Dollhouse (+18) I COMPLETA I

Capítulo 34- El juego I

-¿Ah, sí?

-Sip. Ni loca te dejaré por ahí solito con esa vista.- él ríe y asiente de acuerdo.

Aunque no lo conozca, no me atrevo a dejar que se vaya al bosque si con suerte puede ver el suelo. No hay nadie que pueda hacerle compañía por lo que gustosa yo lo hago.

-Okey, nuestra tarea es...- miro con atención el papel- ¿desenterrar una muñeca?- hago una mueca- ¿qué carajo?

-No lo entiendo- exclamó el rubio rascándose la nuca.

-Nos dice los pasos a seguir para llegar al punto donde tenemos que cavar.

-Oh pues, hagamoslo.

Me encojo de hombros y le resto importancia. Definitivamente es una tarea que nunca me hubiese esperado. Pero ya que.

-Tenemos que contar cincuenta y tres pasos al sur.

***

JENNA

-Y-yo no sabría qué hacer...- tartamudeo con todas las miradas puestas en mi. Tengo la lista de tareas en mis manos pero no sé cómo dirigir al grupo y todos me gritan y exigen que ordene algo. Pero mis manos tiemblan con solo sostener el papel provocando que mis compañeros se molesten conmigo por perder tiempo mientras los otros equipos ya comenzaron a dispersarse.

-Joder, dame eso.- Lisa, la chica rubia que me molestaba cuando llegué, me arrebató el papel irritada y le dijo a cada uno qué hacer. Suspiro decepcionada.

En cuanto todos se van a hacer sus respectivas tareas, me quedo de pie al lado de un árbol. Lisa casi termina con la lista y yo no he recibido ninguna orden.

Cuando todos se marchan, me apresuro a llamarla- ¡L-lisa!

-¿Qué?- me responde molesta- Me estás haciendo perder tiempo.

-Es que... no me has dicho qué hacer...

-¿Estas idiota?- me escupe- No nos sirves de nada, así que quédate quieta aquí y no le jodas la victoria al equipo.- dicho eso, se va corriendo en dirección a la cabaña.

Mi labio inferior tiembla intentando detener el llanto que amenaza con salir. Me cubro los brazos con mis manos debido al frío y me quedo estática en mi lugar, mirando a mi alrededor. Puedo ver a los demás con sus respectivos colores corriendo de un lado a otro haciendo sus deberes. Soy la única que no se mueve.

Pego mi espalda al tronco del árbol sollozando en silencio. Esa chica ni siquiera me conoce y con tan solo ver mi aspecto pudo deducir que soy alguien inservible. Mi corazón se oprime a medida que pasan los minutos. Tenía la esperanza de que esta noche sería diferente, de que me atrevería a socializar un poco más, así como hacen mis amigos. Creí que el juego serviría como una oportunidad para demostrar que soy mejor de lo que aparento. ¿Pero a quién quiero engañar? Ni yo me lo creo.

Tomo respiraciones cortas antes de empezar a hiperventilarme. Es lo último que quiero ahora. Que me vean desesperarme de tal forma.

Decido caminar hacia la cabaña y entrar en la misma. Si no iba a hacer nada, prefería no tomar frío. Afuera está bastante fresco y no quería pescar un resfriado. Aquí adentro también había algunos chicos de diferentes equipos haciendo diversas tareas. Yo me acurruqué al lado de la chimenea y observé como todos se divertían.

Visualicé a uno de mi equipo junto a una chica leyendo libros en la biblioteca. Supongo que debían hallar algo. Con toda la valentía posible, me dirigí a ellos. Por lo menos la literatura era un área en la que me consideraba buena. Tal vez podría aportar algo.