En un universo donde la oscuridad se entrelaza con estrellas y galaxias, Kenji Todoroki, un joven aparentemente ordinario, se ve sumido en una épica aventura que trasciende los límites de la realidad. Antes de que el tiempo, el espacio y la materia...
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Los paladines regresaban de su entrenamiento con los leones y el trabajo en equipo. Mientras que Shiro, Keith, Lance, Pidge y Hunk trabajaban en su coordinación con Voltron, Kenji se dedicó a descubrir aquella habilidad que le había otorgado el león por unos pocos instantes. Sin embargo, todos sus esfuerzos por descifrarlo fueron en vano; su mente maquinaba tratando de darle una respuesta lógica a lo que sucedió.
'Tiene que haber algún detonante, quizás fue por la adrenalina de aquel momento. Pero no puede ser, no creo que pueda volver a ocurrir; al menos no de esta manera.' pensó el pelirrojo sin dar con alguna explicación del "¿Por qué?" y eso lo frustraba demasiado. El pelirrojo fue sacado de sus pensamientos por la discusión que comenzó a formarse, nuevamente eran Lance y Keith
— De verdad, ¿qué tan lejos creen que mi león haya pateado esa nave descompuesta? Creo que un kilómetro — mencionó arrogante, tal vez para alardear frente al coreano.
— Si, eso será útil cuando los Galra reten a Voltron a un partido de fútbol — respondió Keith en un tono indescifrable, al menos para kenji; que podría sonar a sarcasmo o ironía.
— Ya sé, hice algo muy cool y no lo toleras; entiendo — objetó engreídamente el cubano.
— Eso arruinó nuestro equilibrio, ¡caímos! — contradijo Keith comenzando a alejarse sin querer darle oportunidad para que peleara con él, algo que Kenji observó.
— Eso fue por culpa de Hunk — se excusó Lance a cambio.
— ¡Oye! — exclamó el hawaiano ofendido.
— Ya déjalo así Lance, deberías escuchar lo que dice y aceptarlo — intervino Kenji tratando de aconsejar al moreno para fortalecer la débil y casi inexistente conexión entre ellos — debes aprender y aceptar la crítica de los demás, de esa manera podrás ser mejor.
— Si, claro. Como si fuera a escucharte — espetó mirando hacia otro lado, aunque realmente lo consideraría; aunque sea un poco.
Por otro lado, fueron a sentarse el resto a la mesa, cuando las puertas se abrieron. Por ellas atravesó aquel alteano carismático de bigote anaranjado. En sus manos traía un plato redondo, el cual era cubierto por una cúpula metálica.
— Hola a todos, que tal la práctica con Voltron — preguntó Korann curioso.
— Va mejorando — respondió el bicolor para después preguntar — ¿Allura y tú ya van a acabar de reparar el castillo para dejar este planeta? Creo que somo blancos fáciles aquí en Arus.
— Ya casi, mientras tanto; para que se les olvide que son unos blancos fáciles. Les preparé un auténtico almuerzo paladín ancestral — le respondió a Shiro, el plato con la cúpula lo dejó en la mesa.
Lo abrió los presentes pudieron atestiguar el mal olor que expedía aquella cosa verde oscura con algunas protuberancias alargadas color amarillento, mientras derramaba alguna clase de baba rosada.
