Cap 10

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- Emmaaaa- Lo escuché, y luego sonó su risa infernal-
- ¡Déjame en paz!- todo a mi alrededor estaba oscuro, literalmente, un vacío negro me rodeaba. Tan solo se iluminaba por donde pasaba- ¿Dónde estás?-
- Aquí mismo, pequeña- lo vi un segundo, porque desapareció-
- ¡Déjame vivir, por favor!-
- ¿Y si hacemos un trato?- se sentó delante mía. Del susto que me llevé me caí al suelo- Te dejo en paz si, a cambio, me das lo que más quieres en la vida-
- ¿El qué?- sobre su mano apareció una imagen, esa imagen, ese beso- ¡NOOO!- dije llorando- ¡Por favor, a él no!-
- Demasiado tarde- sonrió, esa sonrisa daba miedo-
- ¿Qué le has hecho?- dije levantándome-
- ¿Yo? Nada, ha sido él solito. Bill, ven, acércate- de la oscuridad apareció él, y suspiró-
- Billy- me acerqué a abrazarlo, igual que él se acercó a abrazarme a mí- No lo hagas, por favor, amor. No te vayas-
- Lo he hecho por tí- me miró- No llores, estaré contigo siempre-
- Bill...no, cariño. No lo hagas, vales mucho, debes vivir-
- No te preocupes por mí- me volvió a mirar-
- Prefiero hacerlo yo-
- No te voy a dejar- me respondió-
- Se acaba el tiempo, parejita- dijo el horrible de Alfons, y nos miró- Tic, tac, tic, tac-
- Bueno- me secó el rostro- Te amo, no lo olvides-
- No te vayas- le dije, y los dos acercamos nuestras bocas para unirlas en un beso- Bill...- sollozé, sintiendo como el corazón se me encogía a cada paso que se alejaba de mí-
- Cuida bien de nuestro pequeño- me dijo-
- ¡NO!- me arrodillé delante de Alfons- Por favor, perdonale la vida-
- Demasiado tarde- me respondió-
- Te amo, y prometo que pronto estaremos juntos de nuevo- dijo mientras Alfons le ataba las manos- Dile a Billy que papá lo quiere mucho cuando nazca, por favor-
- No puedes dejarme, cielo- se arrodilló delante de Alfons- ¡Bill!-
- ¿Últimas palabras?- me miró-
- Hasta que la muerte nos una- me dedicó una sonrisa perezosa, y luego volvió a agachar la cabeza delante de Alfons. Este sostenía un machete entre sus manos, y sabía sus intenciones-
- Hasta que la muerte os una- repitió, y levantó el machete-
- Hasta que nos una- dijo él, y cerró los ojos-
- ¡NOOO!- dije empezando a llorar, y Alfons dejó el machete después de hacer su trabajo-
- Tranquila, cielo- acarició mi cabello, pero me hizo temblar de miedo- Una embarazada no debe de alterarse, y menos si se quedó en estado hace poco- y con ese último grito que di fue con el que me desperté-

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- ¡BILL!- él me miró-
- Estoy aquí, estoy aquí- lo miré- ¿Qué te pasa?- lo abrazé con todas mis fuerzas, vaya sueño-
- Nunca, por favor, nunca salgas de aquí- le dije- Nunca salgas de tu comarca, por favor-
- ¿Qué te pasa? ¿Estás llorando, cielo?- escondí mi rostro en su pecho-
- Es él- le respondí, y lo seguí abrazando- Está manipulando mis sueños-
- Será cabronazo- me abrazó, eso me alivió un poco más- Estaré alerta. ¿Qué has soñado?-
- Que te mataba- me miró- Era horrible-
- Sabes- lo miré- Mi abuela es la que entiende de sueños, luego iremos a hablar con ella. Y segundo: no me matará nunca. Sabes que tu Billy es invencible. Ahora, si hace falta por tí, me presento el primero para ser asesinado-
- No, cállate. No digas eso- dije, y cerré su boca juntando sus dos labios con mis dedos. Eso me hizo gracia, parecía un pato- No lo vuelvas a repetir. ¿Entendiste?- asintió, y me dió una mordida en el índice- ¡Auch!- reímos- Tú también tienes buenos caninos-
- Y tú sabes a fresas- reí-
- ¿A qué viene eso?-
- Porque...es la verdad- dijo acurrucandose conmigo- Me da mucha pereza tener que levantarme-
- Lo sé- dije poniendo mis brazos alrededor de su cuello-
- ¿Hacemos un trato?- nos miramos-
- Venga- me pegó a él por debajo de las sábanas-
- Te doy un beshito de prinshesha y tú me lo devuelvesh- dijo poniendo voz tierna- ¡Estás roja!-
- ¡Cállate ya, Bill!-
- ¿Cómo que Bill? Yo no soy Bill, soy amor-
- Bill- me volvió a mirar- Tú en realidad eres William, William Kaulitz-
- Ni Bill, ni William. Me llamo amor y me apellido cielo, fin- reí de nuevo-
- Te quiero, cachorrillo- dije acariciando su mejilla, y él me dio uno de sus "Beshito de prinshesha"- Te confieso que nunca había dormido con un chico hasta hace tres meses- sonrió-
- Yo con una chica como novia tampoco. Es que, de pequeño, mi hermano tenía una amiga que se traía a toda la tropa, y todos los niños dormíamos en una cama. Era incómodo, no tenía sitio para moverte con cuatro niñas durmiendo casi encima tuya. Pero claro, a mi hermano pareció no importarle- reí- Pero, dormir a solas con una chica como lo hago contigo, eres la primera que prueba mi cama- lo volví a mirar aguantandome la risa- ¡No mal pienses, joder!-
- ¡Es que anda que la frase que has soltado!- él rió también- Lo siento, soy así. Me viene y punto-
- Si lo piensas, en verdad, eres la primera en todo- levantó las cejas un par de veces-
- ¡William!- dije riendo-
- Vaya par- rió de nuevo- Aunque, yo creo que tú sabrás que soy respetuoso con las chicas-
- Ya lo sé-
- Mi hermano no. Mi hermano íbamos por la calle, veía a alguna así guapetona y decía: "Mira como me lleva esa"- rodé los ojos- O también "Bill, mira a esa rubia. Está de muerte"-
- Tu hermano y su mente-
- Totalmente real- empezé a acariciar su cuello con cariño, y él ronroneó-
- Pareces un gatete-
- Es que, me encantan tus cariñitos- ronroneó otra vez- Gracias por ser mi novia-
- Me lo pediste tú-
- Podrías haberme rechazado- me miró-
- Pero no lo hice porque me gustas- le respondí juntando la punta de mi nariz con la suya- No hay nadie que se te resista, señorito Kaulitz-
- Igualmente, señorita Walker- le devolví el beso de antes- ¿Quieres que vayamos entonces a casa de mi abuela?-
- Vale. Me cae bien, y la echo de menos- sonrió-
- No me gusta cuando te separas de mí- dije cuando me quité las sábanas de encima para levantarme-
- Créeme que a mí tampoco, eres tan cálido- lo miré después de sentarme en la orilla de la cama- Tienes la piel calentita- sonrió- ¡Venga arriba, dormilón!- dije tirándome sobre él, y reímos otra vez-
- ¿Te han dicho alguna vez que estás preciosa cuando te sonrojas?-
- Ya está mi cursi-
- Mírate, estás rojisima-
- Cállate, bobo- miré la hora, las siete de la mañana- Me tengo que ir a la universidad, cielo-
- Te llevo- después de mi ducha se duchó él. De mientras, aproveché para vestirme y arreglarme el cabello un poco, alisando simplemente, no mucho. Me eché el rímel, algo de sombra negra, y el eyeliner. A él le gusta mi labial de fresa, así que me puse un poco en los labios. Guardé unas cosas que me hacían falta en la mochila, mi sangre en la botella de agua, y me la colgué de los hombros-
- Madre mía- dije cuando lo vi de salir- Cariño, tienes un cuerpazo-
- Habló- me miró- ¿Estás lista?- asentí- Toma- me dio un casco- Era de Tom, pero ya no se monta a penas-
- ¿Moto?- asintió- ¿Cuál?-
- Una Harley Davidson negra- me respondió mientras se arreglaba el cinturón y ataba los cordones de sus zapatos-
- Estás hecho un motero- le dije-
- Me encantan- sonrió- Ya estoy-
- Vale- me llevó a la universidad, pero diferente. Tenía que ir a una de humanos porque en la mía de mi comarca me encontraría ese demonio llamado Alfons, y me negaba totalmente. Siempre iba con una botella de metal para que no se viera la sangre, se podrían asustar. Él me dejó en la puerta de la universidad, es una suerte poder contar con él- En fin-
- Vendré a recogerte después- me encantaba con las gafas de sol y la chupa de cuero, y más sobre esa montó-
- Te están mirando mucho- dije mirando a un grupo de chicas que lo miraban mucho, y él las miró también-
- Soy tuyo, y lo sabes- se bajó de la moto y me rodeó la cintura- Y lo sabes- me volvió a repetir haciéndome reír- Yo te amo solo a tí, que te quede claro-
- Eres adorable- me dio un beso antes de entrar, y se relamió los labios cuando nos separamos-
- Te has puesto labial- reí- Me encanta-
- Lo sé- las puertas se abrieron, así que lo miré- Te veo luego-
- Aquí estaré, a las tres de la tarde- sonreí- ¡Te quiero!- me dijo cuando estaba por entrar-
- ¡Y yo a tí!- le respondí, y le lancé un beso, que él cogió en el aire y lo llevó al lado izquierdo de su pecho haciéndome sonreír de nuevo. Cuando entré, lo volví a mirar, él todavía estaba esperando a que entrase-
- ¡No te vas a la mili!- reí- ¡Preciosa!-
- ¡Tú!- rió, y se despidió de mí con la mano. Después se montó en la moto, la arrancó, y se fue después de dar la rotonda de la universidad. Mi segundo día, estaba tan nerviosa-
- Hola- me asusté tanto que me sobresalté como un gato- Perdona, no era mi intención asustarte-
- Da igual- busqué a quien me habló, hasta que lo vi al lado de mi taquilla-
- Eres nueva, ¿verdad?- asentí- Soy Emerson-
- Soy Emma- nos estrechamos las manos- ¿Emerson qué?-
- Emerson Barrett- sonrió- ¿Y tú?-
- Emma Walker- sonreí-
- ¿Tienes amigos?- negué riendo-
- No, aquí aún no- le respondí- ¿Y tú?-
- Más buen tengo a dos hermanos insoportables- dijo rodando los ojos-
- ¿En la universidad?- asintió-
- En mi clase- reí- No te rías, son de lo más pesados- dijo apoyándose en su taquilla-
- Me río por la forma en la que los has descrito- rió también- ¿Para qué estudias?-
- Pues, me gustaría ser músico- me miró- Me gusta hacer música con mis hermanos-
- Yo hago música con mi novio- sonrió-
- Eso es fantástico- asentí- Me tienes que traer algo que yo escuche-
- Tenemos una buenísima que creo que va a dar el puntazo- cerré mi taquilla y puse el código- Se llama Haifisch-
- Suena bien- al final acabé haciéndome amiga de él, y es un chico amable. Caí en su clase, ¡qué alegría! Conocí a sus dos hermanos, Sebastian y Remington, unos cafres. En el descanso me preguntaron que si quería algo de comer, yo mes dije que con el agua me bastaba. Y bueno, me acompañaron a la salida-
- Tengo que irme, chicos. Mi novio me está esperando- dije señalando a mi Billy, que estaba mirándonos desde la moto-
- Vale. Tened cuidado, la carretera está llena de locos- me dijo Sebastian-
- Deja de ser una abuela, tonto- le regañó Remington, a lo que reí-
- Hasta mañana, pequeñaja- me dijo Emerson, y sobó mi cabello-
- Que descanséis- les dije, y les sonreí- Hasta mañana-
- Hasta mañana- me respondieron al unísono, y me fui con mi Billy-
- ¡Hola, mi amor!- le dije, y lo abrazé-
- ¿Quiénes son ellos?- rodé los ojos-
- ¿Estás celosito?- le pregunté-
- De eso nada- dijo con sus mejillas rojas- Era por saber-
- Son mis amigos. El más alto y el que va en medio es Remington, el de la izquierda Sebastian y el de la derecha Emerson- los miramos de alejarse-
- Ya los tendré controlados- reí-
- Que celoso eres- dije poniendo mi mano bajo su mentón y le di un beso-
- ¿Por qué se acerca?- Emerson se acercaba a nosotros medio corriendo-
- Emma, lo siento, de verdad. He cogido tu casco sin querer, el mío se quedó adentro. Me confundí- dijo dándome mi casco, y sí, era el mío- Perdona-
- Gracias por darte cuenta. Entra, corre, antes de que cierren- Bill y él se miraron- Emer, este es mi chico-
- Soy Emerson-
- Soy Bill- estrecharon las manos-
- Hasta mañana- me dijo, y entró a la carrera a por su casco-
- Es raro- me dijo mientras me ponía en casco, y abrí el maletero para guardar la mochila-
- Es Steam punk- le respondí- Por eso lo ves raro. ¿Nos vamos?-
- Cuando tú digas- me monté detrás suya agarrándome a su cintura- ¿Se han dado cuenta de lo que eres?-
- No- le respondí, y cogió la rotonda para salir de la universidad- Se extrañaron cuando solamente bebí "agua" en vez de comer algo. Sebastian me iba a dar un par de galletas, pero le dije que no, que estaba bien-
- ¿Y las clases?- sonreí-
- Van bien, geniales se podría decir. A este paso conseguiré mi meta-
- Nada es imposible- acarició mi mano al parar en el semáforo de la salida, yo sonreí- ¿Quieres que vayamos a comer con mi abuela?-
- Me encantaría. Esa mujer es extraordinaria, Billy-
- Le gustaría saber qué piensas eso de ella. Pero, no le digas nada, es algo creída- reí-
- Ya ves tú- llegamos rápido, el bosque nos lo conocíamos como la palma de nuestra mano, y dejó la moto al lado de la puerta de la casa de su abuela-
- ¡Hemos llegado, abu!- le dijo él, y ella abrió la puerta-
- ¡Hola, muchacha- le sonreí-
- ¿Cómo está?- dije dándole un pequeño abrazo, igual que ella me abrazó a mí-
- No me hables de usted, por favor, solo tengo noventa y cinco años- reímos las dos- ¡Mi niño grande!- dijo achuchando las mejillas de mi novio-
- ¡Abuela, ya soy mayor para esto!- dijo él riendo, y ella lo soltó riendo también-
- Para mí nunca serás mayor, cielo. Gracias por venir a comer conmigo, estaba algo aburrida-
- Tú nunca me faltaste, así que yo tampoco te faltaré a tí- le respondió él, y colgó su chupa de cuero en el perchero de la entrada-
- He guardado sangre para tí, muchacha- sonreí-
- Gracias- le dije, y nos fuimos a la cocina-
- ¿Lo escuchas?- me dijo él, y se hizo el silencio-
- Haifisch- dije, y miré la radio- ¿Qué hace en la radio?-
