Un poco de felicidad

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El tiempo que restaba en el colegio había Sido complicado para Remus, quien prácticamente vivía en la sala de menesteres, salía a darse una ducha, a tomar algo de ropa a su habitación o a buscar comida, todo eso gracias a pasadizos que le creaba la sala, además de usar la capa y el mapa para evadir a James, Sirius y Lily.

Tampoco había hablado con Anthony, Mariza o Peter, simplemente no tenía ganas de hacerlo, se limitaba a leer o llorar, todo dependía del humor con el que despertara.

Ahora se encontraba dándose un baño, dejando a su mente divagar en distintos temas, desde felices hasta aquello que le hacían querer llorar de nuevo.

La ventaja del baño de prefectos, era que Sirius nunca entraría ahí y James (por ser capitan del equipo de Quidditch tenía acceso a él) casi nunca lo utilizaba y Lily entraba únicamente los lunes , por lo qué no le preocupaba escuchar otra regadera en uso.

Al salir de la regadera, se vistió lo más rápido que pudo y se miró al espejo , se veía fatal, su rostro era más pálido de lo normal por lo que sus cicatrices se resaltaban muchísimo mas, las ojeras parecían haberse expandido o algo por estilo y sus ojos reflejaban una profunda tristeza

— Te ves del asco

Una voz con un tono dulce y amigable lo saco de sus pensamientos, lo que lo obligó a girarse rápidamente

— Eso fue muy grosero de tu parte– contestó al ver a la chica

Mariza lo miraba, tratando de ocultar la preocupación y la lastima en su mirada, parecía haberse cambiado en el cubículo de la ducha

— Me disculpó entonces – una suave sonrisa se asomó en sus labios, antes de dar pequeños pasos a él – has estado demasiado desaparecido Rems

— Si bueno, prefiero sufrir en soledad – se encogió de hombros

— La soledad no es buena,mi estimado amigo – posó suavemente su mano en la mejilla del chico, acariciando con las llenas de sus dedos la cicatriz que atravesaba su rostro – te ves muy pálido, estás comiendo bien? Duermes lo suficiente? – Remus no sabía si su tono era de preocupación o de regaño

— Como y duermo, es lo importante – no sé molestó en apartar a la chica, se sentía igual a cuando su madre le decía cosas cariñosas después de la luna

— No descuides tu salud Rems, ese idiota no vale la pena – susurró

— Yo creía que si lo valía – mordió su la Io para evitar llorar – creía tantas cosas Mari

— La gente no siempre es lo que pensamos – dejó caer su mano al hombro de chico – Remus, se que te duele, que la traición de parte de esos cretinos que se hacían llamar tus amigos se debe sentir como cientos de puñaladas, pero no permitas que eso acabe contigo, toma toda esa fuerza que tienes dentro y demuestrales que eres mucho más que un chico a quien pueden verle la cara y usarlo a su antojo – tiró suavemente de él, obligandolo a inclinarse un poco y lo abrazo, con fuerza – eres el jodido Remus Lupin, nada ni nadie puede derrotarte

Por primera vez en semanas, Remus se sintió bien, sintió que todo iría a mejor, en aquel abrazo, sintiendo el cabello mojado en su rostro y dejando que el olor a jabón llenara sus fosas nasales

— Eres un gran amiga, lo sabes? – susurró sin separarse

— Soy la mejor, lo sé – soltó una suave risita– ahora, ven, me aseguraré que comas algo sano

*

Después de rogarle a la chica no ir al comedor, llegaron a las cocinas, dónde los elfos gustosos comenzaron a preparar montones de comida para ambos.

Apostando Tu Amor(WolfStar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora