Capitulo 1

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Carnal, es la palabra en la que describiría mi llegada al instituto de Nekoma.
Después de que Kuroo fuera protagonista de una marcha para un equipo de voleibol mixto y su petición por temor a perder a su capitán y con el a su cabeza del equipo, Kenma, fuera aceptada, yo entre al equipo, siendo aún así la única chica del equipo abundante de varones.

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- ¡¡¡¡MEGAAAAAANNNN!!!! - escuché justo debajo de las escaleras eléctricas, hacía más de 10 años que no lo veía presencialmente.
- Kuroo... - le respondí tratando de imitar su entonación pero sin mucho éxito.
- mírate, te ves genial - dijo abrazándome mientras se le caía el cartel que llevaba en las manos y enterraba su mentón en mi cabeza, aunque me incómodo sentí necesario abrazarlo y suspire mientras apretaba su torso, soy bastante alta, soy su hermana después de todo, mis 1.79 no  eran de suerte en genética.
- ¿nos vamos a casa?
- Si, ¿sólo es esa maleta?
- Sí, vendí toda mi ropa en New york, no veía necesario cargar, después de todo ahora viviré en Tokio, estoy casi cien por ciento segura de que aquí también venden ropa.
- haha, que graciosa- dijo algo molesto- ¿quieres comer algo de ramen? , apuesto que hace años no pruebas comida del hogar.
- pues sí, pero que sea para llevar, un viaje tan largo agota mucho, quiero descansar lo más pronto posible.
- de acuerdo, subiré esto al auto y pediremos algo, adelantate a pedir, hay restaurantes ahí, mira, enseguida regreso - dijo mientras corría con mi maleta afuera del aeropuerto.
- Gracias... - dije como un suspiro más para mí misma y me dirigí a los puestos para pedir comida.

- ¿Ya pediste?- dijo revoloteando mi negro cabello con sus largas y enormes manos.
- si, espero te guste lo que pedí para tí - dije dándole una desanimada sonrisa.
- a mi sólo me gusta la comida haha, sí se ingiere y tiene buen sabor, me sirve -dijo con una sonrisa tan grande que sus ojos se cerraron y mí alegría aumento; le pegue un puñetazo en el estómago - Ahhh, no me golpes, no soy tú costal de box, ya pondremos uno después en casa- dijo mientras se sobaba el estómago.
- lo siento, creo que sí me hará bien estar contigo Kuroo- dije, mientras la voz se me quebraba.
- mmm, lo siento mucho, no soy bueno en estas cosas- dijo mientras estiraba su brazo para envolverme.
- no te preocupes, ya estoy aquí, bien, sana y contigo, voy a empezar de nuevo- dije mientras me alejaba de su intento de abrazo.

El camino no duró mucho, aproveché para comer en el camino y solo llegar a dormir.
- Listo - dijo Kuroo cuando desabrochabamos los cinturones.
- Gracias por el viaje hermano - baje del auto para dirigirme a la entrada de la casa.
- ¡MEGAN, LLÉVATE TÚ MALETA!- grito cuando ya iba a mitad de camino.
- No me llamo Megan, Kuroo, y ya cállate que vas a despertar a los vecinos
- MEGUMIIIIIII, ESPÉRAME PORFAVOR
- Ya cállate porfavor, eres un escándaloso
- MEGUMI, VEN PARA ACÁ - dicho esto cerré la puerta de la casa, ya adentro escuché como Kuroo hacia sus dramas afuera pero había un problema, no sabía dónde dormiría.
- ¿No que estabas muy cansada?
- sí, lo estoy, pero no sé cuál es mi habitación
- Ayyyy, vamos- dijo mientras subía las escaleras a la segunda planta cargando con mi maleta.
- Es aquí, mamá quiso que tuvieras la recámara más grande y con terraza, que afortunada, la reclamé hace tanto - dijo imitando tristeza - bueno, mi habitación es la que sigue, ya duérmete, mañana serán las inscripciones de la escuela y tal vez te lleve con unos amigos.
- Gracias Kuroo, por todo...- dije mientras él estaba de espaldas en el marco de la puerta.
- Tú... No lo merecías, lo siento mucho... Te ayudaré en tú nuevo comienzo, tenlo por seguro, quiero que seas feliz,- hubo un silencio que para mí duro una eternidad - de nuevo - dicho esto salió de la recámara y cerró la puerta.
- de nuevo... - solté en un suspiro
Salí al espacio en dónde estaba la terraza, era grande, tenía una mesa y unas sillas, me pare en el borde de la terraza y subí mi cabeza, era una noche llena de estrellas, mis ojos azules jamás se habían visto tan brillosos, a excepción de cuando me avisaban que vendrían lágrimas.
Tropecé y sin muchas ganas de detener la caída me deje llevar. Tremendo golpe que me había metido, otro poco y me daba con una silla, me levanté como pude y arrastrandome llegué a mi cama, no me dió tiempo de taparme cuando me dí cuenta, ya había amanecido.

just wait [Kenma Kozume]Where stories live. Discover now