego se lo colocó a Namjoon que lo observaba en silencio con ojos cristalizados.

El mayor alejó sus manos contemplando el collar.

—– Es una promesa, Namjoon —– Rozó sus labios muy despacio con los del castaño, se alejó y le sonrió para dar la vuelta e irse por ese camino de regreso al templo.

Namjoon por su parte, tenía el impulso de seguirlo y retenerlo pero, sabía que no podía hacer eso por lo que solo se quedó observando cómo la espalda de Seokjin desaparecía mientras más se alejaba. Sintió las lágrimas correr por sus mejillas y con una gran tristeza en su corazón, sollozando se abrazó a sí mismo fuertemente y lloró.

 Sintió las lágrimas correr por sus mejillas y con una gran tristeza en su corazón, sollozando se abrazó a sí mismo fuertemente y lloró

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sᵒⁿ ᴏᶠ ᴛʰᵉ ᴍᵒᵒⁿ [ɴᵃᵐᴊⁱⁿ]Where stories live. Discover now