La Concubina Del Rey

IV

Un pequeño cenizo se encontraba siendo arrastrado por su madre hacia el  jardín
-Katsuki muevete- decía la madre del principito mientras caminaba con dificultad y halaba el brazo del pequeño -No quiero ir dejame- gritaba el no quería ir a conocer a la odiosa amiga de su madre y su hijo
"Fue mi regalo de 15 años mi padre me regalo mi sirvienta personal nos hicimos muy buenas amigas,  cuando ella quedo embarazada después de 10 años de amistad le di su libertad" recordó aquellas palabras de su madre la noche anterior cuando le avisaba  que aquella amiga iría de visita  después de 8 años desde que se marchó a vivir a las afueras del reino
-Ya sueltame-  dijo soltándose del agarre de su madre, ella lo miro con ojos de furia pero no dijo nada pues ya estaban frente a sus invitados
-Inko- dijo ella acercándose a su amiga y abrazándola -¿como se encuentra mi señora?- preguntó una mujer de baja estatura,  cabello verde a la altura de sus hombros  -He estado muy bien gracias por preguntar, ya te he dicho que no te dirijas a mi tan formal-  replico ella hacia su amiga  -Lo lamento- volvió a decir sonriendo y bajando un poco su cabeza
-Y quien es este pequeño  niño heramoso- hablo la noble arremangando su vestido entre sus piernas y conclillandoce para quedar a la altura de un pequeño pecoso que estaba detrás de las piernas de su madre
-El es Izuku- comenzó a presentar a su pequeño a su amiga, un  niño pequeño de cabello y ojos verdes y unos pequeños puntos que adornaban sus mejillas
-Oh que lindo niño es mas adorable que mi hijo- volvió a decir la mujer rubia mirando a su hijo -Ven a saludar Katsuki- regaño ella poniéndose de pie, el pequeño no puso atención a lo que su madre decía y con sus brazos cruzados y mirando hacia otro lado dejo salir un
-jup no quiero- la mujer le dio una sonrisa a su amigo y se fue hacia el pequeño Katsuki
-Si no vas ahora mismo y saludas a nuestros invitados no jugaras mas en el trono y con la corona de mamá ¿que tal?- le  susurro ella con una sonrisa que para los ojos de bakugou era hipócrita; el niño de ojos rubí se quedó mirando a su madre mientras este desvanecía poco a poco su sonrisa, si a doraba jugar en ese trono y con esa corona le encantaba sentir que ya podí gobernar ante todos, así que sin pensarlo dos veces se dirigió hacia donde se encontraba aquel par de peliverdes -Buenos días tía,  soy Katsuki Bakugou- dijo el en una forma tan cortes y formal que hasta su madre se sorprendió
-¿Porque no vas a jugar con Izuku un rato?- dijo Mitsuki tomando la pequeña cabeza con una de sus manos y despinandolo por otro lado Katsuki no quería hacerlo no quería jugar con aquel pecoso pero sabia que su madre lo volvería a chantajear con algo asi que se acerco q las piernas de su nueva tía y halo al pequeño Izuku de su pequeño brazo, para después marcharsen sin antes dejar una -compermiso-

  
Bakugou se encontraba en la biblioteca de aquel palacio con una montaña de libros junto a el al parece ya había leído la mayoría, le encantaba leer y lo hacia muy bien para su corta edad  había tomado este pasatiempo  ya que no había mas niños en ese lugar, sintió que olvidaba algo así que saco su cabeza del libro que leía y miro al rededor. En una esquina a su derecha al final del pasillo se encontraba quien el había arrastrado hasta ahí sin hacer algún ruido o movimiento solo estaba ahí parado mirando fijamente el piso -Oye!- grito desde donde se encontraba sentado, para que el de ojos color esmeralda lo mirara -Si, tu oye!- volvió a gritar, al ver que no hubo respuesta alguna se paro del piso frío y camino hacia donde se encontraba el hijo de su nueva tía  -Hey te estoy hablando- le dijo empujando un poco hacia atrás la cabeza del contrario -Perdón joven ¿desea algo?- dijo el niño sin despegar la mirada del suelo -¿Porque Tiemblas?- preguntó Katsuki al ver que titubeaba y se movía como gelatina pero no hubo respuesta -Tks ven-  dijo disgustado llevándoselo del brazo nuevamente hasta donde se encontraba su pila de libros
-Quieres leer uno?- le pregunto cuando ya se encontraba sentado
-Gracias por el ofrecimiento pero no se leer- le respondió el niño parado frente a el  -Si que eres raro.....- susurro abriendo un pequeño espacio junto a el -ven sientate te enseño- dijo tomándolo por el brazo y sentándolo junto el

-Mi lord,!- escuchó gritar el cenizo quien se encontraba perdido en sus recuerdos de niñez -¿Que quieres?- respondió de forma tosca a un azabache frente a el -Mi lord tenemos un problema con el prisionero que mando a traer- informo aquel caballero -Ahg! ¿Acaso no pueden hacer nada bien?- dijo rodando sus ojos y bajándose del carruaje.   
Llegaron al lugar donde se encontraba el chico, el mismo cuarto donde lo habían encerrado la noche anterior
-¿Que fue lo que paso?- pregunto el noble a Mina una de las mujeres mas fuertes en su primera linea de combate
-Se ha encerrado al parecer desde ayer se niega a abrir- informo ella, Katsuki solo le dio una pequeña mirada con su seño fruncido como siempre y se acercó mas a la puerta ¡Bang! Bang! Se escucharon los golpes en dicho lugar -Hey niño abre la maldita puerta!- grito -No quieres hacerme enojar!- ¡Bang! ¡Bang! Nuevamente los golpes se hicieron escuchar pero no uno respuesta alguna de parte del contrario  -¿Le han hablado?- pregunto el cenizo a sus soldados -Si, pero igualmente no hay respuesta lo único que dijo fue  "No iré con nadie, no saladre por esa puerta-  Término de explicar el de dientes puntiagudos -¿¡QUE ESPERAN PARA DERRUMBAR LA PUTA PUERTA!?-  Grito ya furioso tanto que aquel grito logro asustar a esos hombres grandes y rudos e igual a la chica que era una mujer muy valiente "no saldre por esa puerta" era obvio el chico se escaparía  ¿como pidieron ser tan estúpidos?. Por fin pudieron abrir la puerta de madera tenía muchas cosas atravesadas obstruyendo el paso así que pasaron con algo de dificultad, el cuarto era pequeño así que no hubo mucho que revisar -No esta-  informo un soldado   lo acababa de encontrar nuevamente  no lo dejaría ir sin mas jamás lo volvería a dejar ir
-Lo quiero en una maldita pieza y sin un rasguño en mi carruaje en menos de una hora- ordeno entre dientes estaba muy enojado y todos salieron en busca del pecoso los últimos en casi salir fueron Mina, Sero, y Kirishima  -Mina, Sero- los detuvo casi saliendo -si no lo encuentran les ira peor  a ustedes dos-  advirtió mirando las sabanas con las que había salido por la ventana aquel  joven, los dos chicos solo tragaron saliva pesadamente y salieron casi corriendo -Ejiro- dijo nuevamente -si?- Respondió el de cabello rojo
-Lo mismo para ti, pero tu no pagaras, si no que sera tu puto amante- dijo esta vez mirando al nombrado, en sus ojos se veía tanto enojo que podría intimidar hasta al líder de los dragones
-¡Asi que mueve el puto culo!-