Capítulo XXVI

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Sarah

—¡Él está enamorado de Percy Jackson! –exclamó antes de que el mensaje iris se desvaneciera por completo.

Las palabras de mi padre resonaron en mi cabeza por un largo rato. ¿Sería cierta aquella afirmación? ¿O sólo sería una mentira? ¿Pero por qué me mentiría? Él jamás lo ha hecho antes.
Mi mente viajó a mis primeras semanas en el campamento, precisamente a mi primera pelea con Nico, cuando confundió toda la situación con Travis y dijo que era igual que mi padre. No había entendido sus palabras en su momento, y luego Jason me explicó sobre el encuentro que el hijo de Hades tuvo con el dios del deseo sexual. Hasta la fecha aún desconocía la razón de su "pelea", pero tenía una hipótesis. Su pleito tenía que ver con esto.

Detuve mis pensamientos porque de otra forma me volvería loca intentando descifrar todo este asunto. Emprendí lentamente mi camino de regreso a la cancha de volleyball, donde mis amigos se encontraban. Honestamente no me sentía lo suficientemente conectada con la realidad como para ocultarle a los semidioses que había tenido la charla más confusa de mi vida. Pero sólo me quedaría utilizar mis habilidades de actuación para fingir que nada pasaba.
Estaba a pocos metros de llegar a la cancha de volleyball cuando visualice a todos saliendo de allí. Sus rostros estaban rojos y gotas de sudor resbalaban por la frente de los semidioses; a excepción de mi novio, quien estaba completamente fresco.

—¡Hey, Sarah! ¿Dónde estabas? –preguntó Percy en cuanto me vió.

—Oh, emm... Hubo un pequeño problema con la obra, pero ya lo solucionamos –me excusé con los primero que se me ocurrió.

—Una lástima que no estabas aquí para jugar el partido. Hubieras visto a los chicos intentar ganarnos a Piper y a mí –comentó Annabeth sonriendo burlonamente.

—Sí, y eso que éramos nosotras dos contra ellos tres –se burló igualmente la hija de Afrodita.

—Oh basta, si hubieran jugado con Nico que es peor de malo que Leo no habrían tenido tanta ventaja –se quejó Jason. Yo reprimí una carcajada.

—Tomaré eso como un cumplido –acotó el hijo de Hefesto tras el comentario del rubio.

—¿Es por eso que no jugaste? ¿Porque eres malo jugando? –cuestioné a mi novio.

—No soy mal jugador –negó mirando mal al hijo de Júpiter por su previo comentario-. No quise jugar porque tú no estabas aquí y no me parecía justo divertirme sin ti también –confesó mirándome a los ojos.

Mí corazón se ablandó por sus palabras y una sonrisa de amor adornó mi rostro. Unos "Aww" salieron de la boca de nuestros amigos. Nico rodó los ojos.

—Eres un romántico, Nico Di Angelo. Ojalá fuera una chica para poder salir contigo –comentó Percy mientras pasaba un brazo sobre los hombros del azabache, acercándolo un poco a él.

Jason, Piper y Leo se rieron por el comentario del hijo de Poseidón, mientras que Annabeth sólo rodó los ojos. El hijo de Hades se puso completamente nervioso, y sus mejillas se encendieron tras aquellas palabras. Por mi parte, sentí como mi sonrisa se desfiguraba en mi rostro. Sabía que Percy sólo estaba bromeando, pero aquello había logrado que las palabras de mi padre volvieran a resonar en mi cabeza. “¡Él está enamorado de Percy Jackson!”. ¿Y si Percy estuviera enamorado de Nico también? ¿Sería capaz de dejarme para estar con él? Por inercia mis manos se cerraron en un puño.

—Oye, Sarah, no te pongas así. Sólo estoy bromeando –se defendió Percy mientras quitaba el brazo de los hombros de Nico y se posicionaba junto a su novia.

—Uhh, al parecer la hija de Eros es igual de posesiva que el hijo de Hades –comentó Leo entre risas.

Sentí mis mejillas encenderse a la vez que relajaba mi cuerpo.

Deseo a la hija de Eros || Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora