La historia de Alice III

85 65 30
                                    

—Por favor ¿podemos irnos a dormir ya? —Nos preguntó.

—Ni lo sueñes, necesitamos seguir escuchando, si te detienes aquí no podremos dormir esta noche, sobretodo Jessi que es una cotilla. —respondí.

—Si soy —dijo Jessi sonriendo y tratando de parecer tierna.

—Ok, que remedio —dijo encogiéndose de hombros y comenzó a contar.

Nunca imaginé que vería esa cara tras aquel cabello. Se suponía que no tendría que ver a nadie conocido. No sé por qué nunca había notado que él era tan bello, quizás solo era un amigo o un compañero. Nunca noté nada raro en sus acciones, y además eso no era propio de él. Quedé tan impactada que no pude decir nada.

—Pero quien era, acaba de decirlo, no aguanto más —dijo Chelsea.

—Eso, eso —la apoyó Jessi.

Tras aquel deslumbrante, rebelde, talentoso, y bestial cantante estaba nada más y nada menos que el chico más tímido y tierno del planeta, que del planeta de la vía lac...

—Acaba de decir un nombre —se impacientó Jessi.

—Deja de hacernos sufrir —dijo impaciente incluso Mel que apenas hablaba.

Su nombre, Louis, Louis Greent. Cuando recuperé el habla solo preguntaba compulsivamente, por qué.

Él solo respondía, lo siento debí haberte dicho que era yo aquel día tras el escenario, debí contarte que quería que vieras ese concierto porque pensé que así tendría el valor de decirte, no te acompañé aquel día porque tenía ensayos, te besé porque me pareció la más rápido para alejarlo.

Mi pregunta no era para él, era para mí. Por qué no me había dado cuenta que era tan lindo, por qué no había notado que era él, por qué, por qué.
Lou me tomó de la mano, me llevó suavemente hasta una pequeña playita cerca del local de ensayos, y me pidió que me sentara en la arena, justo a su lado, entonces comenzó a hablar:

—Recuerdas cuando me enseñaste aquella canción en los ensayos del club y te ayudé con los acordes —dijo Lou.

—Sí, te dije que serías un buen músico.

—Ese día decidí que tenía que decírtelo, y entonces la mañana siguiente te llevé el permiso firmado para que los miembros del club fueran al concierto. Pensé que te darías cuenta que era yo, pero no fue así. iba a decírtelo al otro día, pero cara a cara me daba vergüenza y te dí una tarjeta con los números de la banda y te marqué el del supuesto cantante, si lo veías detalladamente te daría cuenta que era el mío, pero sé que jamás la miraste, solo la guardaste y ya. Aquella noche del beso estabas tan linda y ese hombre podría haberte hecho daño, tenía que protegerte.

—Realmente me sorprendió —le dije en voz baja.

—Lo siento te molestó lo del beso. Sabes pensé que te habías dado cuenta de que era yo cuando viste el tatuaje y al ver que no me congelé. Los piercings me los cubro con maquillaje en la escuela, pero te había mostrado mi tatuaje —dijo y me empujó hacia la arena de modo tal que quedé acostada sobre ella y él acostado de costado justo a par de centímetros de mí apoyado su cabeza en una de sus manos.

—Eres muy diferente cuando eres Midori de cuando eres Lou. —dije, pero no me sentía para nada incómoda, solo me salió del alma.

—¿Cuál de ellos te gusta? —dijo sonrojado mientras me acariciaba la cara justo como cuando me besaba, era como si ambas partes de él estuvieran compartiendo el control de su cuerpo por un instante.

—Oh por dios que fuerte —dijo Jessi.

—No la interrumpas —protestó Chelsea.

—Dinos por favor —le dije.

—Esta es la hora de vengarme de ti Ann —dijo señalándome— mañana les seguiré contando tengo mucho sueño wajajajaja —se rió malvadamente.

Y sin más remedio, todas fuimos a dormir.

From the heartOnde histórias criam vida. Descubra agora