- Digamos que, tengo algo que deciros- nos sentamos en la mesa de la cocina, y nos cogimos las manos sobre esta dándonos suaves caricias que pasaban desapercibidas- Tu padre y yo enviamos las canciones a una empresa musical hace poco- él abrió la boca- Y, pensaba deciros antes, pero tu padre no quería. Tenéis la prueba esta tarde- abrí la boca yo ahora-
- ¿A qué hora?- pregunté, y ella me miró-
- A las cinco-
- Nos da tiempo. ¿Dónde es?- preguntó él-
- En el centro de Leipzig, está a una hora como mucho. En la moto tardareis menos. El resto de vuestro grupo ya lo sabe, así que vais todos juntos- sonreí-
- ¡Esto es fantástico!- dijo él sonriendo, y me abrazó-
- Enhorabuena, cielo- le dije, y lo abrazé también-
- Igualmente. ¡Lo hemos conseguido!- dijo más contento aún-
- Gracias...- no me sabía el nombre de su abuela, pues siempre la llamaba "señora"-
- Amelia- me dijo él-
- Gracias, Amelia- ella sonrió-
- De mientras que termino de hacer la comida, iros a hablar. Porque tenéis una buena conversación- pareció que ella y él se hablaban telepáticamente, porque él le guiñó un ojo a los segundos-
- Vente, cariño- me dijo, y me cogió de la mano llevándome al salón-
- ¡Nos han cogido!- dije contenta, y él volvió a sonreír- Que alegría, de verdad. ¡No lo esperaba!-
- Esto es genial- asentí- Aish, te amo- dijo abrazándose a mi cintura-
- Y yo a tí, cachorrillo- sonreí- ¿Y si...- lo miré- ¿Y si salimos después de volver?-
- Eso ya te lo iba a decir yo- reí- Tengo algo para tí-
- No tendrías que haber hecho nada-
- lo hago porque te quiero- dijo mientras apoyaba su cabeza sobre mi vientre-
- Me lo demuestras día a día, cielo- sonrió-
- No me dejarás nunca, ¿verdad?- me preguntó, y levantó la vista mirándome-
- Jamás. Siempre estaré contigo, Bill- me senté con él, y puse mis piernas sobre las suyas- No se me ocurriría hacer tal cosa-
- Eres tan dulce- reí cuando empezó a besar mi cuello- Sigues sabiendo a fresas-
- ¡Billy!- rió cuando me vio tan nerviosa-
- ¡Te quiero mucho!-
- ¡Y yo!- se volvió a acomodar como está mañana, con su cabeza sobre mi pecho, y empecé a acariciar su cabello hasta la nuca. Me pareció la criatura más tierna que existía-
- Mickey- miré a su abuela- Se duerme enseguida-
- Ya me doy cuenta- le respondí, ella sonrió-
- Esta mañana me ha ayudado mucho, y también ha estado hablando con los chicos. Han estado aquí, hablando de seguir con el grupo al completo, incluyendo a su guitarrista principal- me miró- Y no ha parado. Me ha ayudado a limpiar la casa y a arreglar las habitaciones-
- Es muy buen chico- lo miré- Y un mimoso- las dos reímos-
- ¿Tú lo amas?- se acercó a nosotros-
- Por supuesto que sí. Lo amo demasiado, daría mi vida por él. No existe mejor criatura que Bill- lo volví a mirar- Es un angelito que cayó del cielo cuando se dañó una ala-
- Gracias- la miré- Me alegra ver que mi pequeño ha encontrado un amor. Y oye, no os preocupéis por el tema de las razas, su abuelo era un humano. Se llamaba Ronald, pero le decían Ron- acarició el cabello de él- Pero, un día, le dio un ataque de asma, o al menos eso parecía. Cuando ya despertó en el hospital, no dijeron que...- suspiró, y cerró los ojos- Que tenía cáncer en la sangre- abrí la boca-
- Lo siento mucho- le dije, y ella me sonrió-
