Capítulo 1

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Es increíble la cantidad de cosas que hacemos sin pensar, la cantidad de errores que el ser humano comete y de las que se arrepiente toda su vida. Y si hay algo de lo que Kaoru Sakurayashiki se arrepiente, es de haber cometido el peor error de su vida, y con ello, perder al hombre que más amo y que, posiblemente, lo amo como nadie lo amará jamás. Un error que le costó su felicidad. Y todo comenzó en sus años de secundaria, cuando su paz y calma se vio afectada por la llegada de aquel atractivo y misterioso peliazul.
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Era un tranquilo lunes por la mañana, el delgado y atractivo cuerpo del pelirosa era cubierto por una ligera y pequeña cobija, su largo cabello se encontraba suelto y cubría por completo su rostro. Un atractivo y musculoso moreno de cabellos verdes lo miraba atentamente y una sonrisa adornaba su rostro. Era tan feliz desde que su amigo había aceptado salir con él. Poder saber que ahora estarían juntos, que su amor era correspondido y que ese duro y serio pelirosa realmente lo amaba tanto como lo amaba él. Se sentía afortunado, embelesado y alegre. Por fin eran pareja, no podía esperar a gritarlo a los cuatro vientos, a decirle a todo el mundo lo feliz y afortunado que era.
– Kaoru.. es tarde, despierta -movió un poco los cabellos del pelirosa- debemos ir a clases..
– No, no quiero.. no me molestes -soltó un suspiro y talló sus ojos- aún tengo sueño.. anoche estuviste muy animado.
– Estaba feliz, lo siento Kaoru -soltó un suspiro- ¿No te gusto cómo lo hice? ¿Te lastime? ¿Puedes caminar bien?
– Dios.. pareces mi madre -soltó una risita- estoy bien, tonto.. solo un poco adolorido, pero estaré bien.. solo ayúdame a llegar al baño
– Encantado de ayudarte -lo cargó con cuidado y caminó a la ducha-
– Quita tus manos de mi trasero, ¡Cerdo!
– Lo siento.. es que eres tan lindo.. no pude evitarlo, ¡Y somos novios!
– Eso no significa que puedas andarme manoseando cuando quieras, Kojiro.. ¡No seas tan corriente!
– Ya, ya.. lo siento.. no volverá a pasar.. solo lo haré cuando tú quieras que lo haga
– Más te vale, Kojiro.. -sonrió y le dió un beso en la mejilla- ahora sí, ya puedes bajarme.. deja que me duche y nos vamos
– Bien, no tardes mucho -lo bajó con cuidado y sonrió- te haré de desayunar, ¿Que quieres?
– Cualquier cosa está bien, Kojiro.. no te preocupes, algo sencillo estaría bien -abrió la llave de la regadera y entró en esta para que el agua cayera sobre su cuerpo-
El moreno salió del baño y caminó hacia la pequeña cocina de su departamento, sacó un bote de harina para panqueques y comenzó a prestarlos. Realmente se sentía tan feliz, era un sueño hecho realidad, un sueño del que no quería despertar nunca. Estaba tan alegre y nadie podía quitarle esa felicidad. O eso creía entonces.. fue un error de su parte creer que estaba bien. Un gran error.
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Aquel fatídico día llegó, y todo se fue al diablo, todo acabo para ellos. Aquel error llegó a sus vidas y se llevó su felicidad.
– Shindo-kun -el pelirosa se acercó a aquel atractivo peliazul y una sonrisa se dibujó en su rostro- patinaste increíble, me ha fascinado.. ¡Ojalá yo pueda hacerlo tan bien como tú!
– Puedo enseñarte, Kaoru -sonrió y lo tomó de la cintura- claro, solo si Kojiro está de acuerdo, no quiero causar problemas entre ustedes..
– Como sea, no tengo problemas.. -frunció el ceño y tomó su patineta- te veo luego Kaoru..
– ¡Si, gracias Kojiro! -sonrió y miró al peliazul- ¿Me enseñarás entonces?
– Por supuesto.. pero hoy no, tengo pensado algo mejor que eso..
– ¿Algo mejor?.. -sonrió- ¿Qué cosa?..
– Sabes, no entiendo cómo es que sales con Kojiro.. mereces algo mejor.. -lo tomó del mentón y le alzó el rostro, dió un leve y rápido beso en sus labios-
– Shindo-kun.. yo.. -desvio la mirada- yo no te veo de esa forma, lo siento..
– Pero he notado como me miras, Kaoru.. ¿Te gustó?
– Mmm.. creo que sí, un poco.. pero no siento lo mismo que siento por Kojiro.. me gustas, pero no de una manera romántica.. es más como.. admiración.. lo siento
– Descuida, lo entiendo.. -sonrió y lo miró a los ojos- aunque es una pena.. porque tú si me gustas a mi.. -se separó del pelirosa y tomó su tabla- nos vemos..
– ¡Shindo-kun, espera! -lo tomó de las muñecas y soltó un suspiro- en serio lo siento.. no quiero que dejemos de ser amigos por eso..
– Está bien, no dejaremos de ser amigos, Kaoru.. quiero que ustedes estén bien, por eso es mejor solo ser amigos, y no creo que sea bueno que yo te enseñe a patinar.. deberías pedírselo a Kojiro..
– Pero yo quiero que me enseñes tu, Shindo-kun.. por favor..
– Eres demasiado blando, Kaoru.. alguien podría aprovecharse de ti.. -lo acorraló contra la pared y sonrió- está bien, te voy a enseñar
– ¿Ah?.. e-esta bien.. -sonrió y lo miró a los ojos- me alegra saber eso.. ¿Empezamos mañana?..
– Claro.. empezamos mañana.. por ahora, creo que iré cobrando el favor.. -lo tomó del mentón y pegó sus labios a los del pelirosa-
Por impulso, el pelirosa alzó sus manos y rodeó el cuello del peliazul, movió sus labios con suavidad y se aferró con fuerza a aquel beso. Las inquietas manos del peliazul entraron bajo su playera y acariciaron la suave y pálida piel del pelirosa causando en este un pequeño sobresalto.
– Mghhh.. e-espera.. -un temblor se apoderó de su cuerpo- aquí no.. Kojiro..
– ¿Mmm?.. -el peliazul alzó una ceja y pellizco uno de los rosáceos pezones del pelirosa- ¿Eso te gusta?
– Nghhhhh ahhh.. Kojiro.. -soltó un suspiro- si.. pero.. aquí no..
– ¿Quieres ir a un lugar más privado? -sacó sus manos de la playera del pelirosa y lo tomó nuevamente del mentón-
– Yo.. si.. por favor.. aquí no..
– Bien, pero no soy Kojiro, y lo sabes, Kaoru.. deja de llamarme así, por favor..
– Shindo-kun.. -lo tomó del cuello y pegó sus labios a los del peliazul, lo pegó contra la pared nuevamente-
– ¿Kaoru?..
El moreno soltó aquel pequeño ramo de rosas, se había sentido tan torpe al dudar de él que había decido sorprenderlo con un detalle, y al verlo en aquella escena sintió que su mundo se había ido al diablo. Se sentía traicionado y herido.
– ¡¡Kojiro!! -miró al moreno y apartó al peliazul de encima, se acercó a él- no es lo que piensas..
– Mm.. está bien, no importa.. -sonrió un poco- es entendible que lo prefieras a él.. no me importa realmente..
– Kojiro, por favor.. ¡¡Escúchame!! -puso sus manos sobre los pectorales del moreno- yo.. me deje llevar y..
– No importa, Kaoru.. -le apartó las manos- igual sabía que solo era algo pasajero.. yo -sonrió y soltó una risa- ¡¡Ni siquiera me gustas, Kaoru!!
– Kojiro.. -lo miró a los ojos y apretó los puños- basta.. no sigas..
– Solo quería saber que se sentía acostarse con un hombre.. ¡No creí que cayeras tan fácilmente!
– ¡¡Basta!! -le dió una fuerte bofetada y lo miró con molestia- imbécil.. estúpido gorila..
– Si.. lo soy.. soy de lo peor, ¿No?.. deberías olvidarte de mi, eso es lo mejor.. -se dió la vuelta y comenzó a alejarse- adiós, Kaoru..
– ¡¡Cobarde!! -lo miró alejarse y tomó su tabla, sus ojos se nublaron y talló estos para evitar que las lágrimas salieran- también deberías irte, Shindo..
– Si.. lo siento.. -soltó un suspiro y tomó su tabla- no era mi intención..
– ¡¡Solo vete!! -lanzó su tabla contra la pared haciendo que está se partiera a la mitad- vete.. por favor..
– Rayos.. ¡¡Estás loco!! No sé ni siquiera que fue lo que te ví -se alejó del pelirosa y soltó un suspiro-
– Idiota.. -se sentó en el piso y cubrió sus ojos, las lágrimas comenzaron a caer con desesperación- soy un idiota..
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– Sakurayashiki-san.. Sakurayashiki-san.. ¡¡Sakurayashiki-san!!
– ¡¿Ah?! -el pelirosa miró al hombre a su lado y soltó un suspiro- lo lamento, ¿Que me decía?
– Creo que debería ir a descansar, se ve que está algo agotado..
– Hmm.. si, eso haré.. -soltó un suspiro y se levantó- hasta mañana.. -salió del lugar y miró hacia el cielo, el sol golpeó su rostro y abrió su sombrilla para cubrirse de este-
– Ah, Cherry.. -el moreno alzó su mano para saludarlo, una pelirosa sujetaba su brazo-
– Estúpido gorila, ¡¡Te he dicho que no me llames así!! -miró a la chica y soltó un suspiro- tch.. estúpido.. -se alejó de ellos y siguió caminando-

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