—¿Dónde estoy? —preguntó él, desconcertado. Al parecer, yo no era la única que llevaba un buen rato desmayada.

—En la casa de Bernarda —respondió ella, acariciando su cabello suavemente.

Elías la miró algo confundido y pareció entender rápidamente que ya estaban juntos. Lo que no me sorprendió, él siempre había sido muy cercano a Augusto y estaba segura de que sabía lo que sucedía entre ambos.

Augusto abrió los ojos por fin y sus ojos que dieron con Renata, rápidamente, volaron hacia Elías a su lado. Su expresión de sorpresa me causó gracia y quise saber si tuve la misma reacción al verlo.

—¡Estás aquí! —le gritó feliz y Elías le sonrió.

—¡Estoy aquí! —respondió casi sin tiempo de hablar antes de que saltara sobre él a un abrazo que los hizo tumbarse al suelo.

—¡No vuelvas a hacer algo así! —le gritó y tomó su rostro para besar sus labios rápidamente y alejarse para darle otro abrazo—. Lo siento, fue la emoción —se disculpó riendo y todos nos reímos de él.

—Si, no vuelvas a hacer eso —le dijo Elías riéndose y negando con la cabeza.

Bernarda apareció en la sala seguida de Jade y se alegró de que Augusto y yo hayamos despertado. Todos habían tenido un buen rato para acostumbrarse a que Elías estaba allí pero yo acababa de despertar y me seguía sonando a una locura.

—¿Quién va a decires a Alison y Augusto? —preguntó ella, sentándose en el sofá y todos la miraron algo shockeados.

Augusto y yo nos miramos confundidos y luego observamos al resto de los Clarke, los cuales parecían tener algo que decirnos. Elías bajó la cabeza pero el resto se miraron entre ellos, buscando una forma de explicarnos algo.

—¿Qué tienen que decirnos? —exigí saber rápidamente, esperando que no fuese nada malo.

Nathan tomó mi mano y lo observé algo dudosa de que tuviese que ver con él. Es decir, con nosotros. Pero me dio una sonrisa suave y me relajé un poco.

—Aún tenemos magia. Se debe a las veces que estuvimos yendo y viniendo del pasado —explicó lentamente para que no enloqueciera y le diera a mi cabeza tiempo de pensar en lo que me decía.

—Bernarda cree que podemos librarnos de los poderes, haciendo un ritual otra vez —comenzó Cato.

—Pero ya no somos tantos —continuó Noel—. Renata ya no tiene magia, Jade tampoco y Renzo y Tadeo que formaron parte del ritual, tampoco tienen magia.

—Lo estuvimos hablando entre todos justo antes que despertaran y la verdad es que ninguno quiere volver a repetir el ritual —dijo Irina, acariciando el hombro de su hermano que la miraba parpadeando, escuchando atento.

—No queremos volver a ir detrás de nadie ni enfrentarnos a más séquitos. Creemos que estaremos más a salvo protegiéndonos a nosotros mismos que yendo por recluta, peleándonos con otros sobrenaturales —habló Nathan a mi lado y entendí su punto.

Todos los Clarke habían estado gran parte de su vida siendo perseguidos y a su vez persiguiendo reclutas para lograr el ritual y deshacerse de la magia. Pero eso era antes de que tantas cosas sucedieran en nuestras vidas. Probablemente, ya todos estaban tan acostumbrados a vivir con magia, que era preferible defenderse si alguien nos atacaba, que atacar primero.

—Siento que esto es mi culpa —masculló Elías, sentado en el sofá. Tessa detrás de él, lo abrazó con una mueca y apoyó su cabeza en su hombro.

—No lo es, todos decidimos ir por ti juntos —le dijo ella y asentí con la cabeza, estando de acuerdo.

—Es cierto. Fue un sacrificio y un riesgo que todos quisimos tomar. Y lo logramos. Y no me importa vivir con magia el resto de mi vida. Nada es peor que no estés aquí —lo animó mi hermana y él la miró con los ojos llenos de lágrimas.

Controversia (Trilogía completa)Место, где живут истории. Откройте их для себя