Capitulo XII: En Contra de las Serpientes.

1.5K 121 6
                                    

Ya habían pasado prácticamente tres meses desde la llegada de Lea "jorobada" a Hogwarts. Casi se había adaptado a la rutina del colegio. Su rutina personal era: Madrugar y pasear por los terrenos antes del amanecer, ir al despacho de Flitwick y acompañarle en el desayuno en el Gran Comedor, después trabajaba toda la mañana a cargo del profesor, luego iba a visitar a Hagrid, volver al castillo para ayudar a Flitwick, bajar a cenar y por último, retomaba la lectura de sus libros hasta la medianoche, cuando Bash llegaba y caía dormido por el cansancio.

Tres veces al día la pequeña hablaba con Dumbledore, las horas del Gran Comedor, y también conversaba harto con la profesora McGonagall acerca de la magia. Entablando una amistad con la educadora.

La niña sin haberlo notado ya tenía un nombre por parte de los alumnos, la llamaban "Jim el Jorobado". Ya que un día en clases con los de primer año, el profesor Flitwick debía repasar el encantamiento levitatorio, muy básico, según ella. Pero no conto que cuando lo iba a impartir casi se cae del escritorio diciendo "¡Jinn… !". Por suerte, Lea lo había atajado con el mango curvo de su bastón antes de caer. Solo ella y el profesor sabían que ese "Jin", en realidad quería decir "Win" de Wingardium Leviosa, las palabras que se requieren decir para realizar el hechizo. Pero toda la clase lo interpreto que en realidad Flitwick había llamado al jorobado para salvarle de la caída…

La polémica respecto a ella ya estaba pasando de moda. Porque ahora ya muy pocos le miraban como si fuera un extraterrestre. Por lo menos ahora algunos la saludaban una pequeña inclinación de la cabeza o con una seña con la mano. Ella los devolvía por inercia propia. Incluso los alumnos de Ravenclaw ya le tenían respeto por estar siempre al lado del jefe de su casa.

De los únicos que no quería saber ni en pintura eran los alumnos de Slytherin; se burlaban mucho de ella y para remate no podía hacer nada, ya que no quería enfrentarse, ni siquiera encontrarse, con el jefe de la casa Slytherin, quien resultó ser el tenebroso profesor Snape.

La pequeña no solo le incomodaba y disgustaba aquella casa, sino que la repudiaba por lo sucedido la semana anterior…

Aquel día, después de la cena. Flitwick desde su despacho mando a Lea a bajar al primer piso a dejar un encargo al despacho de McGonagall. Ella acepto gustosa. Iba contenta bajando por las escaleras cuando una pandilla de tres chicas salió de la nada y le miraron fulminantemente. Sin saber en qué piso estaba, ni que hacer. Entro al piso inmediatamente para perderlas. Supo que estaba en el segundo piso al ver el despacho del profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, que era igual o peor que el profesor Snape en el sentido de lo tétrico. Prosiguió por el pasillo al darse cuenta que las chicas le seguían de cerca.

->Detente, Jim el Jorobado -hablo la muchacha más mayor, con mucha arrogancia por cierto.

Lea detuvo su paso y se volteó a encararlas, tratando también de tranquilizar a un nervioso crup a su espalda.

-> ¿Si?, señoritas -hablo la voz carrasposa de Bash.

->Nada, en realidad nos preguntábamos porque usted nunca se ha dejado mostrar su rostro… -contesto la del medio.

-> ¿Sera tan feo su rostro, señor? -pregunto la menor y las tres rieron sínicamente.

->No lo sé, señorita. Pero para que tenga ese derecho de ver mi rostro deberían al menos presentarse primero -respondió secamente. A Lea se le había ocurrido una brillante idea.

Las tres confundidas, respondieron no muy convencidas.

->July Sandler, de tercer año  -la mayor.

->Cindy Sandler, de segundo -la del al medio.

->Mary Sandler, primer año -la  menor.

->Muy bien, acérquense.

Harry Potter y La Heredera de La Magia de Merlín (B1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora