Sᴏɴɴʏ Bᴏʏ ~ Pᴇᴛᴇʀ Pᴀʀᴋᴇʀ

Tales of an Island - Peter x Sam [Alexander]

Luego de un accidente en avión y de que todo saliera horriblemente mal.

Lo único que Peter podía observar cuando volvió a abrir los ojos fue un color.

Azúl.

El cielo estaba despejado y solo estaba rodeado de un mar azúl y cristalino.

Peter había quedado flotando gracias a un flotador que traía en el traje, en caso de emergencia.

Tampoco tenía muy claro cuando tiempo llevaba inconsciente, pero podía ver la arena del fondo sin ningún problema.

Aún así, seguía desorientado y sintió pánico por un momento, para calmarse segundos después, ya que pudo localizar una isla.

Se encontraba a una distancia considerable, ya que flotaba a casi 10 metros de la arena del fondo, pero la corriente seguía llevándolo a la orilla.

Le dolía la cabeza, así que decidió dejarse llevar, tampoco le dió importancia a buscar los restos del avión, cuando cayo del cielo, no se encontraba tan cerca de una isla, estaba más bien en el medio de la nada, así que se puede decir que las ruinas de aquel avión ya se encontraban muy lejos de él.

“Al menos yo era el único en el avión” - Eso era lo que pensaba Peter.

En ese momento, Peter se sentía realmente libre, no tenía que pensar en nada más.

El tiempo siguió pasando hasta que por fin llegó a la orilla.

Peter pensó en ponerse de pie, pero no lo hizo, si lo intentó, pero no lo logró.

Se sentía absurdamente agotado, y su cabeza daba vueltas.

Solo se quitó la máscara y se arrastro debajo de una palmera, fue todo lo que hizo para luego volver a dormirse.

- Oye... ¿Tas bien? - Eso era lo que Peter escuchó, para luego abrir los ojos de nuevo, seguía siendo de día.

- ¿Que? - Dijo sin saber muy bien que pasaba, no esperaba encontrar a alguien más en una isla a mitad de la nada.

- Veo que sigues con vida - le respondió el muchacho con una sonrisa.

- ¿Dónde... Estoy? - Peter se sentó, ya se sentía un poco mejor, solo le dolía la espalda, cuando detallo un poco mejor las cosas, pudo notar que el muchacho era moreno, de cabello negro y ojos verdes, al igual que su camisa.

- En una isla cerca de Hawaii - Respondió.

- ¿Hawaii? - Peter alzó una ceja.

Cuando se estrelló, estaba demasiado lejos de Hawaii.

“Tan duro me dí así que quede inconsciente por días” - Eso era lo que Peter pensaba.

- ¿Tan duro te diste? - El muchacho soltó una pequeña risa.

- Supongo, ¿Me ayudas a levantarme? - Peter le extendió su mano - soy Peter por cierto.

- Sam - el muchacho lo ayudo sin más.

Peter sintió que todo le dió vueltas y al parecer no fue el único que lo noto, porque Sam paso uno de los brazos de Peter por detrás de sus hombros y puso uno de sus brazos en la espalda de Peter para ayudarlo a caminar.

- Espero que llegues a la aldea...

- ¿Hay una aldea? - Pregunto Peter.

- Claro, no está lejos, ahí vivo - asintió.

- Siento que voy a vomitar, pero no he comido nada en quien sabe cuándo, supongo que al menos dos días - dijo Peter lentamente, mientras se esforzaba por caminar y hablar.