Cap.40 "Los poderes han cambiado".

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Cuando estuvimos a unos cuantos pasos, la intriga fue más grande que nosotros y corrimos unos pocos metros para tocar la puerta, pero antes de hacerlo, Irina la abrió con cara de preocupación.

—¿Qué está pasando? —le preguntó él, pasando por su lado y entrando en la sala, totalmente preocupado.

—¿Estás bien? —le dije a mi hermana y ella asintió con la cabeza, algo shockeada y cerró la puerta detrás de mi cuando estuve dentro.

Todos los Clarke estaban en la sala, incluyendo Bernarda, leyendo un libro que podía apostar tenía magia. Cato estaba sentado sobre el sofa, con las manos cruzadas sobre sus rodillas como si estuviese pensando. Tessa, Ulises y Noel se movían por toda la sala, caminando inquietos. Renata estaba sentada al borde del sofa, masajeando los hombros de Augusto que negaba con la cabeza como un loco. Jade a su lado, se mordía las uñas.

—¿Y ahora qué? —preguntó Nathan, interrumpiendo el silencio, porque no se parecía en nada al clima que se oía detrás del teléfono.

Se dieron miradas cómplices entre todos y Tessa se acercó a nosotros, observándonos con miedo. Nathan y yo nos dimos una mirada de un segundo y la observamos, esperando que ella nos dijera que sucedía. Pero en vez de hablar, solo afiló sus ojos en nosotros.

Mis visión se volvió borrosa y de a poco, se fue tornando negra. Moví mi cabeza hacia todos lados, intentando ver algo pero no, esa luz negra era inevitable. Incluso parpadeé, pero aunque tuviese los ojos abiertos, no veía nada.

—Pero qué... —habló Nathan y de un solo parpadeo, la imagen y los colores volvieron a mi vista. Tessa nos miraba culpables y dio un paso hacia atrás.

Negué con la cabeza, pensando que era imposible que ella pudiese hacer eso. Nathan y yo dimos un vistazo a Cato, sentado en el sofá, porque hasta donde yo sabía y recordaba, el control de los sentidos era su poder.

Él nos dio un vistazo y afiló sus ojos en el otro rincón de la sala. De un segundo a otro, el espacio en el sofá se vació y apareció parado, detrás del sofá dónde Bernarda leía un libro. Ella no se inmutó, cómo si ya lo hubiese visto hacerlo.

Abrí la boca y Nathan buscó a Noel con su vista, preguntándose lo mismo que antes, por qué no tenía su propio poder. Noel dejó de caminar de un lado al otro y enfocó su vista en la taza de té que había cerca de Bernarda. Extendió su mano y la levantó, a la misma vez que el recipiente levitaba y volvía a bajar a su lugar.

—Esto no puede estar pasando —susurré negando con la cabeza.

—Tenemos los poderes de los otros —explicó Cato, cómo si no nos hubiésemos dado cuenta.

—Los poderes han cambiado —habló Irina, casi sobre la voz de su hermano.

Nathan se llevó las manos a la cabeza mientras yo parpadeaba, intentando entender cómo era que eso podía suceder. Porque no tenía sentido no solo que tuviésemos magia, sino que teníamos los poderes del otro.

—Esperen, yo hasta ayer tuve visiones —interrumpí, llamando la atención de todos. Nathan me miró, porque sabía que faltaba algo importante allí. Nunca aclaré que en realidad eran visiones que no parecían ser de mi propio presente.

—Nosotros también teníamos nuestros propios poderes hasta ayer. Esta mañana fue que Ulises de pronto se convirtió en tres y Tessa hizo callar a Augusto por hablar tanto cuando apenas se había despertado —explicó Noel y fue cuando les di un vistazo, preocupada.

—Entonces todo cambió a partir de hoy —entendió Nathan.

—Si —respondió Augusto, asintiendo con la cabeza.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now