TWO TIME ‹Tom x reader›

Chapter twelve

Mientras la chica dormía plácidamente, el de cuernos se escabulló y se las arregló para abrir su antigua guarida, la cual se mantuvo en secreto detrás de dos cuadros

—Por fin, estaré completo otra vez.— el nórdico daba una risa diabólica

—¡Hey Tord!.

—Oh.. hola Edd.. eh.. ésta es solo mí vieja lavandería, si.

—¿Ok? ¡Hey mira! Botones.— ___ se asomó por la misma entrada de la guarida, hasta no se percató que en el cuarto de Tom había muchas fotos de ella

—Oh no..— espetó ___ cuando Matt se acercó y comenzó una lucha con Edd, sobre quién presionaba más botones

Defensas domésticas activadas

—Oh no.— dijeron el de cuernos y la joven, nuevamente

—Chicos creo que no deberíamos hacer esto ¿Que tal si vamos por unas galletas?.— insistió la joven dándoles a entender a los chicos que las acciones que cometían eran peligrosas

—¿De que hablas? Estoy por ganarte.— dice el de hoodie verde refiriéndose al narcisista, presionando todos los botones del tablón al mismo tiempo

—No si me adelanto.. Uh este es un gran botón.— Tord mira como el perfeccionista estaba a punto de presionar un gran botón rojo, pero es detenido por un golpe

—Mi cara.— dijo en el suelo, el de cuernos lo levantó dándole una mirada que ___ recordaba perfectamente

—Tord..

—Wow, que desastre ¿Quien quiere ir por un poco de helado?.— espeta el de cuernos

—¿Yo?.— duda Matt

—Ese es el espíritu.— y caminando con el adolorido peli - rojo le pregunta a su amigo amante de la Coca Cola;—¿Edd vienes?.

El trío se olvidó completamente de la joven que escabullida entró a la guarida, explorando poco a poco las cosas

(...)

Mientras tanto, Tom conseguía una casa con el dinero de sus ahorros, el señor J.Rombie rompió un cerdo de cerámica por lo menos unas cuatro veces para poder sacar las libras totales

Le entregó las llaves, antes haciéndolo firmar unas cuantas cosas

—Mi propio hogar, ese loco vagabundo tenía razón, no necesito amigos.. ni a ___.— el decaído chico pelo de piña se encuentra un cartel que saca del lugar y corre hacia la casa tan rápido como sea posible

—Hey es Tom.— dice Edd viendo por la ventana mientras esperaba en la fila para pagar

—¿Quien?.

—Creo que hay algo mal.

(...)

—¡Ah! Tom ¿Que estás haciendo aquí?.— cuestiona con la única cara que la joven podría llegar a ver

—¿___?... Lo mismo te iba a preguntar yo ¿Que estás haciendo aquí?.— el de pelo en cuatro puntas señala el cartel donde buscaban al nórdico