- Gracias, otra vez- rió- Luchó durante año y medio, pero su cuerpo ya no podía más. La quimioterapia lo tenía derrotado, y se había extendido por todo su cuerpo. Él estuvo presente en el momento en el que se fue- las dos lo miramos- Cumplió los dieciséis, y recuerdo cómo llevaba su cabello. Un largo y liso flequillo en el lado derecho de su rostro, los cabellos de atrás eran cortos y estaban levantados con gomina. Era el chico más mono-
- Y sigue siéndolo- le dije-
- No te falta razón- sonreí- Ron le regaló el collar que siempre lleva puesto- me fijé en su cuello, y sí llevaba un collar- Siempre lo lleva. Cuando se lo entregó, y se abrazaron, fue cuando vio de morir a su abuelo. Lo desconectaron de la máquina respiratoria, ya no podía más. Y además, nos dijeron que después de la operación que había que realizarle, llevaría una peor calidad de vida. Incluso él decidió morir antes que vivir peor- hizo una pausa, sabía lo que estaba pasando-
- Tranquila- las dos nos cogimos las manos-
- Perdona- rió, y a mí me hizo sonreír el amor que sentía hacia su difunto marido- Y bueno, nuestro Bill fue quien le dio el último adiós. Lo dejamos a solas en la habitación con él, y cuando salió, estaba echando cataratas en vez de lágrimas- hice una expresión tierna y lo miré- Me dijo: "El abuelo quiso que te diera esto", y me dio el anillo que llevaba desde que lo tomé como marido. Lo tengo aquí aún, en el dedo corazón de mi mano- me fijé en su mano- Aunque, es un poco grande- reí-
- Es una historia muy conmovedora y melancólica-
- Ya, lo sé. Pero, es bonito recordar al amor de tu vida cuando vez a tu nieto con su novia- sonreí- Quiero bisnietos- reí-
- Tiempo al tiempo, aún somos muy jóvenes. Tenemos que tener una vida estable para poder traer a nuevas criaturas al mundo. Hasta que no tengamos un trabajo y un hogar donde estemos fijos, no, porque luego llegan los problemas económicos. Y prefiero tardar un poco más y que lleve una vida buena que adelantar y luego tener que ir pidiendo dinero. Además, yo aún no...- la miré sintiendo cómo me sonrojaba-
- Oh, entiendo. Tiempo al tiempo mejor, cielo- me dijo, y se levantó de mi lado- ¿Puedes despertarlo? Ya está la comida-
- Vale- ella se fue a la cocina después de guiñarme un ojo- Billy, despierta- lo moví un poco del hombro- ¿A qué hora te dormiste?-
- ¿Qué?- dijo después de abrir los ojos-
- Despierta, cielo. Tenemos que irnos de aquí a las cuatro-
- Vale- se estiró, bostezó, y me volvió a abrazar-
- Perezoso- sonrió con sus ojos cerrados aún. Aproveché que los tenía así, y le di un beso de los que a él le gustan. Después de comer nos arreglamos un poco en su casa, y los chicos nos esperaban fuera- ¡Tomy!-
- ¡Emmy!- reímos y nos abrazamos- Enhorabuena-
- Igualmente. Somos un grupo, no solamente somos nosotros- los saludé a todos, pero ninguno sabía que éramos novios salvo Tom-
- Tengo nuevas noticias- dijo mi Billy, y me echó el brazo por los hombros- Tenemos nuevas noticias- reí-
- ¡Yo lo sabía!- dijo Georg- ¡Suelta la pasta, Gustav!-
- ¿Cómo?- preguntamos a la vez-
- Es que, hicimos una apuesta- dijo Gustav- Luego te doy el dinero-
- Está bien- respondió Georg-
- ¿Qué apostaron?- pregunté medio riendo-
- Cien pavos a que vosotros dos acabáis siendo novios- mi Billy rió- Como nos contaste tu planazo, don cachorro tierno-
- ¡No me llames así delante de ella!- dijo él, y enrojeció un poco- Vámonos, anda-

¿Enamorado de una vampira?Where stories live. Discover now