The friend of my brother( TFOMB #1) ©

Capítulo 9

Ellie

Mire el reloj que colgaba de la pared marcando las 3:45 A.M.

Elliedice: ¡Que tarde se hizo!-

DylanM dice: Si, hablamos mucho tiempo.-

Elliedice: Si es verdad, mejor me voy a intentar dormir.-

DylanM dice: A estas altas horas de la noche debes dormirte si o si.-

Ellie dice: ¿Cuanto miden las altas horas de la noche?-

DylanM dice: jajajajaja eres adorable.-

Agradecía que la conversaciòn fuera por chat para que el no viera mis mejillas rojas.

Ellie dice: ¡Gracias! Ya me voy.-

DylanM dice: ¡Espera!-

Ellie dice: ¿Si?-

DylanM dice: ¿Tienes algo que hacer mañana?-

*****

Salimos riendo de la sala del cine. Hacia rato que no veia una pelicula de comedia tan buena.

-¿Te gusto?- Me pregunto Dylan una vez que ambos estuvimos en su auto.

-Si, me encanto. Es bueno ver una pelicula que no se trate sobre tipos locos que se meten en los sueños ni de espantapajaros que cobran vida.- El rio.

-La verdad que si.- Puso el motor en marcha.-¿Te gustaria ir a comer?-

-¡Claro!.- Respondi para que el apretara el acelerador.

Condujo hasta un McDonalds y nos sentamos a comer alli. Escogimos una mesa pequeña y apartada junto a la ventana.

Mientras comiamos y hablabamos me di cuenta que teniamos buena comunicaciòn y que nos entendiamos muy bien.

Senti como si cayera de una nube cuando su auto se estaciono frente a mi casa, la hora de la despedida habia llegado. Me acompaño hasta la puerta.

-Espero que la hayas pasado bien.- Dijo sonriendome.

-¡Por supuesto! La pase muy bien.- Le respondi el gesto y el ensancho su sonrisa.

-Me gustaria volver a salir, me senti...- Desvío su timida mirada de mis ojos.-Muy bien contigo hoy.-

-Yo tambien me senti asi, y tambien quiero volver a salir.-dije sonrojada.

Volvio a mirarme con su infaltable sonrisa.

-¿Te parece el Miercoles que viene?-

-Si, me parece...-

*****

No solo salimos ese Miercoles, salimos el fin de semana siguiente, y el otro, y el otro...

Recuerdo que un dia oí a Ryan quejándose con sus amigos de que Dylan ya no se juntaba con ellos los Sabados, lo que ninguno sabia es que el estaba conmigo.

Me tomo de la mano y me acompaño a la puerta de mi casa dejando su auto estacionado en frente.

Después de todo lo que habiamos hablado en esa cita ya no necesitabamos palabras, nuestra quimica ya estaba sellada.

Sin soltar nuestras manos nos pusimos uno enfrente del otro sonriendo, ya no habia timidez, ya no eramos dos desconocidos.

El tomo mi cara entre sus manos y se acerco a ella, sin miedo, tal como yo estaba.