Capitulo 35

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'puedo morir en paz'

🦊

-feliz cumpleaños mi luna-

-ruski, que detalle, gracias, esperame tantito, dejame acomodarlas en mi ventana- el de gafas tomo las dalias con delicadeza, sentía una pequeña alegría, las puso al lado de las Margaritas para ir con Rusia -¿listo, a donde vamos rus?-

-es una sorpresa- ambos empezaron a caminara para el auto del más alto -¿y por esa sorpresa ni un pinche mensaje me diste wey?-

-si, estaba algo ocupado- Rusia empezó a manejar a lo que México buscaba en su mochila hasta que encontró una bolsa de papel con un sticker de una flor -mira traje galletitas- dijo con un gran sonrisa el de gafas -¿las cocinaste tu?-

-a huevo que si, me nació el hacerlas, yyyyy, ¿ya me dirás a donde vamos?- Rusia sonrió levemente y soltó una pequeña risa -¿eso era soborno?-

-más o menos, sip, es que wey, capaz y me secuestras- Rusia no quitaba la mirada de enfrente -si quisiera secuestrarte, ya lo hubiera hecho mex-

-bueno si, pero weyyyyyyyyyyy, sabes que no tengo paciencia- Rusia trataba de aguantar la risa -te gustan los columpios ¿no?- los ojos que se ocultaban detrás de esas grandes gafas se iluminaron al escuchas columpio -¿hay un columpio donde vamos?-

-uno especial para ti mi luna-

-eso me llena más de curiosidad, ¿vamos a ir a un parque o que pedo?-

-ten paciencia-

[...]

Pasada media hora, ambos jóvenes llegaron a un amplio terreno que tenía algunas flores, estaba lleno de vida de color verde y al fondo estaba un árbol, pero no cualquier árbol, el árbol que México tanto extrañaba con un columpio y unos focos colgando del árbol dándole un toque cálido.

México miraba maravillado para posteriormente mirar a Rusia -nooo, ¿es neta? Russsskiii- lo tomó por los hombros moviendo de adelante a atrás, estaba tan emocionado que daba pequeños saltos -sorpresa mi luna-

-¿que estamos esperando?, ¡vamos!- México tomó de la mano a Rusia pero este último lo quito repentinamente -ve tu primero mex, ahorita te alcanzo-

México asintió muy contento para luego irse corriendo al magestuoso árbol, por su parte, Rusia sacaba del coche el pastel, una pequeña canasta con cubiertos y platos con la cajita del collar oculta.

Rusia cerró el auto y miró hacia el árbol, estaba México columpiandose alegre con una enorme sonrisa -no creo que pueda...- susurro Rusia para ir con su luna.

[...]

-¿eso es un pastel rus?- pregunto curioso el de gafas -es tu pastel- Rusia dejó la canasta a un lado para sacar una tela de la misma y ponerla ensima del pasto que estaba cerca al árbol -¿lo hiciste tu ruski?-

-si, así que no esperes un excelente sabor-

-creeme que me va a valer madres, tu no cocinas y que lo hayas hecho para mi, es un gran detalle rus- esas palabras avergonzaron al más alto apartando la cara que se había sonrojado -v-vamos a comer mejor-

México se sentó en forma de moño en la tela que Rusia había puesto -okey, vente siéntate- el de gafas dio pequeñas palmaditas a su lado -si ya voy-

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