Capítulo cincuenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA. | FINAL.

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Para fortuna de ambos habían logrado esquivar a los paparazzis aunque no había sido la cosa más difícil, al ser ella alguien era muy poco o casi nulamente conocido, a excepción por los fans de Daniel y Robert en poca cantidad, Moa no había tenido problema en salir a la calle con su hijo en brazos. Tom a pesar de querer gritar que era padre y presumir sus logros meditaba el tener que hacerlo, en algún momento, en algún punto tendría que hacerlo pero hasta entonces simplemente se dedicaba a apreciar esos pequeños momentos de calidad.

6 meses.

Robbie había sido la prueba máxima de Willow para poner a prueba su paciencia, aquella cachorra se había acostumbrado a su llanto así como también se había hecho costumbre el que ella fuese la primera en socorrer al bebé cuando lo escuchaba balbucear muy torpemente.
Willow sin problema solía servir como un almohadón para el pequeño Felton pues con regularidad cuando la pequeña–gran can de pelos oscuros estaba cerca entre gateos muy nulos e impulsos, Robbie encontraba la manera de recostarse sobre el cuerpo de la perrita.

— No, no, no, eso no, luego tu mamá me regaña porque no te cuido bien. —Soltó Daniel alejando al pequeño rubio de la can a quien yacía este aferrado teniendo como único propósito en su corta vida llevar la pata de la cachorra a su boca.

Un grito ahogando salió de sus delgados labios ocasionando que Potter frunciera el ceño.— ¿Por qué me gritas? Nos estamos hablando bien. —Dijo aquel fingiendo mantenerse ofendido, Robbie por su lado al ver el rostro de su tío fruncirse no pudo evitar soltar una risa divertida llevando sus pequeñas manos a la barba de perfilaba sus facciones.

— Robbieee. —Canturreó Emma a espaldas del bebé haciebdo que este se olvidara de querer tomar en mano los vellos del ojiazul para buscar el origen del sonido.

Sus grandes ojos observaron a Daniel mientras este repetía “¿Quién habló?” sin entender el infante que decía el mayor solo dedicó a querer buscar con la mirada llena de curiosidad a la persona que le había hablado.

— Es tía Emma. —Radcliffe señaló fugazmente a la castaña de ojos color miel en cuango obtuvo la atención de su ahijado.

— ¡Hola Robbie! —Chistó Emma apareciendo en el campo visual de aquel rubio que ensanchó una sonrisa amplia y pronto extendió sus brazos en dirección a ella para ser cargado.

Emma tomó de los brazos de Radcliffe al pequeño que le miró ofendido al ver como es que con tanta facilidad el bebé se lanzaba casi a la mujer mientras que una carcajada sonaba a sus espaldas. Moa ingresaba a la sala justo a tiempo para presenciar aquella escena.

— Total, ni que quisiera cargarte. —Susurró indignado el ojiazul antes de caminar a uno de los sofá para tirarse sobre este escuchandose la madera crujir por el impacto.

Moa al igual que su hermano tomó asiento a un costado de él para acostarse a lo largo del gran sofá posando sus pies en el regazo de aquel. La morena deslizó la pantalla de su celular para captar en fotografía la tierna escena de Emma haciendo reír a su hijo.

Amaba escucharlo reír así como dar balbuceos torpes cuando metía algún objeto a su boca. Tras pasados algunos minutos sobre el piso de la sala, encima de un tapete con arcos de peluches colgantes yacía el primogénito de la pareja haciendo esfuerzos para querer tomar aquella mariposa que volaba sobre su cabeza en un solo sentido.

Todos estaban fascinados por aquel bebé, mismo que era colmado de cosas, por si no fuera mucho que su padre trajera juguetes.
Robby le había regalado juguetes de estimulación, claro que estos para un momento más avanzado de su vida, Emma traía libros y cuentos que al cambiar la hoja desplegaban escenografías, Daniel junto a los gemelos cantidades de peluches que no entraban ya en la cuna y Erin junto a sus tíos, los hermanos de Tom y sus abuelos, ropa.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now